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Peter Gleick y la fitración de documentos del Instituto Heartland


Por Lee Fang, 24 de febrero de 2012

Republicreport

Imagen procedente de Greenpeace. Haga click en la imagen para acceder a información adicional

La semana pasada, ThinkProgess y DeSmogBlog publicaron documentos internos del Instituto Heartland. Contenían información sobre los donantes de la organización, así como la estrategia para desarrollar planes de estudio en las escuelas que negaban los peligros de la contaminación y el calentamiento global. Mientras que el Instituto Heartland dice que es un grupo independiente de reflexión, los documentos dicen lo contrario: que funciona más bien como un grupo que recibe honorarios por servicios a las corporaciones – su filosofía y puntos de vista parecen estar influenciados por los deseos e intereses de los donantes.

Después de analizar los documentos, hemos encontrado otros ejemplos de este teatro de títeres en manos de las empresas, incluida la información en la que parece que el Instituto Heartland ha trabajado con grupos de presión de Comcast para el desarrollo de las telecomunicaciones a favor de la política industrial, así como evidencias de que el grupo ha aceptado dinero de una compañía de seguros de salud muy importante, mientras denuncia las garantías que se ofrecen a los consumidores, como la prohibición de discriminar a las personas por sus condiciones de salud preexistentes.

La fuga de los documentos ha generado una onda de choque, y ahora Heartland está desplegando una agresiva campaña de relaciones públicas para influir en la cobertura mediática del escándalo.

El pasado martes, un científico llamado Peter Gleick admitió que había recibido los documentos de Heartland desde una fuente anónima, y que más tarde utilizó una identidad falsa para comprobar la autenticidad de los documentos antes de filtrar los documentos, solicitando los originales para su cotejo. Heartland trata de intimidar a algunos medios de comunicación en base a la falsa identidad utilizada por el científico, en un intento de desviar la atención.

Y aunque pareciera imposible llevar esta historia hacia otro lado, Heartland se ha centrado en los métodos utilizados por Gleick para conseguir los documentos, y los medios de comunicación han picado en el anzuelo. El pasado martes, el encargado de la página de inicio de The Times intercambió un mensaje en Twiter con Zaid Jilani, de Republic Report, en el que decía que las acciones de Gleick son comparables a las de James O’Keefe, un activista conservador que disfrazado de proxeneta filmaba conversaciones con los miembros del personal de ACORN y luego publicaba fragmentos de ellas editados a conveniencia:


 No sabemos el alcance de lo ocurrido entre Gleick y Heartland, pero por lo que conocemos hasta ahora establecer una equivalencia entre Gleick y O’Keefe y News of the World no puede sostenerse. O’Keefe editaba de forma selectiva sus grabaciones de los miembros de ACORN, de modo que se producía una distorsión al sacarse los diálogos fuera de contexto. Gleick, por el contrario, envió todos los documentos que tenía en su poder a los periodistas. O’Keefe suprimió lo que le interesaba porque contradecía aquello que intentaba transmitir. News of the World pinchaba los teléfonos de personas famosas y niños para intentar conseguir dinero publicando esas historias en los tabloides. No hay nada que indique que Gleick lo haya hecho con ánimo de lucro. Él dice que actuó por “la frustración ante los esfuerzos realizados, a menudo anónimos, bien financiados y coordinados… Por los continuos ataques a los científicos que trabajan en la Ciencia Climática evitando el debate, y la falta de transparencia de las organizaciones involucradas”. 

El reportero de The Times sobre cambio climático, Andy Revkin, intervino con una entrada en el blog, argumentando también que Gleick “engañó en la búsqueda de su causa…perdiendo su credibilidad y perjudicando a otros”. Revkin dice también que se ha expuesto de forma innecesaria a los empleados del Instituto Heartland, que nada “tienen que ver con esta lucha sobre el cambio climático”.

Si bien las dudas se concentran sobre todo en torno a un documento – una página con un resumen tiene un formato ligeramente diferente a los siete archivos restantes-, Heartland ha confirmado de forma implícita la autenticidad del resto de los documentos. Por otra parte, los detalles importantes que aparecen en la página resumen que plantean dudas se repiten en otras partes de los documentos verificados.

Así que los documentos filtrados por Gleick resultan pertinentes, pero el único aspecto que se está debatiendo ahora es de las tácticas empleadas para confirmar que recibió los documentos y luego solicitar información adicional.

La posición de Revkin y Roston sobre que este tipo de periodismo encubierto es condenable, una tragedia y una vergüenza, como Revkin se refiere a este asunto, parece contradecir la posición de The Times en la presentación del mismo. Sus pautas éticas dicen que “ la utilización de métodos subrepticios para la recopilación de información” puede ser utilizada sólo cuando “los métodos tradicionales no faciliten información vital para el público”. Y en algunas situaciones, los periodistas de The Times han utilizado intensidades falsas, para poner sólo un ejemplo.

Esto plantea la pregunta de si sacar a la luz pública las tácticas del Instituto Heartland tiene un interés vital para el público. Es una cuestión con una interpretación muy abierta.

Son repetidos los ataques a los estudios científicos que muestran el cambio climático que se está produciendo, un tema de interés público. No hay más que ver que la Industria de los combustibles fósiles ha evitado todo debate serio sobre el calentamiento global durante más de 20 años, en parte por la manipulación de la percepción pública del problema, y en parte al ofrecer una cobertura política, mostrando que se trataba de una ciencia falsa o con muchas dudas, para así oponerse a la reducción de las emisiones de CO2.

Influyentes senadores de los Estados Unidos, como Jim Inhofe (R-OK), han intervenido para bloquear cualquier intento de modificación de la política climática, debido a la información facilitada por el Instituto Heartland. Así la CNN informaba el año pasado: “las percepciones de los estadounidenses sobre la cuestión del cambio climático global parecen estar enfriándose”. 


Así que conocer estrategias como las del Instituto Heartland es importante para clarificar el debate público, y también para comprender la política que se está llevando a cabo, que es la que determina el aire que respiramos y la estabilidad del clima en que vivimos.

La pregunta que debieran hacerse los medios de comunicación no es la sobre la forma en que Gleick consiguió los documentos, sino las estrategias empleadas por el I. Heartland, tanto lo que ha hecho en el pasado como lo que prevé hacer en el futuro.

Por ejemplo, muchos artículos de The Times hacen referencia al Instituto Heartland, y no se menciona que este grupo sea esencialmente una fachada para las industrias que lo financian. ¿Cambiará ahora? ¿Van a corregir su postura? ¿O seguirán centrándose en Gleick y no en el principal escándalo? Es algo que estamos ansiosos por ver.

http://www.republicreport.org/2012/nytimes-okeefe-compare/

Otros artículos relacionados:

http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2012/02/19/declaracion-del-instituto-heartland-sobre-la-filtracion-de-documentos-confidenciales/
http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2012/02/16/filtracion-de-correos-electronicos-destapa-el-funcionamiento-de-una-organizacion-que-promueve-el-escepticismo-sobre-el-cambio-climatico/

Cambio climático: ¿se quedaron mudos los medios de comunicación?

 Por Media Lens, 18 de diciembre de 2011

 
 La última ronda de conversaciones sobre el clima de la ONU celebrada en Durban, Sudáfrica, ha supuesto que las naciones más ricas del mundo eviten cualquier nuevo tratado que entrase en vigor antes de 2020. Achim Steiner, director del programa ambiental de la Naciones Unidas, ha condenado la acción como una decisión política, en lugar de haber tenido en cuenta la ciencia, calificando el resultado de “muy alto riesgo”.

Con el Tratado de Kyoto que expira en 2012, la llamada Comunidad Internacional ha fracasado de forma estrepitosa en el cumplimiento de sus compromisos en la protección del planeta. Esto no debería sorprender a nadie. Los altos cargos de la NASA, como el climatólogo James Hansen, señalaron ya en al cumbre previa de México en 2010 que las conversaciones de la ONU estaban “condenadas al fracaso”, ya que no se tienen en cuenta las limitaciones fundamentales del sistema climático de la Tierra y cómo vivir de acuerdo con ellas.

La preocupación pública sobre el cambio climático es algo que sigue aumentando. Según el Eurobarómetro, en su más reciente encuesta de opinión (octubre de 2011), el 68% de los europeos encuestados considera que el cambio climático es un problema muy grave (era del 64% en 2009). En total, el 89% lo ve como un problema grave ( ya sea muy grave o bastante grave). En una escala de 1 a 10, la gravedad del cambio climático se situaría para la gente en 7,4, frente al 7,1 de 2009.

Mientras tanto, el interés de los medios de comunicación hacia este asunto ha desaparecido. El Dr. Robert J. Brulle de la Universidad de Drexel dice que “se ha producido un enmudecimiento de “cualquier cobertura significativa del cambio climático en los medios de comunicaciónSi los medios de comunicación no llaman la atención sobre el tema, la opinión pública también la perderá”.

En su blog Progreso del Clima, el experto Joe Romm señala, por ejemplo, que elNew York Times “ha reducido la cobertura informativa de forma drástica desde los años 2006 y 2007, que era amplia”.

Igual de inquietante es el cambio que se ha producido en los medios de comunicación de todo el mundo. Un amplio estudio de Reuters sobre la prevalencia del escepticismo climático en los medios de comunicación del mundo – Polos opuestos, presentación de informes internacionales sobre el escepticismo climático-se centró en los periódicos de Brasil, China, Francia, India, Reino Unido y Estados Unidos. Los periodos considerados fueron 2004-2007 y de mediados de noviembre de 2009 a mediados de febrero de 2010 (período en el que se celebró la cumbre sobre cambio climático de la ONU en Copenhague y se produjo el Climategate). Sorprendentemente, el estudio concluye que el escepticismo climático es un fenómeno “predominantemente anglosajón”, sobre todo en los periódicos estadounidenses y británicos:

En general, los medios de comunicación del Reino Unidos y Estados Unidos son mucho más escépticos que los otros cuatro países. Juntos representan más del 80% de las veces que se cita el problema en el conjunto de los seis países”

El estudio concluyó:

En general, los datos sugieren que existe una fuerte correlación entre la perspectiva de un periódico y la prevalencia de voces escépticas en su seno, sobre todo en las páginas de opinión. En su mayoría (no todos), los medios de derecha son más escépticos, y menos los de izquierdas”.
Y así nos encontramos con que el Reino Unidos y los Estados Unidos, los dos países que respondieron de forma más agresiva a las supuestas amenazas para la seguridad humana de países como Afganistán, Irak o Libia, son también los dos países menos interesados en responder a la amenaza real del cambio climático.

El capitalismo está pisoteando el periodismo

A medida que el estudio de Reuters sugiere que los medios están muy influidos por su línea editorial, a su vez fuertemente influenciada por los intereses comerciales. En octubre, es ex periodista de Daily Star, Richard Peppiatt, dijo en la investigación Levenson (N. del T.: puesta en marcha tras el escándalo de las escuchas telefónicos del periódico de Murdoch, y que tiene como objetivo analizar la ética del periodismo británico) que la cultura y la ética de la prensa británica dice mucho acerca de la cultura del Reino Unido:

En aproximadamente 900 bylines ( N. del T.: lo que se coloca tradicionalmente entre el titular y el texto del artículo) del periódico, puedo contar con los dedos de la mano las veces que sentí que se estaba diciendo la verdad, sin embargo, sólo un número similar podrían clasificarse como mentiras. Esto se debe a la habilidad de los periodistas de hoy para tratar los hechos, aunque también es una forma de hacer caso omiso de los hechos. Se intenta hacer encajar los hechos en la historia, porque la historia está casi pre-definida.

Establecidos ante un canon de narrativa ideológica y por dependencias comerciales que deben ser atendidas, el periódico se atribuye el ser un árbitro moral, y su trabajo consiste en extender su visión del mundo en todo lo que haces… El imperativo ideológico acapara el periodismo – las drogas son siempre malas, la justicia británica siempre actúa bien”.

Peppiatt señaló:

Las salas de la prensa sensacionalista son a menudo fuente de acoso y de un ambiente agresivo, en el que la disidencia no se tolera. Es difícil levantarse y salir por la puerta si tienes una hipoteca que pagar, sabiendo que quizás no haya otra oportunidad fuera”.

La cuestión que no ha sido analizada en la investigación Levenson es el grado en el que estas intromisiones se generalizan en los medios de comunicación corporativos y por qué. Por el contrario, Nick Davies, en The Guardian, escribió sobre la interferencia en las informaciones por parte de los propietarios y anunciantes:

Los periodistas con los que he hablado están de acuerdo en que sí se podría cuantificar, estimándose de un 5% a un 10% el impacto total de estas formas de interferencia” (1)

Un buen ejemplo de este atropello fue la información aparecida en la serie de la BBC Frozen Planet, narrado por David Attenborough, centrado en la vida y el medio en el Ártico y la Antártida. Los espectadores verán los siete episodios, el último de los cuales, “On Thin Ice”, se refiere a la amenaza del cambio climático.

Sin embargo, en otros países sólo se verán seis episodios. Esto se debe a que la BBC considera el episodio del cambio climático como un accesorio que otras cadenas extranjeras de televisión podían rechazar. Y así fue, de las 30 cadenas que han comprado la serie, 10 optaron por no comprar el episodio sobre el cambio climático. La mayoría era de los Estados Unidos, principal contribuyente mundial tanto a la crisis climática como a la desinformación sobre el problema.

Un portavoz de Greenpeace, dijo:

Es dar al botón de parada del Titanic cuando se ve aparecer el iceberg.
El cambio climático es uno de los acontecimiento más importantes de los polos; el calentamiento del Ártico no se puede negar, de modo que está cambiando el medio de una manera que los expertos temen por su futuro”.
 
El programa de la BBC Frozen Planet ha generado poco interés en los medios de comunicación, aunque sí ha tenido algunos elogios. Lord Leach de Faiford, conservador y ex director de la Biblioteca Nacional, comentó:

“No creo que lo que Attengorough diga sobre el cambio climático sea digno de escuchar. Es muy simpático, pero no creo que lo diga sea verdad – no tiene ni idea de estas cuestiones. El hecho de que sea amable con los monos no quiere decir que sepa de qué está hablando en lo referente al cambio climático.

Me parece bien que se haga separado ese episodio”.

El periodista John Gibbons ha abordado el tema del cambio climático para el Times de Irlanda durante dos años. Escribía en su última columna de febrero de 2010:

Uno de los mayores expertos sobre el clima de Irlanda, el profesor John Sweeney de la Universidad Nacional de Irlanda, reconoció la semana pasado que los negacionistas del cambio climático están ganando la guerra de propaganda”. Y esto está ocurriendo desde las filas del periodismo y desde los grupos de presión.

Usted se preguntará que si no son los periodistas los buenos, los que investigan y no propagan las estafas. Sí y no. Los medios de comunicación y la industria de las telecomunicaciones están impulsados por la publicidad y por la maximización de beneficios, según dijeron Justin Lewis y Tammy Boyce, de la Escuela de Periodismo de Cardiff.”

Gibbon dijo que esto es obvio:

Algunos periodistas tienen un interés personal no declarado en mantener su status quo económico, impulsado por el consumo en el que se basa su riqueza. Igualmente ocurre con los propietarios de los medios. A su vez, buscan una afirmación de sus propios prejuicios, y ridiculizan a los disidentes.”

Mientras lo medios tocan el violín, el monstruo sigue creciendo


La preocupación por parte de la gente sigue creciendo y sin embargo la cobertura mediática se desploma, el problema del cambio climático se evapora. De acuerdo con un reciente estudio realizado por el Departamento de Energía de los Estados Unidos, la producción mundial de dióxido de carbono que hace de efecto invernadero ha alcanzado sus máximos en 2010. En el mundo se lanzas alrededor de 564 millones más de toneladas de carbono a la atmósfera en 2010 que en 2009, con un incremento del 6%. Las últimas cifras indican que los niveles de gases de efecto invernadero “son más altas que en el peor de los casos descritos por los expertos del clima hace apenas cuatro años”, en USA Today.

Gregg Marland, un profesor de Geología de la Universidad del Estados de los Apalaches, que participó en los cálculos realizados por el Departamento de Energía, dijo que se trata de un monstruo que está creciendo de un modo que no tiene precedentes.

Granger Marland, jefe del Departamento de Ingeniería y Políticas Públicas en la Universidad de Carnegie Mellon, dijo:

El panorama es desalentador. Estamos construyendo un legado terrible para nuestros hijos y nuestros nietos”.

Entonces, ¿por qué no se está haciendo nada sobre el problema? En un nuevo estudio, ¿Qué nos está reteniendo?, Greenpeace decía:

La mayoría de las empresas responsables de contribuir a las emisiones que favorecen el cambio climático y que se benefician de estas actividades, están intentando aumentar su presencia en las negociaciones internacional y, al mismo tiempo, trabajan para que no se apruebe una legislación progresista en materia de cambio climático y la energía, en todo el mundo.

Mientras que en las declaraciones públicas parecen mostrar una preocupación por el cambio climático, estas empresas están luchando ferozmente para que no se tomen acciones preventivas. Esta es una de las razones por las cuales las cuestiones relativas al cambio climático están desapareciendo de la agenda política.

Estas Corporaciones ejercen su influencia tras el telón, utilizando una variedad de técnicas, incluyendo el uso de asociaciones comerciales y grupos de reflexión, que actúan como fachada, confundiendo al público al negar el cambio climático o realizando campañas de publicidad, haciendo donaciones políticas, así como utilizando las “puertas giratorias” entre los servidores públicos y las empresas emisoras de carbono”.

Sólo en Estados Unidos, aproximadamente 3,5 mil millones de dólares se invierten anualmente en actividades de los grupos de presión a nivel federal. En los últimos años, la empresa Shell holandesa, la Cámara de Comercio, Edison Electric Institute, PG & E, Southern Company, ExxonMobil, Chevron, BP y ConocoPhillips, todos ellos forman parte de los 20 grupos de presión (lobbies). En la campaña de la organización 350.org se estima que el 94% de las contribuciones de la Cámara de Comercio de Estados Unidos a los candidatos, eran negacionistas del cambio climático.

Grupos como el Instituto Americano del Petróleo, la Asociación Canadiense de Productores de Petróleo y la Asociación de Carbón de Australia, entran a menudo en campaña “actuando en contra de las medidas que reducirían las emisiones de gases de efecto invernadero o de las campañas que apoyan el no uso de los combustibles fósiles”.

Los intentos de la UE para aumentar su objetivos de emisiones para el año 2020, con una reducción del 20 al 30%, se ha visto afectados por la fuerte presión y los intereses en torno al carbono, incluyendo BASF, ArcelorMittal y Business Europe.

Tzeporah Berman, co-director del Programa de Clima y Energía de Greenpeace Internacional, dice que este último estudio “demuestra sin lugar a dudas de que hay un puñado de poderosas empresas contaminantes que están ejerciendo una influencia indebida en el proceso político para proteger sus propios intereses” .

Hace dos años desafiamos a James Hansen para que resumiese las respuestas de los Gobiernos ante la amenaza del cambio climático en una sola palabra. Y eligio “engaño”. ¿Por qué engaño?. Porque casi todo es un lavado verde. (email de 18 de junio de 2009).

A continuación le pedimos que diera una cifra aproximada para indicar hasta qué punto los Gobiernos se habían involucrado en la lucha contra el cambio climático. ¿Es el 1%, 20%, 50%, 70%…? Sabíamos que esto es algo impreciso, pero queríamos tener su impresión. Nos respondió:

0%, porque están actuando en el camino equivocado, porque se requieren de una a dos décadas para el reajuste. Los objetivos para la reducción de emisiones, los límites máximos y el comercio de compensaciones sin dejar de construir más centrales térmicas de carbón y el desarrollo de combustibles fósiles no convencionales es un camino desastroso. Tienen el propósito de engañar a la gente, incluso a ellos mismos. Asumen un enfoque estratégico en lugar de reconocer las condiciones geofísicas del entorno, específicamente que las emisiones de carbono deben ser rápidamente reducidas”.

Y añadió un análisis inquietante:

El requisito económico fundamental es el del precio de los combustibles fósiles en relación a otras opciones (eficiencia energética, energías renovables y otras energías libres de carbono) . Como el precio se eleva y se produce una competencia en el que llegaríamos a un punto en el cual las energías alternativas despegarían de repente, y nos moveríamos más allá de los combustibles fósiles sucios. El temor que se produciría es tal que las empresas que impulsan los combustibles fósiles han tomado el control absoluto de las acciones de nuestros Gobiernos”.

Incluso el Organismo Internacional de la Energía, cauto y conservador, ha advertido que bajo las actuales políticas que implican un aumento de la energía fósil se va camino de forma irreversible y potencialmente a un catastrófico cambio climático.

No hay que tener dudas. Las Corporaciones están dirigiendo la política de los Gobiernos, llevando a la humanidad al borde del abismo climático. Naturalmente, los Medios Corporativos tratan de evitarlo ya que entra en violento conflicto con su programa de maximización de beneficios, de su necesidad de crecimiento sin límites, su fuerte influencia de la publicidad corporativa.

Es necesario que el Movimiento de Ocupación de Wall Street exija la recuperación de nuestros Gobiernos del control corporativo. Pero también tenemos que ocupar el espacio de los medios que durante tanto tiempo han monopolizado el brazo propagandístico de Wall Street. Tenemos que ocupar el sistema Corporativo de los Medios, que está manipulando y tocando una melodía idiota, amenazando al planeta y nuestra propia supervivencia.

(1). Davies, Flat Earth News, Vintage 2008, p.22 [ ↩ ]


Media Lens es un organismo de control de los medios de comunicación del Reino Unido, encabezado por David Edwards y David Cromvell. El segundo libro de Media Lens, Neolengua en el siglo XXI, por David Edwards y David Cromwell, fue publicado en 2009 por Pluto Press. Visit Media Lens’s website.






Las pequeñas granjas ofrecen mayor seguridad alimentaria y favorecen la biodiversidad

Por David Suzuki , 14 de junio de 2011
http://www.straight.com/



A menudo asumimos que la única manera de alimentar a la creciente población mundial es mediante la extensión a gran escala de la agricultura industrial. También muchos aseguran que la modificación genética es necesaria para producir cantidades suficientes de alimentos en áreas más pequeñas y así poder alimentar a todas las personas.

Sin embargo, recientes investigaciones científicas contradicen estas afirmaciones. Los enfoques globales sobre la agricultura son fundamentales. Para empezar, hay que señalar que cerca de mil millones de personas están desnutridas y muchos tienen dificultades para alimentar a sus familias, sobre todo cuando los precios de los alimentos suben. ¿Pero es la Agricultura Industrial la respuesta a estos retos?

Las grandes granjas industriales consumen gran cantidad de energía, utilizando grandes cantidades de combustibles fósiles para la maquinaria, el procesamiento y el transporte. La quema de combustibles fósiles contribuye al cambio climático y el aumento del precio del petróleo también se está convirtiendo en uno de los factores que hace que los precios de los alimentos suban. La deforestación y el arado (por el uso de la maquinaria) de las tierras también libera toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, contribuyendo una vez más al cambio climático. Además, las granjas industriales requieren del uso de mayor cantidad de productos químicos, tales como pesticidas y fertilizantes.

La agricultura también afecta a la variedad de especies vegetales y animales en el mundo. De acuerdo con la revisión de la literatura científica realizada por Michael Chappell Jahi y Liliana Lavalle, publicado en la revista Agricultura y Valores Humanos, el desarrollo agrícola es un factor importante en la rápida disminución de la biodiversidad mundial.

En su estudio “Seguridad alimentaria y biodiversidad: ¿son ambas excluyentes?”, los autores señalan que la agricultura, que ocupa alrededor del 40% de la superficie terrestre del mundo (excluyendo la Antártida), “representa quizás el mayor desafío a la diversidad”, debido a la destrucción del hábitat natural y debido al impacto ambiental del uso de plaguicidas y fertilizantes, y la emisión de gases de efecto invernadero por el uso de combustibles fósiles.

La Agricultura a gran escala también utiliza grandes cantidades de agua, contribuye a la erosión y degradación del suelo, siendo una de las causas de la falta de oxígeno en los océanos y de la aparición de “zonas muertas” por exceso de nitrógeno; los residuos, transportados por los arroyos y ríos terminan en los océanos.

Además de todo esto, a pesar de la increíble expansión de las prácticas de la Agricultura Industrial, el número de personas que pasan hambre en el mundo sigue creciendo.

La preocupación por la Agricultura Industrial como una solución al problema del hambre en el mundo no es algo nuevo. El agricultor ecológico y escritor Eliot Coleman señala en el artículo de Grist.org, que ya en el siglo XIX la agricultura estaba desplazando a los pequeños labradores, lo que fue forjando la idea “basada en una premisa errónea, de que Agricultura Industrial debe reemplazar a una naturaleza insuficiente. En virtud de ese error, la Agricultura Industrial tiene que estar creando nuevas soluciones a los problemas que va generando ( aumento en la cantidad de productos químicos, pesticidas más potentes, fungicidas, acaricidas, nematicidas, esterilización del suelo, etc.)”.

La investigación muestra con claridad que la agricultura a pequeña escala, especialmente si se utilizan métodos ecológicos, tiene mucho menor impacto ambiental y favorece la biodiversidad. ¿Pero se puede alimentar de este modo a 7 mil millones de personas?

Chappell y Lavalle señalan que “las pequeñas explotaciones agrícolas utilizando las técnicas energéticas alternativas pueden ser de dos a cuatro veces más eficientes que las grandes fincas convencionales”. Tal vez lo más interesante de este estudio es que demuestra “que las pequeñas explotaciones tienen un mayor rendimiento que las fincas más grandes”. Uno de los estudios concluye que “los métodos alternativos pueden producir alimentos suficientes en todo el mundo para sostener la población humana actual, y potencialmente a una población aún mayor, sin aumentar la cantidad de suelo agrícola”. 

Así que esto de la escasez mundial de alimentos es un mito. El hecho de que vivamos en un mundo donde el hambre y la obesidad son una epidemia, muestra que el problema es más bien una cuestión de equidad y distribución, que de escasez. Con un mercado globalizado de alimentos y la agricultura a gran escala, los que tienen mayor poder adquisitivo acaparan la mayor parte de los alimentos.
Este es un tema crucial que requiere más estudio, y supone un reto enfrentarse a la Agricultura Industrial, pero es difícil estar en desacuerdo con las conclusiones de Chappell y Lavalle: “Sí es posible que la agricultura alternativa proporcione los rendimientos suficientes, mantenga un alto nivel de biodiversidad y se evite una mayor presión sobre el suelo para ampliar las tierras agrícolas, lo que sería la mejor solución para la seguridad alimentaria y los problemas de biodiversidad, suponiendo una conversión masiva a las prácticas alternativas”. 

Hay que cultivar los alimentos de forma que la alimentación de las personas tenga mayor prioridad que la simple generación de beneficios para las grandes empresas agrícolas.

Escrito en colaboración con la Fundación David Suzuki y el especialista en comunicaciones Ian Hanington. Obtenga más información en http://www.davidsuzuki.org


 Noticias relacionadas:
http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2011/03/18/informe-de-la-onu-cae-otro-mito-de-los-cultivos-transgenicos/


La nueva política de escasez de alimentos


Por la Dra. Mae-Wan Ho, 14 de junio de 2011

ISIS (Instituto de Ciencia y Sociedad)

El veterano observador del mundo Lester Brown realiza una advertencia sobre la propagación de los disturbios políticos, los conflictos y la profundización de las diferencias entre ricos y pobres y de como los precios de los alimentos aumentan, mientras que la oferta disminuye siendo creciente la demanda, sin apuntar ninguna solución viable a este problema.

Aumento de los precios de los alimentos e inestabilidad política

El aumento de los precios de los alimentos fue uno de los principales desencadenantes de los disturbios que se han producido en el norte de África y Oriente Medio, que se iniciaron en Túnez en diciembre de 2010. La inestabilidad política también se ha extendido a Argelia, Egipto, Jordania, Libia, Siria, Yemen, y después por Burkina Faso, Níger, Nigeria, Camerún, Uganda y otros (1-4). También se habla de inestabilidad en América Latina (5) y de Gran Bretaña, sobre todo si los precios de los alimentos siguen aumentando (6). El Índice de Precios de los alimentos de las Naciones Unidas ronda los 231 puntos desde principios de 2011, alcanzando un máximo histórico de 238 puntos en febrero. El promedio de mayo es de 232 puntos, un 37% más alto que hace un año (7).



Richard Ferguson, jefe de la sección de Agricultura de Renaissance Capital, un banco de inversión especializado en mercados emergentes, dijo en el periódico The Guardian que es probable que los problemas se extiendan. “Los precios de los alimentos es algo fundamentales es la creciente inestabilidad. Si se tiene 25 años de edad, sin ingresos, viviendo en un ambiente político de represión, va a sentirse realmente indignado por el aumento del precio de los alimentos en la forma en la que lo está haciendo”. Está actuando como un catalizador de la inestabilidad política, a lo que se añade la ausencia de Democracia.

La escasez es la nueva norma

La alimentación se ha convertido de repente en el hilo conductor de la política mundial (8), dice Lester Brown, que también predice que las crisis van a ser cada vez más comunes. “La escasez es la nueva norma”.

Históricamente, el aumento de los precios de los alimentos se han debido a condiciones meteorológicas adversas, tales como escasez de monzones, sequías, olas de calor, etc, pero hoy en día se debe a un creciente aumento en la demanda y una disminución en los suministros. Con una población en rápida expansión que exige mayor cantidad de alimentos, los cultivos sucumben a las altas temperaturas y los acuíferos se agotan, haciendo muy difícil aumentar la producción. Por otra parte, el mundo está perdiendo su capacidad para suavizar los periodos de escasez. Estados Unidos, el mayor productor mundial de grano, fue capaz de suplir la escasez con sus excedentes de grano en el pasado, o de aumentar la producción con el cultivo de las tierras abandonadas. “Ahora no podemos hacer eso, el colchón de seguridad ha desaparecido”.

Es por esta razón que la crisis alimentaria de 2011 es real, dice Brown, lo que puede ocasionar más disturbios por los alimentos y nuevas revoluciones políticas. Túnez, Egipto y Libia no serán las últimas, sino el principio de otras muchas.

Brown no menciona la especulación que se está produciendo sobre los productos básicos agrícolas en los mercados financieros mundiales, que no sólo hacen subir los precios, sino que la volatilidad aumenta, lo que hace mucho más difícil para agricultores y consumidores hacer frente a esta situación ( ver Financiación del hambre en el mundo, SiS 46). Olivier de Shutter, ponente especial de las Naciones Unidos sobre el derecho a la alimentación, se ha referido a la crisis de 2007-2008 como “crisis de los precios” , no una “crisis de los alimentos”, provocada por la especulación, no vinculada a una producción insuficiente, al menos por ahora, como dice Brown.

La magnitud del problema es enorme (8). Por un lado la demanda, ya que los agricultores tienen que alimentar a 80 millones de personas más cada año, casi todas de los países en desarrollo. La población mundial se ha duplicado desde 1970, y se va camino de los 9 mil millones de habitantes hacia el 2050. Al mismo tiempo, las clases medias han crecido en China y otros países, aumentando mucho el consumo de alimentos, sobre todo de carne, leche y huevos, lo que hace que se requiera de más productos agrícolas primarios. Para agravar el problema, Estados Unidos está convirtiendo gran cantidad de grano en biocombustible. En 2010, se cosecharon alrededor de 400 millones de tonelada de cereales, de las cuales 126 millones de toneladas se usaron para producir etanol ( 16 millones de toneladas en el año 2000).



El calentamiento global está comprometiendo la productividad. Los controles que se han llevado a cabo directamente en el campo, han demostrado que el aumento de la temperatura durante la noche de 1ºC en la temporada de crecimiento redujo el rendimiento en un 10% (10). Al mismo tiempo, las capas freáticas están disminuyendo, sobre todo en los países durante vive más de la mitad de la población mundial (8). Los árabes de Oriente Medio son los primeros que han alcanzado su máxima producción de cereales, comenzando a declinar debido a la escasez de agua. También ha disminuido en Siria e Irak, y pronto disminuirá en Yemen. Pero las necesidades mayores de alimentos se encuentran en China y la India.

En la India, los agricultores han perforado unos 20 millones de pozos de riego, y según informes del Banco Mundial, 175 millones de hindúes están siendo alimentados con granos que se producen por un exceso de extracción. En China, las extracciones se concentran en la llanura del Norte, que produce la mitad del trigo de China y un tercio del maíz. Se estima que unos 130 millones de chinos están alimentados por un exceso en la extracción de agua.

Las imágenes obtenidas por satélite muestran dos nuevas regiones que se desertizan, una que se extiende por el norte y el oeste de China y el oeste de Mongolia; la otra, por el África Central. Cada año, unos 1400 kilómetros cuadrados de tierra del Norte de China se convierten en un desierto. En Mongolia y Lesotho, las cosechas de cereales se han reducido a la mitad durante las últimas décadas. Corea del Norte y Haití también están sufriendo grandes pérdidas de suelo, y ambos países se enfrentan a una hambruna si no reciben la ayuda alimentaria internacional.



Los rendimientos de los cultivos de arroz en Japón no han aumentado en los últimos 16 años. En China, los rendimientos parecen estabilizarse. Mientras tanto, los rendimientos de los cultivos de trigo se han estabilizado en Gran Bretaña, Francia y Alemania, los tres mayores productores de trigo de Europa Occidental.

Mientras escribo esto, el Reino Unido está experimentando la peor sequía desde 1990, y los agricultores el Gobierno están negociando sobre este asunto (11). Los fenómenos meteorológicos extremos serán cada vez más comunes a medida que se calienta el planeta.

Una lucha mundial entre la oferta y la posesión de la tierra

Durante la crisis alimentaria de 2007-2008, muchos países exportadores trataron de controlar el aumento de los precios internos de los alimentos mediante la restricción de las exportaciones, entre ellos Rusia y Argentina, los dos principales exportadores de trigo. Vietnam, el segundo mayor exportador mundial de arroz, prohibió la exportaciones por completo durante varios meses en el año 2008. Se produjo el pánico entre los países importadores, y varios de ellos trataron de llegar a acuerdos de larga duración de suministro de cereales con los países exportadores. Argentina negoció un acuerdo con una duración de tres años con Vietnam, por una cantidad de 1,5 millones de toneladas de arroz por año. Yemen trató de suscribir un acuerdo similar con Australia, pero tal acuerdo fracasó.
Algunos de los países más ricos, liderados por Arabia Saudí, Corea del Sur y China, comenzaron a comprar o arrendar tierras en otros países para cultivar cereales para su propia suministro ( ver también “Land Rush”, cómo se intensifica ante la amenaza a la seguridad alimentaria, SiS 46). La mayoría de las adquisiciones se han hecho en África, donde algunos Gobiernos las arriendan por menos de 1 libra por acre al año, principalmente en Etiopía y Sudán, donde millones de personas ya han tenido que mantenerse mediante el programa de alimentos de las Naciones Unidas.

A finales de 2009, se habían negociado cientos de ofertas de adquisición de tierras, alguna de ellas de más de un millón de hectáreas. Un análisis del Banco Mundial en 2010 indicaba que había unos 140 millones de hectáreas involucradas, lo que hace una superficie mayor que las tierras dedicadas al cultivo combinado de maíz y trigo en Estados Unidos. Las adquisiciones también suelen incluir los derechos sobre el agua, así que la adquisición de tierras también afecta a todos los países situados aguas abajo. El agua que se extrae de la cuenca alta del río Nilo para regar los cultivos en Etiopía o Sudán, por ejemplo, es agua que ya no llega a Egipto.

La posibilidad de un conflicto es alto. Mantenido en secreto, las ofertas de tierras en la mayoría de los casos hacen referencia a las tierras utilizadas por los pobladores, y han sido vendidas o arrendadas. Y como normalmente no existe ningún título formal de propiedad de la tierra en muchos países en desarrollo, los agricultores con pocos recursos han perdido sus tierras.

La hostilidad local hacia la posesión de las tierras es la regla, no la excepción (8). En 2007, los precios de los alimentos comenzaron a subir, y en ese momento China firmó un acuerdo con Filipinas para arrendar 2,5 millones de acres de tierras de cultivo para la obtención de alimentos, que luego serían enviados a China. Una vez que se conoció este hecho, se produjeron protestas públicas de los campesinos filipinos en Manila, obligando a que se suspendiera el acuerdo. Algo similar ha ocurrido en Madagascar, donde una empresa de Corea del Sur, Daewoo Logistics, ha producido una tormenta política contra el Gobierno y se le ha obligado a romper el acuerdo.

La posesión de la tierra no es la solución

La adquisición de tierras se calcula que representa en Estados Unidos unos 50 mil millones de dólares. Pero no es una solución a la crisis alimentaria. Requeriría de muchos años el aumentar la producción de forma considerable. Una infraestructura pública para la agricultura moderna orientada hacia el mercado aún no existe en la mayor parte de África. En algunos países se precisaría de varios años para construir las carreteras y los puertos necesarios para traer, por ejemplo, los fertilizantes agrícolas y luego exportar los productos obtenidos. El análisis del Banco Mundial indica que sólo el 37% de los proyectos están relacionados con los cultivos alimentarios. La mayor parte de los terrenos son comprados para producir biocarburantes y otros cultivos industriales.
Incluso si algunos de estos proyectos lograse aumentar con el tiempo la productividad de la tierra, es muy probable que contribuyese muy poco a la economía del país, sobre todo si casi toda la maquinaria agrícola, los fertilizantes, los pesticidas y las semillas se traen de fuera y los productos obtenidos se envían fuera del país. “Hasta ahora, la apropiación de tierras ha contribuido más a la producción de disturbios que al aumento de la producción de alimentos”.

Profundizando la brecha entre ricos y pobres

La brecha entre países ricos y pobres podría crecer aún más, y pronto. Brown así lo predice (8).

Crece la diferencia entre los países ricos y pobres

En enero de 2011, Corea del Sur, que importa el 70% de su consumo de grano, anunció la creación de una nueva entidad público-privada responsable de la adquisición de grano. Con una oficina inicialmente situada en Chicago, su plan consiste en pasar por alto a las grandes empresas de comercio internacional y comprar el grano directamente a los agricultores de Estados Unidos. Así fue cómo los coreanos adquirieron sus propios silos, firmando contratos de varios años con los agricultores para la entrega del grano, comprometiéndose al pago de un precio fijo. China, Japón y Arabia Saudí, y otros importadores podrían firman acuerdo con países exportadores, tales como Canadá, Australia y Argentina. Los 1400 millones de chinos, que cada vez consumen más, comenzarán a competir con los consumidores de Estados Unidos por las cosechas de cereales de Estados Unidos, por lo que “una comida barata, visto por muchos como un derecho de nacimiento en Norteamérica, podría estar llegando a su fin”.
Los países de bajos ingresos, donde se adquieren las tierras, o donde se importan cereales, es probable que cada vez tengan una situación más deteriorada.

No se está haciendo ningún esfuerzo para asegurar el suministro de alimentos
No hay ningún esfuerzo organizado para garantizar el suministro de alimentos en el mundo. De hecho, la mayoría de las negociaciones internacionales sobre el comercio agrícola se centraban hasta hace poco en el acceso a los mercados, con una necesidad urgente para que Estados Unidos, Canadá, Australia y Argentina abran sus mercados agrícolas, altamente protegidos. Pero en la primera década del siglo actual, el acceso a los alimentos se ha convertido en una cuestión de primer orden. El Programa Mundial de Alimentos ya ha proporcionado ayuda alimentaria a 70 países, con un presupuesto anual de 4 mil millones de dólares, lo que es insuficiente, y además existe muy poca coordinación internacional. Y además se dirige a aliviar los síntomas y no la causa de la escasez de alimentos.

“Estamos muy cerca de que se produzca una gran crisis del sistema alimentario, podría llegar en cualquier momento”, dice Brown. “Consideremos, por ejemplo, ¿ qué habría pasado si la ola de calor de 2010 que se centró en Moscú se hubiera dado en Chicago? En números redondos, si una caída en la producción del 40% en Rusia suponga unos 100 millones de toneladas en pérdidas, un 40% de la producción de Estados Unidos habría supuesto unas pérdidas de 150 millones de toneladas. (…) Esta producción habría sido la más baja de la historia,…”.

“La cuestión ahora es si el mundo puede ir más allá de centrarse en los síntomas de deterioro de la situación alimentaria y atacar las causas subyacentes. Si no podemos producir mayores rendimientos con menos agua y conservar las fertilidad de los suelos, muchas zonas agrícolas dejarán de ser viables. Y esto va mucho más allá que un mero problema de los agricultores. Si no se consigue estabilizar el clima, no se va a poder controlar el precio de los alimentos. Si no podemos controlar el crecimiento de la población, el número de hambrientos es casi seguro que continúe aumentando. Es tiempo de actuar ahora, antes de que la crisis alimentaria de 2011 se convierta en una nueva normalidad”.

Las recomendaciones de Brown son decepcionantes, falla de nuevo en no recomendar un cambio total a la agricultura ecológica, que, de acuerdo con el consenso científico, es capaz de hacer frente a la mayoría, si no a todas, de las causas subyacentes del deterioro de la productividad, así como la conservación del suelo y los recursos naturales, el agua, y detener el cambio climático [ ver (13,14)

El futuro de los alimentos: la agricultura sostenible. Combustibles fósiles, ISIS/ Una agricultura sostenible se necesita con urgencia. SiS 50]. Mejor aún, la agricultura agroecológica se puede combinar fácilmente con los recursos locales, incluso en una red de generación mediante energías renovables [(14). Energía verde, 100% renovable para el año 2050. Isis /publicación TWN], que puede servir para las empresas locales, estimulando sus economías y creando muchas oportunidades de empleo.

Una versión completa de este artículo se publica en el sitio web de ISIS y está disponible para su descarga aquí ( en inglés) .
http://foodfreedom.wordpress.com/2011/06/14/the-new-politics-of-food-scarcity/#more-8816

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 http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2011/03/18/informe-de-la-onu-cae-otro-mito-de-los-cultivos-transgenicos/