Common Dreams, 6 de febrero de 2012

Mientras que los científicos intentan buscar   soluciones al cambio climático, otros siguen un camino más   controvertido, el de la geoingeniería, una solución al cambio climático   que implica, por ejemplo, la utilización de reflectores de la radiación   solar en el espacio o la fertilización de los océanos.
El multimillonario filántropo Bill Gates  colabora con  un grupo de científicos del clima para la realización de  experimentos  de geoingeniería.
Bill Gates es otro de los ricos que respaldan   financieramente a los científicos que presionan a los Gobiernos para  que  impulsen los proyectos de Geoingeniería, aumentando la preocupación   sobre el impacto que este pequeño grupo pueda tener sobre las  decisiones  relacionadas con la Geoingeniería.
“Bill Gates respalda a los científicos  que  presionan para la realización de actividades de geoingeniería a  gran  escala. Otros ricos también han financiado una serie de informes  para el  futuro uso de tecnologías que permitan una transformación  intencional  de clima”. 
Crece la preocupación por este pequeño pero   influyente grupo de científicos, y los que les financian, ya que pueden   tener un efecto muy importante en las decisiones sobre la investigación  y  la política en materia de Geoingeniería.
“Tendremos que protegernos de estos  intereses  creados y corroborar que las decisiones que se tomen no estén   influenciadas por aquellas partes que podrían hacer un enorme negocio a   través de la modificación del clima, sobre todo en la propiedad   intelectual de las patentes”, dijo Jane Long, directora general del   Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de los Estados Unidos, durante   una ponencia presentada en una conferencia sobre geoingeniería y  ética.
“ Las apuestas son muy altas y los  científicos no  son los más adecuados para hacer frente a los problemas  sociales,  éticos y políticos que plantea la Geoingeniería”, dijo Doug Parr, jefe científico de Greenpeace. “La idea de que un grupo autoseleccionado tenga tanta influencia es algo extraño”. 
La presión para la búsqueda de una rápida  solución  tecnológica al cambio climático crece a medida que los  políticos no  llegan a un acuerdo para reducir de modo significativo las  emisiones. En  2009-2010, el Gobierno de los Estados Unidos recibió  peticiones por  valor de más de 2 mil millones de dólares para  investigaciones en  Geoingeniería, pero gastó aproximadamente unos 100  millones de dólares.
Al igual que Gates, otros individuos  adinerados,  incluyendo a Sir Richard Branson, magnate de arenas  bituminosas Murray  Edward y el cofundador de Skype, Niklas Zennström,  han financiado una  serie de informes oficiales sobre el uso futuro de  esta tecnología.  Branson ha solicitado de forma reiterada que se emplee  la Geoingeniería  para combatir el cambio climático, financiado la  investigación de la  Royal Society para la gestión de la radiación solar  a través de la Carbon War Room. No se sabe mucho de cuál fue su aportación.
Los profesores David Keith, de la Universidad  de  Harvard, y Ken Caldeira, de Stanford, son líderes a nivel mundial  en la  promoción de proyectos de Geoingeniería basados en la utilización  de  escudos reflectantes que protejan la Tierra. Hasta el momento han   recibido más de 4,6 millones de Bill Gates para el Fund for Innovative Climate and Energy Research (Ficer).   Casi la mitad de los fondos de Ficer provienen directamente de los   ingresos personales de Gates, que hasta ahora se han utilizado para   investigaciones propias, pero el resto se ha desembolsado para financiar   la labor de los defensores de otras intervenciones a gran escala.
Según la declaración de intereses  financieros, Keith  ha recibido anualmente una suma no revelada de Bill  Gates, y es el  Presidente y dueño mayoritario de la compañía Carbon Engineering,   en la que tanto Gates como Edwards tiene una importante participación,   que se cree tienen conjuntamente un valor superior a los 10 millones  de  dólares.
Otras empresas de Edwards, como Canadian Natural Resources,   tienen planes de emplear 25 mil millones de dólares para convertir las   arenas bituminosas que se encuentran al norte de Alberta en barriles  de  petróleo. Caldeira dice que recibe 375.000 dólares al año de Bill  Gates,  y tiene una patente sobre la captura de carbono. Trabaja para Intellectual Ventures,   una empresa privada de investigación en Geoingeniería, propiedad en   parte de Gates, dirigida por Nathan Myhrvold, es jefe de tecnología de   Microsoft.
De acuerdo con cálculos recientes de Ficer,  los dos  científicos han entregado hasta ahora 300.000 dólares de Gates  al fondo  para importantes revisiones y evaluaciones de Geoingeniería:  el informe  de la UK Royal Society sobre la Gestión de la Radiación  Solar, a un  grupo de trabajo de Estados Unidos sobre Geoingeniería y un  informe del  año 2009 de Novin, un grupo de expertos con sede en Santa  Bárbara,  California, Keith y Caldeira se encontraban entre los  científicos que  participaron en el informe o aportaron pruebas. Los  tres informes  recomiendan que se realicen más investigaciones sobre la  gestión de la  radiación solar.
El fondo también entregó 600.000 dólares a Phil Rasch, científico sobre el clima, jefe del Pacific Northwest National Laboratory, una de las 10 instituciones de investigación financiadas por el Departamento de Energía de los Estados Unidos.
Rash presentó su primer informe ante la Royal  Society  sobre Geoingeniería en 2009 y participó en la elaboración del  informe  de 2011. Ha testificado ante el Congreso de Estados Unidos  sobre la  necesidad de que el Gobierno financie los proyectos de  Geoingeniería a  gran escala, y de acuerdo con su declaración  financiera, trabaja para  Intellectual Ventures. Además, Caldeira y  Keith dieron otros 240.000  dólares a los defensores de la Geoingeniería  para que asistieran a  reuniones y 100.000 dólares a Jay Apt, un  destacado defensor de la  Geoingeniería como último recurso, profesor de  ingeniería en la  Universidad Carnegie Mellon. Apt trabajó con Keith y Aurora Flight Sciences,   una empresa de Estados Unidos que desarrolla tecnología con aviones   teledirigidos para el ejército, a fin de estudiar los costes de enviar 1   millón de toneladas de partículas de sulfato a la parte superior de la   atmósfera.
El análisis de las ocho principales  investigaciones  nacionales e internacionales sobre Geoingeniería en los  últimos tres  años, muestra que Keith y Caldeira, Rash y el profesor  Granger Morgan,  jefe del departamento de Ingeniería y política pública  en la Universidad  Carnegie Mellon, donde Keith trabaja, se han asentado  en siete  comisiones, incluida una de la ONU. Otros tres defensores de  la  Geoingeniería sobre la radiación solar, incluyendo a Rash, han   participado en investigaciones nacionales financiadas por Ficer.
“Hay claros indicios de conflictos de interés entre muchas de las personas involucradas en este asunto”, afirmó Diana Bronson, investigadora de una organización de vigilancia de la Geoingeniería, con sede en Montreal. ETC.
“Lo que es realmente preocupante es que  el mismo  pequeño grupo de trabajo sobre tecnologías de alto riesgo,  proyectos de  Geoingeniería en el planeta, estén tratando de manipular  las discusiones  en torno a las normas y reglamentaciones  internacionales. No podemos  poner al zorro a cargo del gallinero”. 
“La eco-camarilla está presionando para  que se  inyecten fondos públicos en la investigación sobre  geoingeniería.  Acaparan casi todas las investigaciones sobre  Geoingeniería. Están  presentes en casi todas las deliberaciones de los  expertos. Han sido  asesores en las investigaciones parlamentarias y sus  puntos de vista,  con toda probabilidad, dominan las deliberaciones del  Grupo  Intergubernamental de Expertos de la ONU sobre Cambio Climático  (IPCC),  ya que se enfrentan por primera vez a una auténtica maraña  científica y  ética sobre la Geoingeniería del clima”, dijo Clive Hamilton, profesor de Ética Pública de la Universidad Nacional de Australia, en un blog de The Guardian.
En un debate en 2010 sobre Geoingeniería en  Democracy  Now, la científica y ecologista Vandana Shiva advertía en  contra de los  métodos utilizados para hacer frente al cambio climático:
“…Existe la idea de que se puede diseñar  nuestra  vida en este planeta, al mismo tiempo frágil y complejo, con  múltiples  interrelaciones e interconexiones, lo que ha dado lugar a  este lío en el  que estamos sumidos. El paradigma de la Ingeniería que  creó la era de  los combustibles fósiles, trajo consigo el cambio  climático. Ya Einstein  nos advirtió que no se pueden resolver los  problemas con la misma  mentalidad con la que se crearon. La  Geoingeniería está tratando de  resolver los problemas con la misma  mentalidad de siempre, la de  controlar la naturaleza. Y a la naturaleza  no se puede engañar. Esto es  algo que la gente debe saber a estas  alturas. No hay engaño posible.  Finalmente, las leyes de Gaia  determinan el resultado final”. 
En un edición de 2008 del Boletín de los Científicos Atómicos, Alan Robock da 20 razones por las cuales la Geoingeniería puede ser una mala idea, incluyendo el uso militar de esta tecnología y el riesgo de producir consecuencias no deseadas.
http://www.gmwatch.org/latest-listing/1-news-items/13677-gates-and-the-millions-funding-geoengineering

