Mostrando entradas con la etiqueta radiación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta radiación. Mostrar todas las entradas

Se refuerza la propaganda nuclear después de Fukushima

Science in Society #53 – Spring 2012


Después del accidente de Fukushima, casi todos los países con centrales nucleares reconsideraron su posición. Francia y Japón anunciaron planes para reducir su dependencia de la energía nuclear: Alemania, Italia y Suiza, anunciaron que la abandonaban por completo. China pospuso su decisión hasta volver a realizar una nueva evaluación (Fukushima Fallout, SiS 51).

La respuesta del Reino Unido fue completamente diferente. Unos días después del tsunami, cuando la situación estaba fuera de control y nadie podía predecir las consecuencias, el Gobierno se reunió con la Industria Nuclear, y sin extraer consecuencias de los acontecimientos de Fukushima, pusieron en marcha la máquina propagandística para calmar los temores de la gente. En un correo electrónico del Department of Business, Industry and Skills con fecha 13 de marzo ( el tsunami se produjo el 11 de marzo) se lee: “Tenemos que conseguir que la oposición a la energía nuclear no gane terreno en este sentido. Tenemos que ocupar el territorio y mantenerlo”.

Esta campaña continúa. Si acude a una reunión sobre el tema de la energía, la sostenibilidad, o sobre el cambio climático, es casi seguro que se encuentre con un portavoz de confianza que proclame que la energía nuclear es segura y la única manera de tener una fuente de energía eléctrica sin destruir el planeta.

Para ver las cosas en perspectiva, de acuerdo con la Industria Nuclear, las centrales nucleares proporcionaron en 2010 el 13,5% de la producción mundial de electricidad, en comparación con el 20% suministrado por las energías renovables ese mismo año. En total, las energías renovables representaron el 16% de la energía global consumida, mientras que la energía nuclear sólo representó el 5,2%. Obviamente, la energía nuclear no es precisamente la que mantiene las bombillas encendidas, y su peligrosidad bien podría destruir el planeta con los desechos tóxicos y radiactivos, mientras que el potencial de la energía solar y eólica ha sido poco explotado ( Green Energies – 100% Renewable by 2050, ISIS/TWN publicación)

En cuanto a su seguridad, además de la gran cantidad de desechos radiactivos, se han producido importantes accidentes, como el de Three Mile island, Chernobyl y Fukushima, y otros menos conocidos, como el de Windscale en el Reino Unidos, y en otros muchos lugares. Sin embargo, los grupos de presión están sumando sus esfuerzos para convencernos de que ninguno de ellos fue lo suficientemente grave. George Monbiot, por ejemplo, insiste en que el número de muertes por el accidente de Chernobyl fue como mucho de 58 [8], cuando incluso las fuentes oficiales las estiman en varios miles (véase The Truth about Chernobyl, SiS 47). Y de acuerdo con el Presidente de la Royal Society of Chemistry, la gente sólo se preocupa por la forma en que el cine y la televisión presenta la energía nuclear. “Vamos a decir sí a la energía nuclear y no a las tonterías del Doctor No”, dice.

Y con respecto a la economía, las centrales nucleares requieren de grandes inversiones, por lo que se han construido muy pocas en Europa y los Estados Unidos durante los últimos veinte años ( véanse http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2010/06/16/desenmascarando-las-estimaciones-de-los-gobiernos-sobre-el-coste-de-la-energia-nuclear/ y http://www.i-sis.org.uk/The_Real_Cost_of_Nuclear_Power.php) . Actualmente hay dos en construcción: la de Ulkilouto y la de Flamanville, que van camino de sobrepasar con creces las estimaciones iniciales de su coste. Ningún país ha resuelto todavía el problema de los residuos radiactivos, y nadie sabe lo que esto supondrá en costes adicionales. El coste estimado para los contribuyentes del Reino Unidos en el tratamiento de estos residuos fue de 73 mil millones de libras en 2008 y va en aumento (http://www.i-sis.org.uk/TheNuclearBlackHole.php y otros artículos relacionados, SiS 40).

Las evidencias sobre la seguridad y el coste son claras y son numerosas las organizaciones que han estado incidiendo en este asunto ( véase por ejemplo Close-up on Nuclear Safety, SiS 40). Pero esto no ha impedido que los grupos de presión insistan en sus argumentos: que es segura y barata: “Basta mirar a Francia”.

El mito nuclear francés al descubierto.

Cualquiera que haya sido la experiencia nuclear en el Reino Unido, no tenemos más que mirar al otro lado del Canal para ver un ejemplo de éxito, al menos eso se nos dice. En respuesta a la crisis del petróleo de 1973, Francia, que tiene muy pocos recursos en combustibles fósiles, se comprometió con la energía nuclear. Hoy día cuenta con 58 reactores nucleares en funcionamiento y produce más de las tres cuartas partes de la electricidad del país y es el mayor exportador mundial de electricidad. Y si bien otros países han tenido problemas, los franceses son bien conocidos por su habilidad para tratar con esta avanzada tecnología, que han hecho que parezca segura y rentable.

Es cierto que Francia tiene una gran cantidad de reactores nucleares, que produce electricidad, exporta a sus vecinos y hasta ahora no ha tenido ningún gran accidente nuclear.

Pero también es cierto, sin embargo, que la Industria nuclear francesa es un continuo desastre financiero y ecológico, a pesar de haber recibido grandes sumas de dinero en ayudas públicas. Está sobredimensionada, exportando electricidad a bajos precios a otros países, cuando la demanda es menor y compra a precios más altos cuando la demanda es alta, teniendo que parar la producción durante los fines de semana para una gestión adecuada. El Gobierno francés ha hecho todo lo posible para alentar a los franceses para que utilicen la energía eléctrica para calefacción y agua caliente, toda una pesadilla termodinámica en cuanto a eficiencia se refiere. Lo cierto es que el 73% de la energía final producida en Francia se debe a combustibles fósiles, y aún así hay unos tres millones de hogares en Francia que pasan frío durante el invierno y consideran que hay escasez de combustible.

Y aunque no ha sucedido nada comprable con los accidente de Three Mile Island, Chernobyl o Fukushima, no deja de ser motivo de preocupación tanto para ellos como para sus vecinos. El Gobierno francés ha hecho todo lo posible para ocultar los niveles de radiación de Chernobyl a sus propios ciudadanos.

Para exponer los mitos nucleares en Francia, solicitamos la ayuda de Susie Greaves, que vive en Francia y ha seguida muy de cerca durante años la Industria Nuclear. Disipa cualquier ilusión sobre la experiencia nuclear de este país que pudiera alentar al Reino Unido o cualquier otro que emprendiese un camino de dependencia nuclear ((Véase http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2012/01/24/el-verdadero-coste-de-la-energia-nuclear-en-francia/).

Matar al mensajero

Durante el último año, los grupos de presión han estado atacando el informe Yablokov, en el que se hicieron unas estimaciones de las muertes asociadas a Chernobyl. En realidad esto representa un avance, pues hasta hace poco simplemente lo ignoraban.

Hay un argumento especialmente preocupante: los grupos de presión critican el informe Yablokov sobre las cifras de personas afectadas por cáncer. Dicen que como no se pueden relacionar estos casos con la radiación, entonces se está dando una imagen falsa. De hecho, en el informe Yablokov existen dos secciones separadas. Se hace una estimación de 250.000 muertes por cáncer.

El cáncer no es la única enfermedad producida por la radiación. También se encuentran los defectos congénitos, y muchos de los datos citados tienen que ver con los niños. Para dar sólo un ejemplo: la región de Lothian en Escocia recibió más radiación que la mayor parte del resto del Reino Unido y hubo un número significativamente más alto de niños que nacieron con síndrome de Down en 1987, un año después de Chernobyl.

Incluso si se acepta que pueda existir otra causa primaria, la radiación puede contribuir a ello, por ejemplo acelerando su progreso o impidiendo que el cuerpo lo combata con eficacia. Se plantea una cuestión muy importante. Chernobyl fue un desastre, pero también fue un gran experimento. Yablokov y sus colaboradores recogieron gran cantidad de datos en muchas regiones de la antigua Unión Soviética. De este modo pudieron comparar la incidencia de muchas enfermedades en las zonas donde habían recibido altos niveles de radiación con otras áreas que no la habían recibido. Había una amplia de gama de enfermedades que no se habían relacionado con la exposición a la radiación, pero ahora hay evidencias epidemiológicas que sugieren que sí la hay.

Esto no constituye una prueba de causa y efecto, al igual que el trabajo de Doll y Bradford Hill no ha demostrado que fumar cigarrillos cause cáncer de pulmón. Pero hay fuertes indicios que esa conexión, y debe ser el punto de partida de más investigaciones. En cambio, en su afán de desacreditar el informe Yablokov y así ocultar la verdadera dimensión del desastre, incluyendo el de Chernobyl, la OMS y otras agencias internacionales, están ignorando deliberadamente un conjunto de datos que podrían conducir a una mejor comprensión de muchas enfermedades y de los peligros de las radiaciones ionizantes. Esto es inconcebible.

Una versión con todas las referencias está disponible para los miembros de ISIS en su página web:



Japón: Navidad en la zona de radiación

por Chris Williams, 28 de diciembre de 2011 

http://dissidentvoice.org/2011/12/christmas-in-the-radiation-zone/


Es lo primero que se nota: un color naranja eléctrico, los deliciosos y maduros hoshigaki (es un tipo de caqui) cuelgas de las ramas. Cuando vamos en coche desde Fukushima a Soma, en la costa nordeste del país, pasamos por lugares donde los árboles de caqui puntean el paisaje, todos cargados de fruta, lista para su cosecha. Pero este año, los caquis de la prefectura de Fukushima permanecerán en el árbol. Se los deja generosamente a los descomponedores microbianos, siendo un recuerdo silencioso de la amenaza lenta pero de gran alcance del accidente nuclear.

Desde el 11 de marzo, las personas que viven en la zona, expertas en la agricultura de esta región verde y fértil, han añadido a sus conocimientos lo que supone la radiación, y los caquis son considerados inseguros, ya que han sido irradiados por los vertidos de la planta accidentada de Fukushima Daiichi, a 25 kilómetros al sur de aquí. Me han dicho que los frutos secos, una especialidad local, tienen niveles muy altos de contaminación radiactiva.

A medida que viajábamos a través de las brillantes montañas miraba los valores del dosímetro que llevábamos colgando del espejo retrovisor y empezó a pitar de forma alarmante. Llegamos al lugar donde se encontraba un campamento de verano para niños, en silencio nos entregaron una mascarilla facial, mientras continuaba el sonido siniestro del aparato que marcaba lecturas por encima de 1 micro-sievert por hora, corroborado por un segundo dosímetro para verificar la calibración. Luego pasamos por un incinerador local donde se quemaba la basura, y de nuevo altos niveles de radiación.
Antes limitado a las instalaciones nucleares y a los laboratorios de las universidades, las gentes de la prefectura de Fukushima se han convertido en radiólogos aficionados, siguiendo la radiación de un lugar a otro, ya que el viento y la lluvia de forma aleatoria la traslada por el paisaje local.

Están preocupados y enfadados porque no han recibido adecuada información por parte del Gobierno japonés sobre la amenaza de la radiación y porque quieren que el Gobierno evacúe las zonas más afectadas, de modo que el pueblo de Fukushima ha tenido que tenido que tomar sus propias medidas. El reciente informe provisional publicado por el Gobierno sobre las causas y las lecciones de la catástrofe de Fukushima pone de manifiesto lo mal que se informó: “Se retrasó la información pública sobre asunto tan urgente, los comunicados de prensa fueron censurados, y las explicaciones muy ambiguas. Independientemente de las razones que hubiera para actuar de tal manera, era precisa una rápida comunicación en este caso de emergencia”. 

De acuerdo con la gente de Fukushima, esta tendencia continúa, sobre todo ahora que el primer ministro Noda anunció que la crisis nuclear ya se había resuelto.

En la ciudad de Fukushima, la gente se organiza y protege a sí misma. Es una experiencia un tanto surrealista, ya que me dirijo a una de las mecas del consumismo, que es una característica de cada ciudad. Pero en lugar de ir de compras a un centro comercial me llevan a una reciente estación de medición de radiactividad. En el interior están las zapatillas perfectamente ordenadas, y veo juguetes para los niños y una pizarra. Detrás del mostrador hay un equipo para comprobar los niveles de radiación de la comida, así como un contador de cuerpo entero, donde los niños y los adultos verifican todos los días los niveles de radiación de su cuerpo. Está dirigido casi en su totalidad por voluntarios que han recibido una formación sobre salud radiológica de una ONG francesa y lo puede usar cualquier persona por debajo de los 20 años de edad.

Al entrar en un edificio de apartamentos de la ciudad de Fukushima, en contraste con lo que se encontraba otras veces, veo escrito a mano en las columnas los niveles de radiación que se publican. Los datos recogidos cada siete días en la zona circundante muestran los niveles fluctuantes de la radiación, y las lecturas especialmente altas se rodean en rojo.

Han sido evacuadas las vacas, pero al parecer más allá de la zona de evacuación obligatoria de 20 kilómetros donde se considera que es seguro para los seres humanos, incluso para los niños y muchachos. Hiroyuki, que se ha convertido en un activista de la salud pública, evacuó a su esposa e hija de cuatro años de edad a Tokio, y después a Kyoto. Ahora sólo les ve una vez al mes, y se ha quedado para asegurarse de que los Gobiernos nacional y regional asumen los riesgos para la salud de las personas que viven aquí. Forma parte de una campaña cada vez más amplia que se ha organizado en Fukushima para salvar a los niños de la radiación, para que el Gobierno cambie sus directrices sobre radiación, para que se evacúen a las personas con altos niveles de radiación, y para proporcionar apoyo a las personas que voluntariamente quieran ser evacuadas.

La radiación emitida por los tres reactores gravemente dañados, que han sufrido explosiones y colapsos en el complejo de Fukushima Daiichi, se ha extendido por todas partes. Además de la evacuación de las personas que vivían en un radio de 20 kilómetros en torno a la central, el Gobierno ha elevado la radiación admisible en veinte veces, desde 1mSv/año, cifra reconocida internacionalmente, a 20. Esto significa que cualquier lugar que esté por encima de 0,6 micro-sieverts/hora, cantidad limitada a personas que trabajan en “áreas controladas radiológicamente”, ya no es motivo de evacuación, con lo cual desciende en número de personas que debieran de ser evacuadas.

A pesar de que se dice que los centros de evacuación de emergencia son temporales, es probable que miles de personas de las 110.000 evacuadas, en particular de los alrededores de Fukushima Daiichi y por donde el viento extendió la nube radiactiva, nunca podrán volver a sus hogares debido a la larga vida media de los radioisótopos que contaminaron el suelo, el agua y los alimentos. De hecho, el informe provisional concluye diciendo que “teniendo en cuenta que muchas personas estarán obligadas a pasar su vida en centros de evacuación por un período largo de tiempo, que sufren de contaminación por radiación o el miedo a la exposición, al aire contaminado, los suelos, el agua y los alimentos”. 

Incluso antes de que se publicase el Informe, algunas personas que he conocido se refieren a sí misma como la “diáspora de Fukushima”, en lugar de llamarse evacuados, porque creen que jamás podrán volver a su tierra.

Llegamos a la pequeña comunidad de Isobe, que se encuentra en la costa. O por lo menos, lo que queda de Isobe. Nos hemos reunido con Toshiko Kooriki en su nueva vivienda temporal, junto a otras hileras de viviendas prefabricadas. Nos lleva a que veamos lo que queda de su antigua casa, que sobresale un par de metros sobre un paisaje lunar árido, que una vez fue una pequeña comunidad formada por 400 familias, pero que el maremoto arrasó. Nos señala las diferentes salas y nos dice que viene aquí de vez en cuando y llora.

Japón es tierra de contrastes, y así lo comprobamos cuando nos encontramos con Hatsumi Terashima, un pescador de 54 años, aunque ya no lo sea. Nos relata la experiencia del tsunami, y nos muestra todo lo que queda de su casa: una planicie de barro en cuyo fondo se encuentra el pueblo que fue. Perdió a sus nietos, a su hijo, a la esposa de su hijo y a su suegra.

 
Inmediatamente después de producirse el terremoto, se encontraba ordenado las cosas cuando el tsunami llegó. Se decía en Isobe que nunca un tsunami podría llegar hasta aquí. En su incredulidad vio como una oscura pared de agua se precipitaba hacia él y lo arrastró durante tres kilómetros tierra dentro. Se fracturó la rodilla, pero una cuerda lo enredó y lo sujeto, a diferencia de los otros cinco miembros de su familia que se encuentran entre los 264 desaparecidos. Pero no se puede pescar porque el mar tiene altos niveles de radiactividad. Pesa su tiempo cerca del mar, viendo los escombros y otros desechos dejando por la aplastante fuerza del tsunami.

Iatate, una ciudad directamente afectada durante la trayectoria de la columna de material radiactivo, pero fuera de la zona de exclusión de 20 kilómetros, ha sido evacuada como zona de alta radiación. Sin embargo, esto se hizo después de que se produjesen la mayor parte de los vertidos radiactivos, ya que la red de alerta temprana, sistema de seguridad instalado por el Gobierno, y creada específicamente para este propósito, dejó de funcionar debido a “rotura de los enlaces de comunicación debido al terremoto y el sistema de detección no pudo recibir la información de los datos de elevada radiactividad”.

Mientras que este sistema (SPEEDI) pudo haber proporcionado algunos datos cruciales y hubiese ayudado a una rápida evacuación para que las personas no hubiesen estado expuestas a nivel tan alto de radiación, tampoco les llegó información por parte de las autoridades locales porque

El servicio de Respuesta de Emergencia Nuclear (NERHQ) no funcionó, ante lo cual la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial (NISA) debería haber proporcionado los datos de SPEEDI a la población. Pero a ninguno de ellos se le ocurrió dar esta información. El Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología, el Ministerio que tiene competencias en el sistema SPEEDI, tampoco proporcionó la información, bien directamente o través de otro servicio del Gobierno. 

A medida que pasamos a través de Iatate en nuestro camino de regreso a Soma, vemos que el pueblo está en silencio y en la oscuridad. Las únicas luces son las de las farolas y las de la residencia de ancianos que sigue ocupada, ya que son demasiado viejos y vulnerables para desplazarse a otro lugar seguro. El cuidado de los ancianos se lleva a cabo por rotaciones estrictas entre los trabajadores.

Nos detenemos en la escuela secundaria de la ciudad. En el interior del coche las mediciones indican de 0,14 a 1,8 microsieverts por hora. Salimos fuera y dejamos los contadores Geiger en el suelo, subiendo los valores a 6 microsievert/hora.

A pesar de la devastación y de la pérdida de vidas humanas causada por el terremoto y el tsunami, la gente que conozco de la prefectura de Fukushima, en lugar de hablar de aquellos acontecimientos, habla de los niveles de radiación y cómo su tierra está contaminada por un peligro invisible y permanente, la gente está temerosa aunque el Gobierno trate de convencerlos de que es seguro.

Japón se describe a menudo en el extranjero como el país más capaz para hacer frente a un accidente nuclear. Sin embargo, de la lectura del Informe provisional del Gobierno se deduce que los organismos responsables de la planificación de emergencia se basaban en supuestos falsos, que llevó a cometer muchos errores en el momento en el que aumentó la gravedad de la crisis y las personas estuvieron expuestas a la radiación. Los errores se cometieron en la propia planta nuclear, así como fallos en la comunicación y falta general de planificación. Se es muy crítico con el plan de emergencias, la actuación de TEPCO y el uso indebido de la red de alerta temprana SPEEDI.

Junto a otras muchas deficiencias en la respuesta operativa y de emergencia, de acuerdo con el informe de calificación de NISA, ni siquiera se envió a la sede de TEPCO una petición de información para dar cuenta de forma eficaz al Primer Ministro del país, a pesar de que TEPCO se encuentra muy cerca de las oficinas de NISA. Después del accidente en el Golfo de México en la planta petrolífera de BP, las medidas que se exigieron a TEPCO para proteger sus plantas nucleares de los tsunamis fueron voluntarias, que por supuesto, al ser una entidad con ánimo de lucro y no de seguridad, no las tomó: “TEPCO no aplicó las medidas contra tsunamis como parte de la Hoja de Ruta de Gestión de Accidentes (AM). Su preparación en caso de accidente, tales como daños graves en el núcleo de un reactor como consecuencias de desastres naturales fueron muy deficientes”. 

En una sociedad dominada por los hombres -sólo el 10% del Parlamento Japonés está formado por mujeres- hay un fuerte liderazgo femenino en el movimiento contra el Gobierno y la utilización de la energía nuclear, fácilmente perceptible. En una de las muchas reuniones que se organizan sobre la radiación y la evacuación de los niños, hablé con un grupo de mujeres que han decidido quedarse para preservar la estabilidad familiar, y he visto que reina ira contra el Gobierno y también miedo por las consecuencias de quedarse.

Una mujer, que sólo se quiso identificar cono Mihonmatsu, por miedo a que se la recriminase por seguir planteando la cuestión de la radiación en la ciudad de Fukushima, mantiene reuniones con personas de confianza para hablar de sus experiencias y planear estrategias. Me muestra los documentos emitidos por el Gobierno y el monitor de radiación. Todos los días tiene que completar de forma detallada los movimientos y los alimentos consumidos por sus hijos, Cuando los haya completado, debe enviarlos al Gobierno para su análisis, junto con el dosímetro que su hija está obligada a llevar en todo momento. Nihonmatsu pregunta: “Si todo es tan seguro como dicen, ¿por qué el Gobierno nos obliga a hacer estas cosas?”. 

Otra mujer, Jinko Mera, que tendrá unos 50 años, asiente con la cabeza: “Siempre tenemos que pensar en la cantidad de radiación que presentan nuestros alimentos. Queremos vivir sin eso. Teníamos los alimentos más saludables en nuestra región, pero no podemos secar caquis, no podemos comer nuestros melocotones, no podemos comer nuestra propia comida”. 

En otra reunión de la organización el día de Navidad, las mujeres debaten sobre si realizar una sentada frente al Ministerio de Economía, Comercio e Industria, el METI, del que la Agencia de Regulación Nuclear Japonesa, NISA, forma parte.

En medio de testimonios y recuerdos, vieron el documental de 1983 en el que se ve a mujeres que ocupan la base de misiles nucleares que Estados Unidos construyó en Greenhan Common, Inglaterra. Una nueva generación de mujeres se inspiran en las canciones y en la lucha colectiva en un tipo diferente de lucha contra la energía nuclear. Quieren que el Gobierno proteja a sus familias de inmediato, pero tampoco quieren que nadie más pase por lo que ellos están pasando. Forman parte de una campaña para que se cierren definitivamente los 54 reactores nucleares y que se erradique definitivamente la energía nuclear de las costas de Japón.


De acuerdo con un reciente informe de Greenpeace de Japón y el Instituto de Políticas de Energía Sostenibles, con sede en Tokio, Japón podría generar el 43% de su energía mediante fuentes renovables para el año 2020, superando el 30% que produce actualmente la energía nuclear ( aunque sólo 6 de los 54 reactores están actualmente en funcionamiento). Con un descenso muy rápido de la población de Japón, se quiere reducir de 125 millones de personas a 100 millones en 2050, el único impedimento para llevar a cabo una política sensata y segura es, por tanto, político.

La reunión de los activistas termina con una intensa emoción y el espíritu de los asistentes se une al entrelazar sus manos y cantar, evocando otro círculo anterior, cuando 30.000 mujeres formaron un anillo alrededor del perímetro de nueve millas en torno a la base de Greenham Common y dijeron: ¡No pasarán!. Cantaron Furosato, una canción japonesa llena de nostalgia y recuerdos:

Algún día, cuando haya hecho lo que me propuse,
voy a volver al lugar donde tenía mi casa.
Exuberantes y verdes son las montañas de mi patria,
puro y claro el agua de mi antigua casa. 

La próxima manifestación de las mujeres de Fukushima ya tiene fecha, el 28 de diciembre, y la gente de Fukushima marchará una vez más.

Chris Williams es un activista que defiende el Medio Ambiente desde hace muchos tiempo. Es autor de Ecología y Socialismo: soluciones a la crisis ecológica del capitalismo. Sus artículos han aparecido en International Socialist Review, The Indypendent Truthout, y Znet. Es profesor de Física en la Universidad de Pace y Presidente del Departamento de Ciencias del Packer Collegiate Institute. Su sitio web es http://www.ecologyandsocialism.org y puede contactar con él : ecologyandsocialism@gmail.com






12 de noviembre de 2011: visita a la central nuclear de Fukushima


Reportaje fotográfico de David Guttenfelder, Pool
(Hacer click sobre las imágenes si se desea ampliarlas)

Un empleado de la Tokyo Electric Power Co. (TEPCO), vestido con traje de protección y mascarilla, utiliza un megáfono para dirigirse a los trabajadores de TEPCO y a los periodistas que se dirigen hacia las instalaciones de la central nuclear Fukushima Dai-ichi, en la ciudad de Okuma, Japón, el pasado sábado, 12 de noviembre de 2011. Las condiciones en que se encontraba la central nuclear después del devastador tsunami del pasado mes de marzo han mejorando poco a poco, hasta el punto de que ya es posible planear una parada fría, según indicaron las autoridades durante el recorrido por las instalaciones. En las inmediaciones de los reactores de la central aún se observan vallas retorcidas, camiones volcados, tanques de agua abollados. Los edificios de oficinas que rodean los reactores fueron abandonados el 11 de marzo, en el momento en que se produjo el tsunami. (David Guttenfelder, Pool)

La policía japonesa en un puesto de control en el límite de la zona contaminada de exclusión, en torno a la central nuclear de Fukushima Dai-ichi, cerca de Okuma, prefectura de Fukushima, el 12 de noviembre.

Una calle desierta dentro de la zona de exclusión, observada desde el autobús que nos lleva hasta la central.

Capos y edificios abandonados dentro de la zona de exclusión, el mismo día. (David Guttenfelder, Pool)

Empleados de TEPCO y periodistas japoneses observan la central nuclear de Fukushima por las ventanillas del autobús. Por primera vez desde el accidente se permite a los medios de comunicación comprobar la devastación ocasionada en la planta nuclear: vehículos retorcidos, el edificio de contención del reactor desmoronado, escombros amontonados, todo prácticamente igual que cuando el tsunami golpeó hace ocho meses. (David Guttenfelder, Pool)

El edificio del reactor de la Unidad 4 observado desde el autobús. ((David Guttenfelder, Pool) Tuberías desgajadas y retorcidas; barreras improvisadas.....

 
El Ministro de Medio Ambiente, Goshi Hosono, saluda a los empleados de TEPCO que se encuentran en el centro de operaciones de emergencia de la central nuclear. (David Guttenfelder, Pool)

Los periodistas, con trajes de protección, durante la entrevista con el Ministro de Medio Ambiente del Gobierno de Japón, Goshi Hosono, y el Jefe de la planta nuclear, Masao Yoshida, en el interior del centro de operaciones de emergencia, el pasado 12 de noviembre. (David Guttenfelder, Pool)

Control de la radiación a los empleados dentro del centro de operaciones de emergencia de la central. Los empleados están provistos de traje y máscara de protección.




http://cryptome.org/eyeball/daiichi-111211/daiichi-111211.htm

Petición de ayuda desde Fukushima: nuestros niños están atrapados por la radiación

Mensaje desde Fukushima

 

  • Buenos días, me llamo Nakate y soy representante de una Organización para proteger a los niños de la radiación. Hace ya tres meses del accidente nuclear de Fukushima. Cada día descubrimos nuevos hechos. Sabemos que el Gobierno nos ha engañado. Nosotros, los ciudadanos de Fukushima nos preguntamos si esta región se ha vuelto inhabitable y si nuestros niños deberían seguir viviendo aquí. Pedimos la evacuación de los niños, así como la de sus padres. Ni el Gobierno japonés ni las instancias locales tienen prevista una evacuación. Estamos solos ante esta situación. Necesitamos de apoyo nacional e internacional. Si así lo desean pueden enviar mensajes de apoyo a Japón y también quisiéramos que nos ayudasen a salvar a nuestros niños.

  • Hace muy buen tiempo, cálido y húmedo. Los niños están obligados a llevar manga larga, pantalones y una máscara durante el tiempos que se encuentran en un aclase muy calurosa y con las puertas y ventanas cerradas. A partir de ahora, los niños de Fukushima viven diariamente con la angustia de que pueden caer enfermos en cualquier momento. La situación es muy triste e imperdonable. Les pedimos que pasen este mensaje al mundo entero. No nos queremos hacer una idea de los que esto podrá ser de aquí a unos 10 o 20 años sin nuestra situación no evoluciona de forma satisfactoria rápidamente. Sólo vemos un futuro con la radiación todavía presente, a la que estarán sometidos nuestros niños si no logramos mejorar este escenario indeseable. Tememos un mundo terrible en el futuro si no logramos proteger ahora la vida de nuestros niños. Rogamos que se difunda este mensaje al mundo entero.

  • Hoy, en nuestra ciudad de Fukushima, el Gobierno ha reducido el proceso de descontaminación. Este proceso comenzó mientras nuestros niños seguían viviendo aquí. Las zonas con una radiación de más de 5 milisieverts por año fueron evacuadas después del accidente de Chernobil, pero en Fukushima, decenas de millares de niños continúan viviendo aquí. En el accidente de Chernobil, los residentes de las zonas contaminadas con más de un milisievert por año (1mSV/an) tenían la posibilidad de ser evacuados y ser realojados en otros lugares. Pero hoy, en Fukushima, hay 150.000 personas que viven de forma constante aquí, incapaces de trasladarse a otro lugar. Somos un pequeño grupo de ciudadanos, pero estamos decididos a movernos para salvar y proteger a las personas de la radiación. Si ustedes pueden, envíennos su apoyo.




Un gran suministrador japonés admite haber vendido carne contaminada

Europa Press
TOKIO, 17 (Reuters/EP)

El segundo mayor suministrador de carne de Japón, la compañía Aeon, ha reconocido este domingo que ha vendido carne de vaca contaminada con cesio radiactivo en varios establecimientos de Tokio y sus alrededores, según ha informado la empresa en un comunicado.

En el país nipón, se han registrado casos de vegetales, te, leche, marisco y agua contaminados por radiación desde que se produjo el accidente en la central nuclear de Fukushima-1, gravemente dañada por el terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo, que ha supuesto la mayor crisis nuclear desde el accidente registrado en la planta de Chernobil (Ucrania) en 1986.

La compañía Aeon ha admitido que ha vendido carne de vaca contaminada en una tienda de Tokio y en más de una decenas de establecimientos situados en los alrededores de la capital japonesa.
Aeon, que compite con el mayor suministrador del país, Seven and I Holdings, ha indicado en un comunicado que las vacas fueron alimentadas con pienso fabricado con arroz que excede los límites de cesio radiactivo impuestos por el Gobierno.

Probablemente, las autoridades japonesas prohibirán la exportación y el comercio de carne de vaca procedente de la provincia de Fukushima, según ha informado este domingo un responsable gubernamental.
La compañía Aeon ha explicado que ha vendido 319 kilogramos de carne de vaca entre el 27 de abril y el 20 de junio en una tienda de Tokio y en establecimientos en Kanagawa, Chiba, Shizuoka e Ishikawa. Asimismo, ha asegurado que comprobará el estado de todos los envíos de carne que puedan estar contaminado.

El resultado más probable es que prohibamos todos los envíos de carne“, ha asegurado el responsable gubernamental de coordinar la crisis nuclear, Goshi Hosono, en un programa de televisión este domingo. “Estamos discutiendo este tema. Tenemos que garantizar la seguridad alimentaria“, ha añadido.

La semana pasada, fueron hallados niveles de cesio radiactivo entre tres y seis veces superiores a los límites legales en carne de vaca procedente de una granja de la ciudad de Minami Soma, situada cerca de la central de Fukushima-1.

Un responsable del Ministerio de Agricultura japonés ha asegurado que el consumo ocasional de esta carne contaminada no supone un riesgo para la salud.

El comercio de algunos tipos de vegetales de zonas cercanas a la planta de Fukushima ha sido prohibido debido a los altos niveles de radiación. También se han encontrado altos niveles de cesio radiactivo en el pescado ‘kounago’ recogido en aguas próximas a la planta nuclear.

 http://www.lukor.com/not-mun/11071701.htm