Padres haitianos dieron sus hijos a bautistas de EE.UU


HAITI.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) Algunos padres desesperados en este poblado pobre cercano a la capital haitiana dijeron que entregaron voluntariamente la custodia de sus hijos, confiando en los misioneros estadounidenses que prometieron darles una vida mejor.


Las historias que los pobladores narraron a The Associated Press el miércoles contradicen las afirmaciones de un pastor que asesora al grupo bautista, de que los niños provenían de orfanatos o fueron entregados por parientes lejanos, y también dan testimonio de la miseria de la nación más pobre del hemisferio occidental, la cual fue azotada por un terremoto el 12 de enero.
Los 10 misioneros bautistas, la mayoría de ellos del estado de Idaho, fueron arrestados la semana pasada cuando intentaban trasladar a 33 niños haitianos a la República Dominicana sin contar con los documentos necesarios para ello, de acuerdo con las autoridades de Haití, que los han acusado de tráfico infantil.
Los estadounidenses tienen que presentarse el jueves ante un fiscal que decidirá si les presentará cargos formales o los pondrá en libertad, dijo a la AP Marie-Laurence Jocelyn Lassegue, ministra de Comunicaciones haitiana.
Incluso el primer ministro Max Bellerive ha dicho que reconoce que los estadounidenses pueden ser simplemente personas bien intencionadas que creían que su intención cristiana de ayuda humanitaria justificaba tratar de sacar a los niños de un país devastado por el terremoto.
Jorge Puello, abogado de los bautistas, argumentó el miércoles en una llamada telefónica desde la República Dominicana que en Haití "no hay gobierno".
En medio de pilas de escombros que solían ser sus viviendas y los refugios provisionales de láminas de estaño y plástico que las han reemplazado, los habitantes de Callebas dijeron cómo fue que entregaron a sus niños.
Todo empezó la semana pasada cuando un trabajador de un orfanato local, con un manejo fluido del inglés y actuando en nombre de los bautistas, reunió a casi todo el poblado de 500 personas en una polvorienta cancha de fútbol con el fin de presentar la oferta de los estadounidenses.
Isaac Adrien, de 20 años, le dijo a sus vecinos que los misioneros educarían a sus hijos en la vecina República Dominicana, recordaron los pobladores, quienes también dijeron que se les garantizó que tendrían libertad para visitar a sus hijos allá.
Muchos padres se mostraron felices con la oferta.
"No fueron más niños porque el autobús estaba lleno", dijo Melanie Augustin, de 58 años, que entregó a su hija de 10 años, Jovin. Irónicamente, Augustin había adoptado a Jovin porque sus padres naturales no podían mantenerla.
Adrien dijo que conoció a la líder de los bautistas en Haití, Laura Silsby de Meridian, Idaho, el 26 de enero en Puerto Príncipe. Ella le dijo que estaba buscando niños sin hogar, y él sabía exactamente dónde encontrarlos.
El se apresuró a volver a Callebas, donde la gente se gana la vida con dificultad cultivando zanahorias, pimientos y cebollas. Ese mismo día reunió una lista de 20 niños.
Silsby dijo a la AP el sábado durante una entrevista en la cárcel que la mayoría de los menores fueron entregados por parientes lejanos, y otros procedían de orfanatos destruidos por el terremoto.
En Washington, la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton dijo que el intento de sacar a niños indocumentados de Haití fue "desafortunado, cualquiera que haya sido su motivación", y consideró que los estadounidenses debieron haber seguido los procedimientos adecuados. La funcionaria dijo que autoridades de Estados Unidos conversan con sus colegas haitianos para determinar la mejor forma de solucionar el asunto.
Un pastor nacido en Haití que dijo trabajaba como consultor sin salario para el grupo bautista insistió el miércoles que los estadounidenses no hicieron nada malo.
El reverendo Jean Sainvil dijo a la AP que algunos de los niños eran huérfanos y podrían haber sido dados en adopción. Los niños que sí tenían padres iban a permanecer en la República Dominicana sin perder el contacto con sus familias, dijo Sainvil en Atlanta.
Los niños, cuyas edades oscilan entre los 2 y los 12 años, ahora son atendidos en la Villa Infantil del grupo de ayuda humanitaria SOS, la cual es operada por Austria en Puerto Príncipe. Una funcionaria allí, Patricia Vargas, dijo que ninguno de los niños con edad suficiente como para poder hablar dijeron ser huérfanos.