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La decepción nuclear

Por el Dr. Mark Sircus, 24 de mayo de 2011


En The New York Times, un artículo del mes de marzo comenzaba con estas palabras: “En medio de la creciente alarma en Estados Unidos y otros países sobre la crisis nuclear de Japón…” Hoy parece que esa alarma ha disminuido y apenas se oyen noticias en los principales medios de comunicación. Pero ya hace dos meses oíamos lo siguiente: “ Las autoridades están en una situación cada vez más desesperada y utilizan métodos poco convencionales para enfriar los reactores dañados.” “Washington presenta un panorama mucho más sombrío del que ofrece el Gobierno japonés.” 

La decisión de centrarse en el reactor nº 3 parece sugerir que las autoridades japonesas lo consideran como el que representa una mayor amenaza, ya que es el único que está cargado con una mezcla de combustible conocida como MOX, una mezcla de óxido, entre los que se encuentra plutonio recuperado.” 

Ingenieros nucleares occidentales han dicho que la liberación de MOX a la atmósfera produciría una nube radiactiva más peligrosa que la dispersión de las barras de combustible de uranio. Las autoridades japonesas han expresado su preocupación de que la presión en el reactor nº3 haya descendido, lo que puede indicar o un mal funcionamiento de los indicadores o que se ha producido una ruptura.” 

Hoy en la prensa hemos tenido la confirmación oficial de que la situación de este reactor ha empeorado, además de los reactores números 1 y 2. Y con los recientes terremotos, 7 a lo largo del sector norte de Sendai, Japón aún puede tener más problemas de los que ya tiene. La tierra se sigue moviendo y no cesa.

Los mapas de radiación emitida por la planta nuclear muestra una nube alargada que se extiende por el océano Pacífico”. Claro, dijeron que no había nada de qué preocuparse, pero no cambia el hecho de que se esté produciendo una nube radiactiva que esté llevando gran cantidad de radiación hacia América del Norte. Hay informaciones que señalan que el viento está a punto de cambiar de dirección, hacia el sur de Japón, con lo que hacia la ciudad de Tokyo puede aumentar una mayor cantidad de radiación de la recibida hasta ahora.

Todo lo citado anteriormente era lo que decían los grandes medios de comunicación y ahora tenemos la confirmación de un escenario mucho peor que entonces, pero la prensa no se hace eco de estas noticias, sólo de los escándalos sexuales del jefe del FMI. El asesinato de Osama bin Laden o la guerra de Libia parecen ya noticias viejas. Unos titulares diciendo “lluvia de plutonio” no sería algo muy atractivo. Es más agradable hablar de bodas, o de los hijos de los dueños de la minas de uranio.

Nos hace falta una mayor sensibilidad para sentir cómo está empeorando la situación, especialmente sobre la pesadilla nuclear que se desarrolla en Japón y un área cada vez mayor del Pacífico. He intentado alejarme un poco de los acontecimientos mundiales, sobre todo de Internet, recluyéndome durante unos días en el Santuario. Pero cuando llegué el otro día, mi correo me mostraba lo que está pasando en Fukushima y sentía como si un cuchillo se hubiera clavado en mi corazón.

Mi esposa me sigue insistiendo para que me aleje de este sentimiento de destrucción y oscuridad, y bien que lo intento, pero eso supondría mantenerme alejado de la red y olvidar lo que está pasando. De todos modos me tomaré unas vacaciones y quiero disfrutar de nuevo publicando ensayos sobre la vida espiritual. Ha sido maravilloso poder estar una semana completa en ese lugar de retiro que es el Santuario, pero uno vuelve a las andadas sobre la actualidad del mundo nuclear y natural.
[…]

Los efectos en la salud de bajos niveles de radiación pueden tardar hasta 20 o 30 años en aparecer. Esta es una de las razones por las cuales las personas descartan estos efectos tan fácilmente. Todo el mundo parece estar de nuevo relajado, ya ha perdido el sentido de la emergencia, pero esta mañana me desperté de nuevo con una gran intranquilidad y apenas podía concentrarme en mi trabajo.

¿Pero puedo estar de vacaciones viendo lo que está sucediendo en la Tierra? ¿ Hay alguna forma de evitar el ser irradiado con partículas radiactivas y de plutonio que se difunden por el Hemisferio Norte y pronto también por el del Sur?
Voy a seguir publicando vídeos del profesor Christopher Busby del Comité Europeo sobre Riesgos de Radiación y de Arthur Gundersen de Fairwinds, que dicen que elementos gaseosos y líquidos altamente radiactivos se están liberando al ambiente desde Fukushima, sin que disminuya esta emisión. Con una fusión del núcleo en los reactores 1, 2 y 3, y con el reactor 4 dirigiéndose hacia su colapso, “la situación sigue empeorando.” El Dr. Busby ha dicho: “ Es hora de que el Gobierno japonés tome el control. Pero es muy difícil saber cómo podría tomar el control de la situación. La situación está fuera de control.” 

Los principales organismos Gubernamentales de los Estados Unidos están reduciendo el control que realizan sobre la radiación, porque dicen que no hay motivo para preocuparse.

También voy a seguir publicando lo que dice la Doctora Helen Caldicott, cosas tales como: “Se ha producido una gran explosión, una explosión del combustible del reactor, lo cual explicaría que se encuentre plutonio a una milla y media del reactor. Algunos testigos informaron que se produjo una gran explosión y abundante humo negro. Las pruebas realizadas en los Estados Unidos son inadecuadas. El humo producido en esta explosión probablemente contenga plutonio, que podría ser arrastrado por los vientos hacia Estados Unidos. De hecho, ya se ha encontrado plutonio en algunas zonas del Oeste.” 

Estos tres profesionales parece que están ofreciendo unas informaciones más confiables y respetables sobre lo que está sucediendo, y que es motivo de preocupación. Estoy empezando a desechar la información del Dr. Michio Kaku, que a pesar de ser un científico crítico, sobre todo en los primeros días del accidente nuclear, pidiendo la construcción de un sarcófago, ahora parece retractarse de sus advertencias y dice también que el cometa Elenin apenas es una rocas de unos cientos de metros.

Si se piensa de forma adecuada, no hay necesidad de esperar a que sucedan ciertos acontecimientos. No se puede controlar el mundo entero, pero podemos prepararnos para lo que venga.”
Doug Casy

Tenemos que hacer todo lo posible para reconducir nuestras vidas en las dirección que queramos ir, a pesar de que la Tierra está cada vez mas intensamente contaminadas con materiales radiactivos, metales pesados y productos químicos, que nos impiden llevan a cabo nuestros mejores deseos de salud, y en este sentido, la Medicina Oficial está haciendo muy poco o nada para informarnos y decirnos las formas de enfrentarnos a este tipo de peligros que penetran en nuestro cuerpo.

Marianne Barisonek escribió, ” Fukushima prácticamente ha desaparecido de las primeras páginas. Esto no se debe a que las centrales nucleares hayan dejado de arrojar radiación al medio ambiente, o porque la situación sea menos peligrosa. Realmente no sabemos cuánta radiación se ha escapado de Fukushima. El interior de los reactores están demasiado calientes para que se pueda entrar, y no hay manera de saber cuántas barras de combustible han quedado al descubierto, expuestas al aire. No sabemos cuánta radiación ha caído con la lluvia. Nada sabemos de lo que se ha vertido al océano.”

Sin embargo, la EPA nos asegura que con las 30 muestras de leche recogidas en todo el país, ni siquiera una por cada Estado, una vez cada tres meses, tendremos una idea de las repercusiones en la salud de la radiación emitida por Fukushima. La radiación no cae de forma uniforme. Medir una muestra de leche para todo un Estado es como decir que vas a encontrar a tu amigo de Nueva York en medio de Times Square, la persona concreta en el momento justo”, dice Barisonek.

Las autoridades de Estados Unidos nos aseguran que nuestras centrales nucleares son seguras y construidas con los medios de contención adecuados, que protegerían de un gran terremoto como el que se produjo allí. Vea este vídeo de Arnie Gundersen, donde se explican las carencias de nuestras plantas de energía nuclear a este respecto:

 Otro vídeo en el que habla el doctor Chris Busby:

Fuente del artículo:
http://blog.imva.info/medicine/nuclear-deception





Riesgos invisibles en la comida

SALUD | LOS GRANDES NIVELES DE POLUCIÓN SON ASIMILADOS POR NUESTRO CUERPO A TRAVÉS DE LA ALIMENTACIÓN
 
El mercurio en los grandes pescados y productos químicos como los plaguicidas se introducen en algún momento en la cadena alimentaria. A pesar que desde 2004 está en vigor el convenio de Estocolmo para evitar los Contaminantes Orgánicos Persistentes en nuestra dieta, la alimentación es uno de los mayores causantes de contaminación en nuestro cuerpo.

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Héctor Rojo Letón (Redacción)
Martes 26 de abril de 2011.  Número 148
 
El ‘efecto cóctel’, es decir, la existencia de varios contaminantes, aunque con niveles permitidos, en cada alimento, es la mayor preocupación de los especialistas.
“Generalmente, la producción de verduras de hoja verde así como productos animales como leche y huevos son de mayor preocupación sobre una posible contaminación”, indicaba la Organización Mundial de la Salud a principios de abril, después de que la propietaria de Fukushima vertiera miles de litros de agua contaminada al mar. Estas recomendaciones sirven realmente para cualquier contaminante que esté presente en la cadena alimentaria.

La contaminación por plutonio no sólo llega a través de las fugas y accidentes de centrales. Según la Agencia para las Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades (ATSDR, por sus siglas en inglés) de EE UU, las pruebas de armas nucleares son “la fuente de la mayor parte de plutonio en el ambiente”. En el Estado español, la mayor fuga de plutonio fue la desatada por las bombas de Palomares (Almería), de la que todavía quedan restos en los alrededores. Un estudio de la Universidad de Sevilla confirmó en 2010 la presencia de este metal en sedimentos marinos del Mediterráneo. “Nadie ha estudiado todavía si ha penetrado en la cadena alimentaria”, explica Eduard Rodríguez Farré, investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona (CSIC-IDIBAPS). Estas radiaciones pueden causar daños en el ADN de las células. Si las lesiones no son demasiado importantes, ese ADN se regenerará correctamente. Pero una reparación defectuosa puede facilitar la aparición de un cáncer con posterioridad.
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La contaminación diaria
Más allá de los escapes radioactivos, el Estado español no se muestra muy transparente en cuanto a la contaminación que llega a nuestros platos desde el mar. En marzo, la fundación Oceana denunció que el Gobierno lleva cuatro años ocultando datos sobre los niveles de mercurio presentes en ciertas especies marinas. “Desde hace años, se intenta que se incluya al metilmercurio en la lista de Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), pero hay muchos intereses para evitarlo”, explica Farré.

Los COP son –según resume el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud de CC OO– sustancias químicas que tienen una elevada permanencia en el medioambiente al ser resistentes a la degradación; son bioacumulables, se incorporan en los tejidos de los seres vivos y pueden aumentar su concentración a través de la cadena alimentaria, son altamente tóxicos, y provocan graves efectos sobre la salud humana y el medioambiente; y tienen potencial para trasportarse a larga distancia.

“La gente dice ‘qué bien vivimos, cuánto bienestar’, pero nadie piensa en el aumento de la infertilidad, del asma infantil, del alzheimer, del cáncer, diabetes… esto se debe al puñetero modelo de desarrollo del que hemos disfrutado. Esto no sale gratis”, denunciaba en marzo Miquel Porta, catedrático de salud pública del Instituto Municipal de Investigación Médica y la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona) en El Escarabajo Verde de La2. Más allá de una postura alarmista, Porta (coautor de Nuestra contaminación interna. Concentraciones de Compuestos Tóxicos Persistentes (CTP) en la población española) reclama una sociedad que esté pendiente de lo que come.

Es muy importante consumir productos frescos y a poder ser ecológicos, no repetir todos los días los mismos alimentos y dedicar un tiempo tranquilo a las comidas. En estos momentos en los que la sensibilidad a los alimentos crece sin parar, es importante observar si algún alimento nos da reacción. La reacción puede ser flatulencia, malestar, contracción del esófago o estómago, espasmos intestinales, somnolencia y también bajada de ánimo u otros”, explica a DIAGONAL Pilar Muñoz- Calero, doctora y presidenta de la Fundación Alborada.

La doctora Muñoz-Calero explica los patrones de las nuevas enfermedades: “Son multisistémicas (pueden afectar a cualquier órgano o sistema aunque la causa sea la misma), son crónicas, pues el organismo que es incapaz de eliminarlos o asimilarlos los acumula en un intento de adaptación hasta que se satura la capacidad de acumular más sin exponerse a un riesgo más grave de que afecte a órganos o sistemas vitales. El intento de adaptación a los tóxicos agota a otros recursos y otras formas de compensación del organismo”.

“Muchos doctores recomiendan una dieta sana asumiendo que el paciente sabe cuál debe ser ésta. En general se manda una dieta que evite sal, azúcar o grasas saturadas sobre todo, eso está bien pero es insuficiente. La primera regla debería ser evitar aditivos, conservantes y colorantes que hacen daño a las personas sensibles y también a las que no lo son tanto”, amplía Muñoz-Calero.

Según el último informe de la Autoridad Europea de la Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), casi el 50% de las frutas y verduras convencionales en el mercado europeo contienen restos de uno o de varios plaguicidas. “Peor aún” –mantiene Claude Aubert en el libro Otra alimentación es posible– “se constata que la proporción de alimentos que contienen más de dos residuos está en aumento constante desde hace varios años. La explicación es sencilla: para evitar rebasar el límite máximo de residuos”, se utilizan varios plaguicidas a niveles permitidos. Esto se denomina “efecto cóctel” y “no hay ninguna normativa que regule esta suma, ni se conocen muy bien sus consecuencias”, reconoce Farré.

El convenio de Estocolmo, que está en vigor desde 2004, es el instrumento legal más importante a nivel global, ya que exige la eliminación total del planeta de plaguicidas que presentan características de COP. De hecho, estableció la prohibición de la fabricación y el uso de nueve conjuntos de plaguicidas clorados y procedimientos para la identificación de nuevos COP que se pueden agregar a la lista inicial que establece el Convenio. En 2010, se añadieron otros nueve más. Donde más se acumulan estos contaminantes “es en las grasas: leche, mantequilla, carne, etc. El principal problema está cuando se han utilizado grasas en los piensos de animales y luego pasa a nosotros”, mantiene Farré.

La postura oficial de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) es asegurar que todos los alimentos del mercado cumplen la legislación y su consumo es seguro. Aunque este periódico ha intentado ponerse en contacto con la AESAN, ningún responsable ha contestado a nuestras preguntas. Más allá de lo que se utilice como plaguicidas, los COP también pueden llegar de una forma indirecta. Por ejemplo, “se utilizan muchos plaguicidas para limpiar parques o cunetas de carreteras. Esto afecta sobre todo al ganado, que come productos contaminados. Si utilizas un organismo peligroso hay unos plazos de espera en los que no debes ingerir ese alimento. Lo ideal sería que no se utilizaran, pero si se utilizan que sigan los protocolos”, denuncia a DIAGONAL María Andrés, de Ecologistas en Acción.

Rastros durante años

El DDT fue prohibido a nivel internacional en 1969. En España se ejecutó su prohibición en 1986. Sin embargo, hasta la decáda del 2000 se ha utilizado para producir otros plaguicidas tanto en Aragón como en Catalunya, explica Nicolás Olea, catedrático de Medicina Interna de la Universidad de Granada. En esta ciudad se presentó un informe en 2009, que indica que el DDT sigue presente en el 96% de las placentas de mujeres que dan a luz en la localidad andaluza. Sus principales consecuencias son malformaciones urogenitales en los bebés y menor peso en su nacimiento.

Los COP persisten durante años, por ejemplo, “debajo del aeropuerto de Bilbao hay un vertedero de lindano. También hay otro en Sabiñanigo (Huesca)”, denuncia Farré, quien afirma que cuando se pregunta por su peligrosidad todos sus responsables lo niegan. Según un estudio de 2009 de la Universidad Pierre y Marie Curie, la exposición al lindano y al DDT duplican el riesgo de contraer Parkinson en agricultores.

El descontrol de estos componentes no es algo del pasado. Según Farré, “el queso de mozzarella del sur de Italia es uno de los alimentos más contaminados, porque en Napoles la mafia lleva años quemando residuos ilegalmente”. Mucho más conocido se han hecho las dioxinas, que a inicios de 2011 obligaron a cerrar en Alemania 4.700 granjas, ya que usaban piensos contaminados.

EMBARAZADAS Y NEONATOS 

La mayoría de los contaminantes incrementa sus riesgos tanto en las mujeres embarazadas, como en los recién nacidos. Por ejemplo, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE UU (EPA, por sus siglas en inglés) lanza desde su web unas recomendaciones específicas para mujeres en edad fértil y niños, instándoles a no comer carne de tiburón, pez espada o caballa, por ser peces que contienen altas cantidades en mercurio. Además, limita a 340 gramos semanales la ingesta de pescados y mariscos como gambas, atún enlatado claro, salmón, gado y pez gato; reduciendo a 170 gramos la ingesta de atún blanco (albacora), que tiene más mercurio que el enlatado.
En España, el 64% de los bebés que nacen tienen niveles demasiado altos de mercurio, según un estudio de 2011 de la Universidad de Valencia.

Fuente:
http://www.diagonalperiodico.net/Riesgos-invisibles-en-la-comida.html