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Los Gobiernos ocultan los efectos reales de la radiación en las personas

Un informe sobre los efectos biológicos de la radiación subestima el riesgo de padecer cáncer entre los niños de Fukushima

 Fairewinds, 17 de enero de 2012


 Fairewinds ha analizado las tasas de cáncer en los niños que viven en las cercanías de Fukushima, según el Informe VII de la Academia Nacional de la Ciencias sobre BEIR( Efectos Biológicos de las Radiaciones Ionizantes). Fairewinds ha determinado según este informe que al menos uno de cada 100 niños van a desarrollar cáncer de estar expuestos anualmente a 20 milisieverts (milisievert (1 mSv=0,001 Sv) de radiación. La cifra de 20 milisievert/ año es lo que el Gobierno japonés ha determinado como el límite legal de exposición radiológica para poder seguir habitando las zonas contaminadas de los alrededores de la planta de energía nuclear de Fukushima Daichii. En este vídeo, Fairewinds presenta un análisis adicional por parte de Ian Goddard, mostrando que el Informe VII de BEIR subestima los índices de cáncer en los niños que viven cerca de Fukushima Daichii. En cuanto a los datos científicos presentados por el Sr. Goddard, Fairewinds ha determinado que serán al menos uno de cada 20 niños (5%) de los que viven en la zona de exposición radiológica con unos niveles de 20 mSv durante 5 años, desarrollando cáncer en algún periodo de su vida.

Arnie Gundersen: Hola, soy Arnie Gundersen de Fairewinds

Me gustaría presentarles un vídeo de Ian Goddard. Pero antes quiero hablarles de BEIR. BEIR son las siglas de Efectos Biológicos de la Radiación Ionizante y de la publicación del Informe VII por parte de la Academia Nacional de las Ciencias. Pues bien, también hemos conocido dos noticias inquietantes de Japón.

La primera trata de NHK, que es la principal emisora de radio y televisión japonesa. Informa de que en la prefectura de Fukushima se han encontrado niveles muy altos de cesio en las flores del cedro macho. Parece ser que la punta de los cedros se carga de cesio. Los datos indican que se producen un cuarto de millón de desintegraciones por segundo en un kilogramo de estas flores de cedro. Es un hecho bastante grave porque en primavera las flores de las yemas se cargarán de cesio radiactivo, una vez más. Pero lo que me llama la atención es la respuesta japonesa a esto. Y esto es lo que dijo la NHK: “No es un gran peligro para la salud, ya que sólo se trata de alrededor de 10 veces los niveles a los que una persona está expuesta normalmente en Tokio”. Se pueden hacer todo tipo de suposiciones con los cálculos, pero me vienen a la mente que si se liberar un cuarto de desintegraciones por segundo al aire cuando las flores lancen el polen, se trata de un problema de salud pública.

Se ha detectado cesio radioactivo en las flores de los cedros de la prefectura de Fukushima

La segunda noticia viene también de Japón, aparecida en Japan Times, y se trata de que se han detectado saltamontes radiactivos en la prefectura de Fukushima. Los saltamontes están contaminados por unas 4000 desintegraciones por segundo y kilogramo de saltamontes. ¿Por qué es importante esto? Los japoneses consumen saltamontes con la cerveza. Claro que ya sabemos lo que se va a decir: “Los científicos piensan que es seguro comer estos insectos, ya que por lo general son porciones pequeñas, están cocinados y perfectamente se pueden disfrutar con una cerveza fría”. No digo que sea malo tomarse una cerveza, pero cuando está acompañada de 4000 desintegraciones por segundo de cesio, también debe ser ésta una preocupación de las autoridades que vigilan la salud pública.

Esto me lleva a la cuestión de los BIER, Efectos Biológicos de la Radiaciones Ionizantes. El Informe muestra que la radiación y las tasas de cáncer están correlacionadas linealmente. Y esto significa que es proporcional, a más radiación más probabilidades de contraer cáncer. Hay menos cáncer si bajan las dosis de radiación. Esto es lo que dice el informe, y es lo que se llama LNT, Modelo lineal sin umbral. Y lo que significa es lo siguiente: si alguien está expuesto a 10 rem (acrónimo de roentgen equivalent man), lo que supone unos 100 milisieverts, las posibilidades de contraer cáncer es de 1 sobre 100. Si desciende la radiación a 1 rem, es decir alrededor de 10 milisieverts, las posibilidades de contraer cáncer son de 1 entre 1000.

Ahora el Gobierno de Japón está permitiendo a las personas volver a las zonas de radiación, cuando los niveles de exposición a la radiación es de 2 rem (20 milisievert al año) . Esto significa que podrían contraer cáncer 1 persona de cada 500.

Pero la situación es peor. El número que está utilizando el Informe es para toda la población, tanto personas mayores como jóvenes. Los ancianos probablemente mueran antes de que contraigan cáncer, mientras que en los jóvenes las células se dividen con mayor rapidez y viven más tiempo, así que son más propensos a contraer cáncer. Los jóvenes tienen una probabilidad 5 veces mayor de contraer cáncer que la población en su conjunto. Así que los jóvenes de la prefectura de Fukushima se van a exponer 5 veces más ante una dosis de 2 rem. Esto significa que 1 de cada 100 jóvenes podrían contraer cáncer como consecuencia de la exposición a la radiación en la prefectura de Fukushima. Y eso es por cada año de permanencia en la zona de radiación. Si fuesen de 5 años, entonces hablaríamos de 5 jóvenes de cada 100.

Sin embargo el Informe BIER sólo se refiere al cáncer, pero hay otras efectos de la radiación que no están incluidos en el BIER, por lo que todavía la realidad es más dolorosa.

Dos asuntos más: La primera es que el Informe sobre BIER no se ocupa de las partículas calientes. Es un tema del que ya hemos hablado, de cuando una persona recibe el cesio radiactivo en sus manos, por ejemplo, y luego lo absorbe, o lo respira, algo que tampoco aparece en el Informe sobre los BIER.

Y un último asunto, que aparece en el vídeo de Ian Goddard, y que ha sido tratado por el Organismo Internacional de la Energía Atómica, y es que la radiación es difícil de medir, algo que no se dice generalmente. Y ahora el vídeo de Ian Goddard.

***
Tras la catástrofe nuclear de Fukushima, el Gobierno japonés elevó los niveles permitidos de exposición a la radiación de 1 a 20 milisierverts por año, incluidos los niños.

La NHK: “El 19 de abril, el Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología, anunció que la cantidad de radiación a la que puede estar expuesto un niño es de 20 mSv”. 

Ian Goddard: Las autoridades dicen que 20 milisieverts al año es una dosis segura. ¿Pero qué significa esto? En este vídeo vamos a contrastar la afirmación oficial frente a los que establece la ciencia radiológica. La Academia de la Ciencias de Estados Unidos predice que 20 mSv de radiación causa cáncer, pero sobre todo afecta a la mujeres y a los niños.

En este vídeo también vamos a probar que la afirmación oficial de seguridad está en contra de la mayor investigación publicada, un estudio realizado entre los trabajadores de las centrales nucleares. Participaron más de 400.000 trabajadores, encontrando una mayor mortalidad por cáncer entre los trabajadores de instalaciones nucleares expuestos a un promedio de 2 milisieverts por año. Eso es sólo la décima parte de los supuestos 20 milisieverts permitidos en Fukushima.


En este vídeo veremos como los Gobiernos engañan al público, con la connivencia de los grandes medios de comunicación, dando una falsa sensación de seguridad en relación con la lluvia radiactiva, impidiendo que los ciudadanos estén plenamente informados para poder tomar decisiones acertadas sobre las fuentes de energía que quisieran se utilizasen.

La Academia de la Ciencias de Estados Unidos consulta de forma periódica el estado de las ciencias en el asunto de la radiación, publicando con regularidad informes sobre los riesgos de radiación a baja dosis. Los informes se basan en décadas de investigación epidemiológica y radiobiológica que predicen mediante un modelo de riesgos que se va realizando. El Informe más reciente ofrece datos en bruto y da instrucciones para que se puedan aplicar sus modelos de riesgo a una amplia gama de escenarios de exposición radiológica. En el Informe de la Academia se señalan los riesgos de contraer cáncer si se recibe una dosis de radiación de 20 milisieverts.

En la tabla de la Academia aparecen los datos de estimación de cáncer para una dosis de 100 milisievert de radiación, por grupos de edad y sexos. En amarillo el número previsto de casos de todos los tipos de cáncer por cada 10.000 personas. Se puede ver inmediatamente ver el riesgo de cáncer, que disminuye a medida que aumenta la edad, tanto en los hombres como en las mujeres. En otras palabras, los niños son los más vulnerables a la radiación.

[…]

Siguiendo las instrucciones de la Academia de la Ciencias sobre un modelo a dosis específicas, se establece el riesgo de padecer cáncer a una dosis que se dice segura de 20 milisieverts… Según la Academia no existe una dosis inocua de radiación.

Obviamente, la dosis de 20 milisieverts no es segura. Pero lo más lamentable es que los niños, y especialmente las niñas, están más expuestos a los riesgos de padecer cáncer inducido por radiación. De hecho, las chicas son casi dos veces más vulnerables que un hombre a los 30 años de edad. Así que las niñas se llevan la peor parte del impacto de la radiación sobre los seres humanos. Téngase en cuenta que los que defiende la energía nuclear son conscientes de este hecho.

Estos datos d ella Academia Nacional de las Ciencias están disponibles gratuitamente para todos los medios de comunicación y autoridades del Gobierno. Sin embargo, en lugar de informar al público sobre el estado actual de la Ciencia en cuanto a su conocimiento de la radiación y los riesgos reales de la energía nuclear, nos hacen creer que 20 miliserverts de radicación son seguros y que sus efectos son un completo misterio.

[…]

http://www.fairewinds.com/content/cancer-risk-young-children-near-fukushima-daiichi-underestimated

Japón: escasez de alimentos seguros

Publicado el 20 de diciembre de 2011 en: http://survivaljapan.wordpress.com/2011/12/20/safe-food-scarcity/


Los alimentos seguros son cada día más escasos en Japón, incluso fuera de la Tierra de Nadie, en lo que llamo la tierra controlada. Para sobrevivir en Japón hay que desechar todos los alimentos procedentes de las zonas al noroeste de Nagoya, y por supuesto cualquier producto del Pacífico Norte. Esto hace que las compras sean muy complicadas, pero se sigue comiendo fuera de casa. El final de año trae una nueva amenaza, ya que se regalan muchos alimentos tradicionales, por ejemplo el “oseibo” (El oseibo es un regalo que se hace a finales de año a aquellas personas a las que se les debe algún favor o simplemente queremos mostrarles gratitud por como se portan como nosotros). Es difícil estar en guardia y tomar decisiones racionales en cuanto a qué comer y es un quebradero de cabeza el preguntar constantemente por el origen de los ingredientes de cualquier alimentos en tiendas y restaurantes. Además, cuando alguien recibe un regalo, es casi imposible resistirse y rechazarlo, y no pensar que se trata de un regalo envenenado.

En cualquier sistema de defensa siempre hay un punto débil: un virus que infecta el correo electrónico; unos soldados que se ocultan dentro de un caballo de madera y entran en la ciudad de Troya; una puerta abierta en una sólida muralla…. o una manzana radiactiva de Nagano. Las madres de la Tierra de Nadie, que tienen un sumo cuidado con la comida y la bebida de sus hijos, descubrieron que tenían cesio en la orina. Tantos los japoneses como los extranjeros son conscientes de la contaminación de los alimentos y toman medidas para consumir alimentos más seguros, pero sólo de forma ocasional. Recordemos el reciente escándalo de los productos lácteos de la marca Meiji a principios de diciembre, ante el que muchos se sorprendieron pero piensan que es un caso aislado. La mayoría siguen comprando productos Meiji, que incluyen chocolates, helados, etc, ya que creen que es cosa de sus competidores, tales como Snow Brand.

Cuando algunos padres descubrieron que sus esfuerzos no eran suficientes para defender a sus hijos de la ingestión de cesio, como lo demuestra las pruebas de la orina, tuvieron la reacción habitual y declararon que después de todo no era una comida que hubiese que controlar. Pero la cuestión es ser coherentes, exhaustivos y no hacer ninguna excepción. Los niños tienen más riesgo que los adultos si consumen alimentos contaminados, por ejemplo, leche radiactiva, que se ha dado en algunas escuelas, o té verde radiactivo en una escuela de la prefectura de Saitama (suburbio residencial al norte de Tokio). Los efectos de la radiación son más acusados en los niños. Además, ¿cómo se van a resistir a aceptar alimentos que se ofrecen en Navidad, en los cumpleaños, etc, cuando los adultos no reniegan del oseibo? El mantenimiento de los niños dentro de la zona de control no parece que se pueda mantener a medio plazo, teniendo en cuenta las excepciones que se hacen en el consumo de alimentos.

Incluso para los adultos que viven en la Tierra Controlada, hay escasez de alimentos inocuos y es un problema salir a comer fuera, que solía ser una forma de diversión (que están obsesionados con la comida se puede comprobar por la omnipresencia de programas de alimentación en la televisión). En la ciudad de Osaka, busqué algunos restaurantes y pregunté el origen de los ingredientes antes de abandonar y conformarme con comer un poco de queso fabricado en el extranjero que compré en una tienda.

En el primer restaurante pedí una anguila y un plato de arroz llamado “unadon”, pensando que sería relativamente seguro, siendo las anguilas peces de agua dulce. Me dijeron que habían sido importadas de China, lo que era un mal menor y lo que parece es que he estado comiendo un producto importado de China durante los últimos veinte años sin que nunca preguntase por su procedencia.

Uno de los resultados positivos de la catástrofe de Fukushima del 11 de marzo es que se ha producido un mayor nivel de exigencia en la cadena alimentaria. Así que la anguila de China me parecía algo aceptable ese día. Estaba dispuesto a ceder, pero el origen del arroz no estaba certificado: el origen cambia día a día, me dijeron. Es el tipo de frases que quieren hacerte saber que no es el tipo de preguntas que hay que hacer, que ese asunto no debe ser tratado. Amablemente le agradecí las explicaciones al cocinero y le dije que lo dejaba por hoy. La justificación para el uso de anguilas chinas se encuentra en la reducción de costes, lo que probablemente también se haga con el arroz. Así que me decido a hacer una comprobación en los supermercados, donde se encuentra el arroz japonés más barato.

En el restaurante de al lado ofrecían tempura de gambas, platos de arroz y “ebi tendon”, que como las gambas son importadas de las granjas de Tailandia. El cocinero me confirmó que su origen era del exterior y aunque no me ofrecía una declaración de trazabilidad casi me aseguraba que eran de Tailandia, pero el problema de nueva fue el arroz, que era de Niigata.

Niigata es una prefectura en una zona montañosa situada a 100 kilómetros a oeste de Fukushima. Solía ser una hermosa estación de esquí invernal, con aguas termales, pero su belleza ha sido devastada por el desastre nuclear. Niigata se encuentra en el epicentro de la Tierra de Nadie y el arroz de esta región no debe consumirse.

Estos dos ejemplos de la ciudad de Osaka, lejos de la Tierra de Nadie, son representativos de la escena actual en la alimentación: los restaurantes en el mejor de los casos tienen cuidado con los ingredientes que utilizan, pero la mayoría de las veces siguen manteniendo la cadena de suministro habitual, por razones de costes y disponibilidad, aunque no sea algo coherente. Ahora que el Primer Ministro japonés Noda ha declarado oficialmente que el accidente de Fukushima se da por concluido, los pocos restaurantes que tuvieron en cuenta esta preocupación por sus clientes, ahora volverán a los comportamientos de costumbre. Esta declaración del Primer Ministro cambia de nuevo el panorama de riesgo en Japón y en realidad cae como un hacha que divide a la población en dos categorías: una gran mayoría que acepta la mentira y se mantienen en su estado de cerrar los ojos; y la segunda, minoritaria, que sacan conclusiones y actúan como tal, es decir, buscan un lugar más seguro para vivir. A corto plazo, esto significa que salir a comer se ha convertido en comer fuera de un lugar de Japón.

En una panadería pregunté si tenían alguna política especial sobre el trigo y el suministro de mantequilla, y me contestaron que seguían como antes del 11 de marzo, es decir, el trigo procedía sobre todo de Canadá y el noreste de Japón, y la mantequilla no tenía lugar de procedencia. Las ciruelas pasas, las nueces, se importan del oeste de Estados Unidos, lugar que probablemente recibió lluvia radiactiva en cantidades semejantes como el área de Tokio.

Las tiendas japonesas de conveniencia no ofrecen casi ninguno alimento saludable y posiblemente el alimento menos peligroso sean las bananas radiactivas.

Es extraño vivir en un país donde las fuentes de alimentos más seguros proceden de la agricultura ecológica (con la salvedad de algunas estafas, sobre todo de los distribuidores de productos BIO). Sin embargo, este es el panorama en todas las partes del mundo hoy en día, aunque no exista la amenaza nuclear. Las calles se quedan vacías cuando no se puede confiar en las tiendas de alimentación y en los restaurantes. Voy a perder peso y creo que es el momento para aplicar una estrategia que nos saque de esta pesadilla.

Para terminar esta entrada, deseo Feliz Año Nuevo a los lectores, Bonenkai en japonés. Y aquí otro artículo sobre la alimentación en las instituciones japonesas, hospitales, escuelas, universidades, empresas,etc. Un enfermo que acuda a un hospital japonés, y no por una enfermedad relacionada directamente con la radiación, puede terminar peor. En realidad, si el paciente muestra algunos signos de estar contaminado por radiación, los hospitales japoneses rechazan a los pacientes.

http://survivaljapan.wordpress.com/2011/12/20/safe-food-scarcity/





Japón: Navidad en la zona de radiación

por Chris Williams, 28 de diciembre de 2011 

http://dissidentvoice.org/2011/12/christmas-in-the-radiation-zone/


Es lo primero que se nota: un color naranja eléctrico, los deliciosos y maduros hoshigaki (es un tipo de caqui) cuelgas de las ramas. Cuando vamos en coche desde Fukushima a Soma, en la costa nordeste del país, pasamos por lugares donde los árboles de caqui puntean el paisaje, todos cargados de fruta, lista para su cosecha. Pero este año, los caquis de la prefectura de Fukushima permanecerán en el árbol. Se los deja generosamente a los descomponedores microbianos, siendo un recuerdo silencioso de la amenaza lenta pero de gran alcance del accidente nuclear.

Desde el 11 de marzo, las personas que viven en la zona, expertas en la agricultura de esta región verde y fértil, han añadido a sus conocimientos lo que supone la radiación, y los caquis son considerados inseguros, ya que han sido irradiados por los vertidos de la planta accidentada de Fukushima Daiichi, a 25 kilómetros al sur de aquí. Me han dicho que los frutos secos, una especialidad local, tienen niveles muy altos de contaminación radiactiva.

A medida que viajábamos a través de las brillantes montañas miraba los valores del dosímetro que llevábamos colgando del espejo retrovisor y empezó a pitar de forma alarmante. Llegamos al lugar donde se encontraba un campamento de verano para niños, en silencio nos entregaron una mascarilla facial, mientras continuaba el sonido siniestro del aparato que marcaba lecturas por encima de 1 micro-sievert por hora, corroborado por un segundo dosímetro para verificar la calibración. Luego pasamos por un incinerador local donde se quemaba la basura, y de nuevo altos niveles de radiación.
Antes limitado a las instalaciones nucleares y a los laboratorios de las universidades, las gentes de la prefectura de Fukushima se han convertido en radiólogos aficionados, siguiendo la radiación de un lugar a otro, ya que el viento y la lluvia de forma aleatoria la traslada por el paisaje local.

Están preocupados y enfadados porque no han recibido adecuada información por parte del Gobierno japonés sobre la amenaza de la radiación y porque quieren que el Gobierno evacúe las zonas más afectadas, de modo que el pueblo de Fukushima ha tenido que tenido que tomar sus propias medidas. El reciente informe provisional publicado por el Gobierno sobre las causas y las lecciones de la catástrofe de Fukushima pone de manifiesto lo mal que se informó: “Se retrasó la información pública sobre asunto tan urgente, los comunicados de prensa fueron censurados, y las explicaciones muy ambiguas. Independientemente de las razones que hubiera para actuar de tal manera, era precisa una rápida comunicación en este caso de emergencia”. 

De acuerdo con la gente de Fukushima, esta tendencia continúa, sobre todo ahora que el primer ministro Noda anunció que la crisis nuclear ya se había resuelto.

En la ciudad de Fukushima, la gente se organiza y protege a sí misma. Es una experiencia un tanto surrealista, ya que me dirijo a una de las mecas del consumismo, que es una característica de cada ciudad. Pero en lugar de ir de compras a un centro comercial me llevan a una reciente estación de medición de radiactividad. En el interior están las zapatillas perfectamente ordenadas, y veo juguetes para los niños y una pizarra. Detrás del mostrador hay un equipo para comprobar los niveles de radiación de la comida, así como un contador de cuerpo entero, donde los niños y los adultos verifican todos los días los niveles de radiación de su cuerpo. Está dirigido casi en su totalidad por voluntarios que han recibido una formación sobre salud radiológica de una ONG francesa y lo puede usar cualquier persona por debajo de los 20 años de edad.

Al entrar en un edificio de apartamentos de la ciudad de Fukushima, en contraste con lo que se encontraba otras veces, veo escrito a mano en las columnas los niveles de radiación que se publican. Los datos recogidos cada siete días en la zona circundante muestran los niveles fluctuantes de la radiación, y las lecturas especialmente altas se rodean en rojo.

Han sido evacuadas las vacas, pero al parecer más allá de la zona de evacuación obligatoria de 20 kilómetros donde se considera que es seguro para los seres humanos, incluso para los niños y muchachos. Hiroyuki, que se ha convertido en un activista de la salud pública, evacuó a su esposa e hija de cuatro años de edad a Tokio, y después a Kyoto. Ahora sólo les ve una vez al mes, y se ha quedado para asegurarse de que los Gobiernos nacional y regional asumen los riesgos para la salud de las personas que viven aquí. Forma parte de una campaña cada vez más amplia que se ha organizado en Fukushima para salvar a los niños de la radiación, para que el Gobierno cambie sus directrices sobre radiación, para que se evacúen a las personas con altos niveles de radiación, y para proporcionar apoyo a las personas que voluntariamente quieran ser evacuadas.

La radiación emitida por los tres reactores gravemente dañados, que han sufrido explosiones y colapsos en el complejo de Fukushima Daiichi, se ha extendido por todas partes. Además de la evacuación de las personas que vivían en un radio de 20 kilómetros en torno a la central, el Gobierno ha elevado la radiación admisible en veinte veces, desde 1mSv/año, cifra reconocida internacionalmente, a 20. Esto significa que cualquier lugar que esté por encima de 0,6 micro-sieverts/hora, cantidad limitada a personas que trabajan en “áreas controladas radiológicamente”, ya no es motivo de evacuación, con lo cual desciende en número de personas que debieran de ser evacuadas.

A pesar de que se dice que los centros de evacuación de emergencia son temporales, es probable que miles de personas de las 110.000 evacuadas, en particular de los alrededores de Fukushima Daiichi y por donde el viento extendió la nube radiactiva, nunca podrán volver a sus hogares debido a la larga vida media de los radioisótopos que contaminaron el suelo, el agua y los alimentos. De hecho, el informe provisional concluye diciendo que “teniendo en cuenta que muchas personas estarán obligadas a pasar su vida en centros de evacuación por un período largo de tiempo, que sufren de contaminación por radiación o el miedo a la exposición, al aire contaminado, los suelos, el agua y los alimentos”. 

Incluso antes de que se publicase el Informe, algunas personas que he conocido se refieren a sí misma como la “diáspora de Fukushima”, en lugar de llamarse evacuados, porque creen que jamás podrán volver a su tierra.

Llegamos a la pequeña comunidad de Isobe, que se encuentra en la costa. O por lo menos, lo que queda de Isobe. Nos hemos reunido con Toshiko Kooriki en su nueva vivienda temporal, junto a otras hileras de viviendas prefabricadas. Nos lleva a que veamos lo que queda de su antigua casa, que sobresale un par de metros sobre un paisaje lunar árido, que una vez fue una pequeña comunidad formada por 400 familias, pero que el maremoto arrasó. Nos señala las diferentes salas y nos dice que viene aquí de vez en cuando y llora.

Japón es tierra de contrastes, y así lo comprobamos cuando nos encontramos con Hatsumi Terashima, un pescador de 54 años, aunque ya no lo sea. Nos relata la experiencia del tsunami, y nos muestra todo lo que queda de su casa: una planicie de barro en cuyo fondo se encuentra el pueblo que fue. Perdió a sus nietos, a su hijo, a la esposa de su hijo y a su suegra.

 
Inmediatamente después de producirse el terremoto, se encontraba ordenado las cosas cuando el tsunami llegó. Se decía en Isobe que nunca un tsunami podría llegar hasta aquí. En su incredulidad vio como una oscura pared de agua se precipitaba hacia él y lo arrastró durante tres kilómetros tierra dentro. Se fracturó la rodilla, pero una cuerda lo enredó y lo sujeto, a diferencia de los otros cinco miembros de su familia que se encuentran entre los 264 desaparecidos. Pero no se puede pescar porque el mar tiene altos niveles de radiactividad. Pesa su tiempo cerca del mar, viendo los escombros y otros desechos dejando por la aplastante fuerza del tsunami.

Iatate, una ciudad directamente afectada durante la trayectoria de la columna de material radiactivo, pero fuera de la zona de exclusión de 20 kilómetros, ha sido evacuada como zona de alta radiación. Sin embargo, esto se hizo después de que se produjesen la mayor parte de los vertidos radiactivos, ya que la red de alerta temprana, sistema de seguridad instalado por el Gobierno, y creada específicamente para este propósito, dejó de funcionar debido a “rotura de los enlaces de comunicación debido al terremoto y el sistema de detección no pudo recibir la información de los datos de elevada radiactividad”.

Mientras que este sistema (SPEEDI) pudo haber proporcionado algunos datos cruciales y hubiese ayudado a una rápida evacuación para que las personas no hubiesen estado expuestas a nivel tan alto de radiación, tampoco les llegó información por parte de las autoridades locales porque

El servicio de Respuesta de Emergencia Nuclear (NERHQ) no funcionó, ante lo cual la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial (NISA) debería haber proporcionado los datos de SPEEDI a la población. Pero a ninguno de ellos se le ocurrió dar esta información. El Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología, el Ministerio que tiene competencias en el sistema SPEEDI, tampoco proporcionó la información, bien directamente o través de otro servicio del Gobierno. 

A medida que pasamos a través de Iatate en nuestro camino de regreso a Soma, vemos que el pueblo está en silencio y en la oscuridad. Las únicas luces son las de las farolas y las de la residencia de ancianos que sigue ocupada, ya que son demasiado viejos y vulnerables para desplazarse a otro lugar seguro. El cuidado de los ancianos se lleva a cabo por rotaciones estrictas entre los trabajadores.

Nos detenemos en la escuela secundaria de la ciudad. En el interior del coche las mediciones indican de 0,14 a 1,8 microsieverts por hora. Salimos fuera y dejamos los contadores Geiger en el suelo, subiendo los valores a 6 microsievert/hora.

A pesar de la devastación y de la pérdida de vidas humanas causada por el terremoto y el tsunami, la gente que conozco de la prefectura de Fukushima, en lugar de hablar de aquellos acontecimientos, habla de los niveles de radiación y cómo su tierra está contaminada por un peligro invisible y permanente, la gente está temerosa aunque el Gobierno trate de convencerlos de que es seguro.

Japón se describe a menudo en el extranjero como el país más capaz para hacer frente a un accidente nuclear. Sin embargo, de la lectura del Informe provisional del Gobierno se deduce que los organismos responsables de la planificación de emergencia se basaban en supuestos falsos, que llevó a cometer muchos errores en el momento en el que aumentó la gravedad de la crisis y las personas estuvieron expuestas a la radiación. Los errores se cometieron en la propia planta nuclear, así como fallos en la comunicación y falta general de planificación. Se es muy crítico con el plan de emergencias, la actuación de TEPCO y el uso indebido de la red de alerta temprana SPEEDI.

Junto a otras muchas deficiencias en la respuesta operativa y de emergencia, de acuerdo con el informe de calificación de NISA, ni siquiera se envió a la sede de TEPCO una petición de información para dar cuenta de forma eficaz al Primer Ministro del país, a pesar de que TEPCO se encuentra muy cerca de las oficinas de NISA. Después del accidente en el Golfo de México en la planta petrolífera de BP, las medidas que se exigieron a TEPCO para proteger sus plantas nucleares de los tsunamis fueron voluntarias, que por supuesto, al ser una entidad con ánimo de lucro y no de seguridad, no las tomó: “TEPCO no aplicó las medidas contra tsunamis como parte de la Hoja de Ruta de Gestión de Accidentes (AM). Su preparación en caso de accidente, tales como daños graves en el núcleo de un reactor como consecuencias de desastres naturales fueron muy deficientes”. 

En una sociedad dominada por los hombres -sólo el 10% del Parlamento Japonés está formado por mujeres- hay un fuerte liderazgo femenino en el movimiento contra el Gobierno y la utilización de la energía nuclear, fácilmente perceptible. En una de las muchas reuniones que se organizan sobre la radiación y la evacuación de los niños, hablé con un grupo de mujeres que han decidido quedarse para preservar la estabilidad familiar, y he visto que reina ira contra el Gobierno y también miedo por las consecuencias de quedarse.

Una mujer, que sólo se quiso identificar cono Mihonmatsu, por miedo a que se la recriminase por seguir planteando la cuestión de la radiación en la ciudad de Fukushima, mantiene reuniones con personas de confianza para hablar de sus experiencias y planear estrategias. Me muestra los documentos emitidos por el Gobierno y el monitor de radiación. Todos los días tiene que completar de forma detallada los movimientos y los alimentos consumidos por sus hijos, Cuando los haya completado, debe enviarlos al Gobierno para su análisis, junto con el dosímetro que su hija está obligada a llevar en todo momento. Nihonmatsu pregunta: “Si todo es tan seguro como dicen, ¿por qué el Gobierno nos obliga a hacer estas cosas?”. 

Otra mujer, Jinko Mera, que tendrá unos 50 años, asiente con la cabeza: “Siempre tenemos que pensar en la cantidad de radiación que presentan nuestros alimentos. Queremos vivir sin eso. Teníamos los alimentos más saludables en nuestra región, pero no podemos secar caquis, no podemos comer nuestros melocotones, no podemos comer nuestra propia comida”. 

En otra reunión de la organización el día de Navidad, las mujeres debaten sobre si realizar una sentada frente al Ministerio de Economía, Comercio e Industria, el METI, del que la Agencia de Regulación Nuclear Japonesa, NISA, forma parte.

En medio de testimonios y recuerdos, vieron el documental de 1983 en el que se ve a mujeres que ocupan la base de misiles nucleares que Estados Unidos construyó en Greenhan Common, Inglaterra. Una nueva generación de mujeres se inspiran en las canciones y en la lucha colectiva en un tipo diferente de lucha contra la energía nuclear. Quieren que el Gobierno proteja a sus familias de inmediato, pero tampoco quieren que nadie más pase por lo que ellos están pasando. Forman parte de una campaña para que se cierren definitivamente los 54 reactores nucleares y que se erradique definitivamente la energía nuclear de las costas de Japón.


De acuerdo con un reciente informe de Greenpeace de Japón y el Instituto de Políticas de Energía Sostenibles, con sede en Tokio, Japón podría generar el 43% de su energía mediante fuentes renovables para el año 2020, superando el 30% que produce actualmente la energía nuclear ( aunque sólo 6 de los 54 reactores están actualmente en funcionamiento). Con un descenso muy rápido de la población de Japón, se quiere reducir de 125 millones de personas a 100 millones en 2050, el único impedimento para llevar a cabo una política sensata y segura es, por tanto, político.

La reunión de los activistas termina con una intensa emoción y el espíritu de los asistentes se une al entrelazar sus manos y cantar, evocando otro círculo anterior, cuando 30.000 mujeres formaron un anillo alrededor del perímetro de nueve millas en torno a la base de Greenham Common y dijeron: ¡No pasarán!. Cantaron Furosato, una canción japonesa llena de nostalgia y recuerdos:

Algún día, cuando haya hecho lo que me propuse,
voy a volver al lugar donde tenía mi casa.
Exuberantes y verdes son las montañas de mi patria,
puro y claro el agua de mi antigua casa. 

La próxima manifestación de las mujeres de Fukushima ya tiene fecha, el 28 de diciembre, y la gente de Fukushima marchará una vez más.

Chris Williams es un activista que defiende el Medio Ambiente desde hace muchos tiempo. Es autor de Ecología y Socialismo: soluciones a la crisis ecológica del capitalismo. Sus artículos han aparecido en International Socialist Review, The Indypendent Truthout, y Znet. Es profesor de Física en la Universidad de Pace y Presidente del Departamento de Ciencias del Packer Collegiate Institute. Su sitio web es http://www.ecologyandsocialism.org y puede contactar con él : ecologyandsocialism@gmail.com






Diario de Fukushima: mutaciones en vegetales


By Fukushima Diary, 21 de diciembre de 2011
 En la época de la cosecha se encuentran cada vez más plantas con mutaciones.
En el periódico Sankei, Ibaraki, de fecha 17 de diciembre de 2011, se observa la fotografía de un hombre que muestra estas zanahorias. Parece estar feliz por la apariencia de las mismas, que semejan a unas tijeras, un moño… No tiene dudas de que podrá venderlas en su tienda.
 
 En otro lugar, la señora Miwae (79) muestra lo que creció en su huerto. Tiene 40 cm de longitud. El rábano está dividido en cinco lóbulos. Dice que lleva plantando en su huerto durante décadas, pero que nunca había visto un rábano como éste.
 
En Kyushu se encontró una mandarina mitad verde mitad amarilla. Se cosechó a finales de noviembre. Este tipo de mutación recibe el nombre de quimera.
Y he aquí otros casos de mutaciones en plantas y la ternera de dos cabezas:


http://foodfreedom.wordpress.com/2011/12/21/mutated-vegetables-fukushima-diary/



Se estima en unas 14.000 las muertes en EE.UU como consecuencia del desastre de Fukushima

http://www.prnewswire.com/news-releases/medical-journal-article–14000-us-deaths-tied-to-fukushima-reactor-disaster-fallout-135859288.html

El impacto de este accidente es comparable al de Chernobyl en cuanto a las muertes producidas por radiación, siendo los bebés los más afectados. Las investigaciones muestran que puede ser incluso mayor el número de muertes.

WASHINGTON, 19 de diciembre de 2011/ PRNewswire-HISPANIC WIRE.- Se estima que se han podido producir unas 14.000 muertes en los Estados Unidos como consecuencia de la lluvia radiactiva que se produjo con posterioridad al desastre de los reactores nucleares de Fukushima, en Japón, según un nuevo artículo publicado en la edición de diciembre de 2011 en Journal of Health Services. Este es el primer estudio publicado en una revista médica que documenta los riesgos para la salud que ha supuesto el accidente de Fukushima.

Los autores del estudio, Joseph Mangano y Janette Sherman estiman en 14.000 las muertes en las 14 semanas posteriores al accidente múltiple de Fukushima, siendo una cantidad comparable a las 16.500 muertes que se produjeron en las 17 semanas posteriores a la catástrofe de Chernobyl en 1986.
El aumento de las muertes después de los sucesos de Fukushima ha afectado principalmente a los bebés de Estados Unidos, menores de 1 año. El incremento en las muertes infantiles en la primavera fue del 1,8%, en comparación con un descenso del 8,37% con posterioridad.

El artículo se publicará el próximo martes, pero ya está disponible 

Sólo seis después del 11 de marzo y las desastrosas fusiones de los cuatro reactores de Fukushima, los científicos detectaron una columna de lluvia ácida en las costas estadounidenses. Mediciones posteriores realizadas por la EPA ( Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos), encontraron que los niveles de radiación en el aire, agua y la leche, era cientos de veces superior a los niveles normales en los Estados Unidos. Los niveles detectados de yodo-131 en las precipitaciones fueron las siguientes, cuando lo normal es alrededor de 2 picocuries por litro de agua:
Boise, ID, 390; Kansas City, 200; Salt Lake City, 190; Hacksonville, FL, 150; Olympia, WA, 125 y Boston. MA, 92.

El epidemiólogo Joseph Mangano, MPH MBA, dijo: “ Este estudio de riesgos para la salud por el accidente de Fukushima es la primera vez que se publica en una revista científica y es motivo de preocupación, y se sugiere que deben continuar los estudios para comprender el verdadero impacto del Fukushima en Japón y en el resto de mundo. Los resultados son importantes para iniciar un debate sobre la conveniencia de construir nuevos reactores, y el tiempo que se deben mantener los que ya llevan operando durante mucho tiempo”.

Mangano es director ejecutivo de Radiation and Public Health Project, y autor de 27 artículos de revisión por pares en revistas médicas.

Jannette Sherman, MD, es internista y toxicóloga, y dijo: “Basándonos en nuestra continua investigación, el número real de muertes puede alcanzar la cifra de 18.000, alcanzando la gripe y la neumonía una cantidad 5 veces superior en el período considerado como una de las causas de muerte. Las muertes se producen en todas las edades, pero son los niños los más afectados debido a que sus tejidos se multiplican rápidamente, con un sistema inmunológico sin desarrollar, y las dosis de radioisótopos son proporcionalmente mayores que en los adultos.”

La doctora Sherman es profesora adjunta en la Universidad de Western Michigan y editora de “Chernobyl, las consecuencias de la catástrofe para las personas y el medio”, publicado por la Academia de las Ciencias de Nueva York en 2009 y autora de “Exposición química y la vida es un delicado equilibrio; Causas y prevención del cáncer de mama”.

El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) publica informes semanales sobre el número de muertes en 122 ciudades de los Estados Unidos que tienen una población superior a los 100.000 habitantes, alrededor del 25 al 30% de la población de Estados Unidos. En las 14 semanas posteriores al accidente de Fukushima, se produjeron lluvias en los Estados Unidos ( del 20 de marzo al 25 de junio) y la CDC reportó un aumento del 4,46% en el número de muertes respecto al mismo período de 2010, en comparación con sólo un 2,34% en las 14 semanas anteriores al accidente. Este exceso de fallecimientos se estima en todo los Estados Unidos en unos 14.000.

NOTA DEL EDITOR: Una grabación de audio relacionada con esta noticia estará disponible en la Web http://www.radiation.org hasta las 4 de la tarde EST/2100 GMT del 19 de diciembre. La copia del artículo está disponible contactando con Ailis Aaron Wolf (703)276-3256 o aawolf@hastingsgroup.com)
Fuente: Joseph Mangano y Janette Sherman, International Journal of Health Services

Enlaces de interés:

Otras noticias relacionadas:

12 de noviembre de 2011: visita a la central nuclear de Fukushima


Reportaje fotográfico de David Guttenfelder, Pool
(Hacer click sobre las imágenes si se desea ampliarlas)

Un empleado de la Tokyo Electric Power Co. (TEPCO), vestido con traje de protección y mascarilla, utiliza un megáfono para dirigirse a los trabajadores de TEPCO y a los periodistas que se dirigen hacia las instalaciones de la central nuclear Fukushima Dai-ichi, en la ciudad de Okuma, Japón, el pasado sábado, 12 de noviembre de 2011. Las condiciones en que se encontraba la central nuclear después del devastador tsunami del pasado mes de marzo han mejorando poco a poco, hasta el punto de que ya es posible planear una parada fría, según indicaron las autoridades durante el recorrido por las instalaciones. En las inmediaciones de los reactores de la central aún se observan vallas retorcidas, camiones volcados, tanques de agua abollados. Los edificios de oficinas que rodean los reactores fueron abandonados el 11 de marzo, en el momento en que se produjo el tsunami. (David Guttenfelder, Pool)

La policía japonesa en un puesto de control en el límite de la zona contaminada de exclusión, en torno a la central nuclear de Fukushima Dai-ichi, cerca de Okuma, prefectura de Fukushima, el 12 de noviembre.

Una calle desierta dentro de la zona de exclusión, observada desde el autobús que nos lleva hasta la central.

Capos y edificios abandonados dentro de la zona de exclusión, el mismo día. (David Guttenfelder, Pool)

Empleados de TEPCO y periodistas japoneses observan la central nuclear de Fukushima por las ventanillas del autobús. Por primera vez desde el accidente se permite a los medios de comunicación comprobar la devastación ocasionada en la planta nuclear: vehículos retorcidos, el edificio de contención del reactor desmoronado, escombros amontonados, todo prácticamente igual que cuando el tsunami golpeó hace ocho meses. (David Guttenfelder, Pool)

El edificio del reactor de la Unidad 4 observado desde el autobús. ((David Guttenfelder, Pool) Tuberías desgajadas y retorcidas; barreras improvisadas.....

 
El Ministro de Medio Ambiente, Goshi Hosono, saluda a los empleados de TEPCO que se encuentran en el centro de operaciones de emergencia de la central nuclear. (David Guttenfelder, Pool)

Los periodistas, con trajes de protección, durante la entrevista con el Ministro de Medio Ambiente del Gobierno de Japón, Goshi Hosono, y el Jefe de la planta nuclear, Masao Yoshida, en el interior del centro de operaciones de emergencia, el pasado 12 de noviembre. (David Guttenfelder, Pool)

Control de la radiación a los empleados dentro del centro de operaciones de emergencia de la central. Los empleados están provistos de traje y máscara de protección.




http://cryptome.org/eyeball/daiichi-111211/daiichi-111211.htm

RESUMEN DE LOS DATOS RECOGIDOS SOBRE EL IMPACTO EN EL MEDIO MARINO DE LOS VERTIDOS RADIACTIVOS DE LA INSTALACIÓN NUCLEAR DE FUKUSHIMA DAI-ICHI (I)


Logotipo del Instituto de Radioprotección y Seguridad Nuclear


26 de octubre 2011

Esta nota informativa presenta las últimas informaciones recogidas por el IRSN, después de la nota anterior del 11 de julio sobre el mismo tema.

 Se ha producido una elevada contaminación del medio marino después del accidente nuclear en la planta de Fukushima Dai-ichi el pasado 11 de marzo de 2011. El vertido fue directamente al mar, durando hasta el 8 de abril, y en menor medida por la precipitación al océano de los radionucleidos lanzados a la atmósfera entre el 12 y el 22 de marzo. En las inmediaciones de la planta, las concentraciones en el agua del mar llegaron a ser a finales de marzo y principios de abril de varias decenas de becquerelios por litro (Bq/l) en lo que se refiere al cesio 134 y 137, e incluso llegaron a superar los 100.000 Bq/l para el yodo 131. Las concentraciones de yodo 131 se han reducido rápidamente debido a que su vida media es corta (8 días) y los resultados de la mediciones estaban por debajo de los límites de detección a finales de mayo. Las concentraciones de cesio 134 y 137 comenzaron a descender a partir del 11 de abril y desde el mes de julio están por debajo de los límites de detección (5 Bq/l), según las técnicas de medición utilizadas para el seguimiento.

En la interpretación de los resultados de la medición del cesio 137 en el agua de mar, el IRSN ha actualizado su estimación sobre la cantidad de cesio 137 vertido al mar entre el 21 de marzo hasta mediados de julio. El valor obtenido de 27.105 Bq proviene del vertido realizado hasta el 8 de abril (que supone la mayor parte del mismo, el 82%). El vertido radiactivo realizado al mar es el mayor que se haya hecho de una sola vez, y suponen las mayores concentraciones de radionucleidos artificiales presentes en el medio marino. Debido a la ubicación de la central nuclear de Fukushima, la dispersión de los radionucleidos en muy rápida, ya que recorre estas cosas una de las corrientes más importantes del mundo, llevando muy lejos las aguas contaminadas por el Océano Pacífico. Por lo tanto, los resultados obtenidos en el agua de mar y los sedimentos costeros sugieren que las consecuencias del accidente, en términos de efectos de la radiación, será el debilitamiento de las especies pelágicas en el otoño de 2011 (bajas concentraciones en el agua del mar y almacenamiento limitado en los sedimentos).

Sin embargo, hay una contaminación significativa del agua en la zona cercana a la costa que puede persistir en el tiempo debido a la continua llegada de sustancias radiactivas por escorrentía de las aguas superficiales de los suelos contaminados. Además, algunas áreas costeras, todavía no identificadas, podrían presentar condiciones de dilución o sedimentación menos favorables que las observadas hasta ahora. Por último, es probable la presencia de otros radionucleidos persistentes, tales como el estroncio 90, plutonio, que no han sido suficientemente tenidos en cuenta al hacer las mediciones.

Los resultados de las mediciones muestras una contaminación persistente de las especies marinas ( peces en su mayoría), según se desprende de los análisis de las capturas realizadas en la prefectura de Fukushima. Organismos bentónicos filtradores y los peces que se encuentran en la parte de la cadena alimentaria, son los más sensibles a la contaminación por cesio. Por consiguiente, se debe continuar con el seguimiento de las especies marinas capturadas en las aguas de las costa de Fukushima.
  1. Evolución de la contaminación radiactiva en el agua del mar
A partir del 21 de marzo, y los días posteriores, se observó una elevada contaminación del medio marino en las aguas cercanas a la central nuclear de Fukushima Dai-ichi. La caracterización de los estos contaminantes se obtuvo principalmente mediante la medición de muestras de agua, de sedimentos marinos y de las especies marinas, cuyos resultados fueron publicados por MEXT1 y TEPCO. El IRSN no está en condiciones de realizar mediciones en Japón, y lo que hace es recoger de forma periódica los resultados de estos análisis para evaluar la contaminación del medio marino.

La medición de los resultados publicados en Japón se centra en los radionucleidos de emisión gamma, que se enumeran en la Tabla 1
Principales radionucleidos detectados Vida media
Yodo 131 8 días
Cesio 137 30,15 años
Cesio 134 2,1 años
Cesio 136 13,1 días
Telurio 132/Yodo 132 78 horas
Tabla 1 – Principales radionucleidos medidos en el agua de mar

Otros radionucleidos artificiales, la mayoría de una vida corta, también se han detectado de forma esporádica, en concentraciones más bajas. Las mediciones de radionucleidos de emisión beta son menos numerosas: 9 detecciones de estroncio 90 en el agua de mar, en una concentración de entre 1 a 10 Becquerelios/l, lo que representa entre el 1 al 20% de la actividad del Cesio 137, es decir una proporción superior a la observada en la deposición de los sedimentos presentes en la atmósfera en el suelo de Japón, que representa alrededor del 0,1%.

El yodo 131 y el cesio 137 con los principales radionucleidos controlados en el medio marino. Aunque el Yodo 131 fue el de mayor presencia en las semanas posteriores al accidente, rápidamente disminuyó su concentración debido a su rápida desintegración, de modo que ya no era detectable a finales de mayo.

Las dos fuentes principales de contaminación radiactiva han sido: los vertidos de líquidos radiactivos y la deposición de las partículas atmosféricas en el mar, en el momento de la dispersión de las emisiones al aire. Los cambios en las concentraciones de radionucleidos en el agua del mar indican que estas dos fuentes de contaminación no fueron detectadas por el sistema de vigilancia. Al mismo tiempo, siempre existe el riesgo de contaminación del suelo marino por los lixiviados contaminados de la costa o transportados por las aguas fluviales.
  1. Dispersión de los contaminantes radiactivos en el océano
Las mediciones realizadas cerca de la central mostraron una elevada contaminación ambiental marina a partir del 21 de marzo, como consecuencia de las corrientes que se desplazan en esta zona costera.

Los cambios en el tiempo y en el espacio de la concentraciones de cesio 137 y yodo 131 son representativas de la presencia de radionucleidos en el medio marino. Los resultados se resumen en estas dos figuras:

Figura 1: Concentraciones en la desembocadura, que son representativas de los radionucleidos vertidos ;
Figura 2: Concentraciones de cesio 137, mostrando la distribución de la contaminación radiactiva del agua de mar en diferentes momentos.
 
Fuente: IRSN medidas basadas TEPCO – MEXT
Figura 1 – Concentraciones de Cesio 137 y comparación con la ratio (Yodo 131/Cesio 137) a menos de 500 metros de la central nuclear de Fukushima Dai-ichi. El valor de la ratio se ha corregido para permitir un comparación entre ambos datos. 

Las mediciones realizadas en las cercanía de las instalaciones muestra una ratio entre el yodo 131 y el cesio 137 bastante homogénea, en torno a 20, con una tendencia a disminuir hasta el 19 de abril. Esta disminución no es el resultado de la desintegración radiactiva del yodo, que ya se ha tenido en cuenta en el cálculo de la ratio, sino de un proceso de eliminación del yodo 131 presente en el agua del mar, con un período de decadencia (vida media) de 35 días. Una tendencia similar se observa entre los 10 a 20 kilómetros hacia el sur entre el 27 de marzo y el 16 de abril, pero no es perceptible a esta distancia de la costa. Las causas de este fenómeno de eliminación del yodo en el agua del mar no ha sido identificado, y quizás pudiera ser un comportamiento específico del yodo en el interior de las instalaciones dañadas y antes de su vertido al medio marino.
A partir del 19 de abril, la relación entre el yodo 131 y el cesio 137 es muy variable, probablemente debido a la imprecisión en la medición del yodo 131 en el agua del mar, ya que su actividad disminuye como resultado de la desintegración radiactiva. También es posible que estas variaciones sean debidas a las fluctuaciones en la composición de los residuos en el lugar del accidente, o también a que la toma de datos es mucho más fiable a partir del 11 de abril, con una disminución considerable de la radiactividad en zona marina cercana a la central.
 Figura 2.- Evolución de la distribución espacial de las concentraciones de cesio 137 en el agua del mar entre el 11 de abril y el 11 de julio de 2011.

Estos mapas muestran una distribución similar en los alrededores de la planta de energía nuclear. Las concentraciones disminuyeron significativamente con el tiempo y la extensión de las áreas coloreadas, que se corresponden a mediciones por encima de los límites de detección (alrededor de 5Bq) disminuye en consecuencia.

Después del 11 de julio, las concentraciones medidas en el mar están en su mayoría por debajo de los límites de detección de los aparatos utilizados, no siendo ya posible la realización de un inventario de la contaminación residual en el mar.
  1. Actualización de la estimación de cantidades de cesio 137 vertido al mar.
De los mapas de la figura 2, el IRSN ha actualizado su estimación de las cantidades de Cesio 137 presentes en el mar, que sería el área pintada de azul. Esta estimación toma en cuenta la batimetría y el espesor de la capa de mezcla en base a la salinidad y la temperatura realizada por MEXT, siempre que el espesor de esta capa es mejor que la altura de agua de mar. Los resultados se representan en la tabla 2 y la evolución de estas cantidades estimadas se muestra en la Figura 3.

Periodo de inventario
Inicio               Fin            Middle                        number of steps                     amount of  137Cs (TBq)
11/04/11       18/04/11    14/04/11                     92                                              11600
18/04/11       25/04/11     21/04/11                    77                                                4750
25/04/11       02/05/11     28/04/11                 118                                                 3380
02/05/11       16/05/11     09/05/11                 293                                                   667
16/05/11       30/05/11     23/05/11                 233                                                   261
30/05/11       13/06/11     06/06/11                 227                                                   163
13/06/11        27/06/11    20/06/11                 250                                                     42
27/06/11       12/07/11     04/07/11                 202                                                      2.4

Tabla 2: Las cantidades de cesio 137 en la zona costera cercana a la central del Fukushima Dai-ichi se calcula a partir de la interpolación de las mediciones individuales en el agua de mar, en diferentes períodos desde el 11 de abril.

Fuente: IRSN medidas basadas en TEPCO MEXT
Figura 3.- Evolución en las cantidades de cesio 137 en el agua del mar en la zona litoral entre el 11 de abril y 11 de julio de 2011.

[...]Esta disminución se produce por la dilución del agua de mar contaminada arrastrada por las corrientes marinas presentes en la zona. La tasa de renovación del agua es muy rápida, resultado de la intensidad de las corrientes de Kuroshio y Oyashio. La regularidad en la dilución es notable, teniendo en cuenta la variabilidad de los flujos observados en esta zona.

Esta dilución ha permitido que se haya reducido el impacto del accidente en las aguas costeras. El agua contaminada es transportada con rapidez hacia el este, hacia el centro del océano Pacífico, hacia donde se dispensan las aguas marinas.

Si miramos a más largo plazo, el ritmo de esta dilución puede verse alterada por dos fenómenos:

-Los cambios estacionales en la circulación oceánica (Kuroshio y Oyashio);
- Un regreso de los contaminantes vertidos a la zona, debido a la recirculación de las masas de agua en el zona Noroeste del Pacífico. Esto quizás pueda retrasar conseguir los niveles de cesio 137 antes del accidente (entre 0,001 y 0,004 Bq/l).

Por lo tanto, a diferencia del ambiente terrestre, en el que el depósito residual persiste durante varios años, el período de contaminación del agua en un ambiente marino es de unos 6 meses. Este período no es una característica general de la contaminación en áreas marinas, sino el resultado de las condiciones hidrodinámicas particularmente favorables, la orientación hacia el mar y tamaño del ambiente receptor (el océano Pacífico). Si este suceso hubiese tenido lugar en un mar más cerrado ( al oeste de Japón, por ejemplo), o en un bahía, las consecuencias podrían haber sido 10 veces más catastróficas, tanto a corto como a largo plazo.

Sirva como comparación, los valores medidos en el golfo de Norman-Breton, donde se encuentra el centro Flamanville, en la Mancha, en un período de 3 meses son doce veces mayores que los registrados en la región de Fukushima, a pesar de que las corrientes producidas por las mareas son muy intensas.

La extrapolación de la recta de regresión a partir del 8 de abril permite estimar la cantidad total de cesio 137 vertido a finales del período principal de vertido (26 de marzo al 8 de abril). El monto estimado por extrapolación es de 22×1015 (22 millones de millones de Becquerelios), con un intervalo de confianza del 95%, desde 20,8 a 23,1 x1015 Bq. El error más importante asociado a este cálculo está relacionado con la profundidad de la mezcla, donde la incertidumbre es del 50%. Este aumento en la cantidad de cesio 127 vertido conduce a un resultado unas dos veces mayor que el estimado por el IRSN en el mes de julio (véase la nota de 11 de julio IRSN sobre el impacto de los vertidos marinos de materiales nucleares en el lugar del accidente, Fukushima Dai-ichi), y 20 veces mayor que la estimación realizada por TEPCO, publicada en junio.

El IRSN ha podido establecer una correlación empírica entre la cantidad total estimada de cesio 137 para el período del 26 de marzo al 8 de abril, y las concentraciones medias de cesio 137 medido en el agua del mar, cerca de la zona montañosa central durante el mismo período, teniendo en cuenta que el fenómeno de la dilución es estable y homogéneo a esta escala.

Aplicando esta correlación con las mediciones realizadas hasta el 18 de julio, fecha a partir de la cual se producen vertidos menos significativos, lo que hace que sea difícil hacer una estimación de los mismos, el IRSN ha sido capaz de determinar la cantidad total de cesio 137 vertido al agua hasta mediados de julio. El valor resultante es de 27×015 Bq. Como era de esperar, la mayor parte del vertido se produjo antes del 8 de abril, siendo los vertidos estimados posteriores de sólo el 18%. Es el vertido mayor de radionucleidos artificiales al medio ambiente marino jamás observado.

Acceso al informe (en francés):

http://logi103.xiti.com/go.click?xts=410711&s2=6&p=JAP-NI-2610&clic=T&type=click&url=http://www.irsn.fr/FR/Actualites_presse/Actualites/Documents/IRSN-NI-Impact_accident_Fukushima_sur_milieu_marin_26102011.pdf

Petición de ayuda desde Fukushima: nuestros niños están atrapados por la radiación

Mensaje desde Fukushima

 

  • Buenos días, me llamo Nakate y soy representante de una Organización para proteger a los niños de la radiación. Hace ya tres meses del accidente nuclear de Fukushima. Cada día descubrimos nuevos hechos. Sabemos que el Gobierno nos ha engañado. Nosotros, los ciudadanos de Fukushima nos preguntamos si esta región se ha vuelto inhabitable y si nuestros niños deberían seguir viviendo aquí. Pedimos la evacuación de los niños, así como la de sus padres. Ni el Gobierno japonés ni las instancias locales tienen prevista una evacuación. Estamos solos ante esta situación. Necesitamos de apoyo nacional e internacional. Si así lo desean pueden enviar mensajes de apoyo a Japón y también quisiéramos que nos ayudasen a salvar a nuestros niños.

  • Hace muy buen tiempo, cálido y húmedo. Los niños están obligados a llevar manga larga, pantalones y una máscara durante el tiempos que se encuentran en un aclase muy calurosa y con las puertas y ventanas cerradas. A partir de ahora, los niños de Fukushima viven diariamente con la angustia de que pueden caer enfermos en cualquier momento. La situación es muy triste e imperdonable. Les pedimos que pasen este mensaje al mundo entero. No nos queremos hacer una idea de los que esto podrá ser de aquí a unos 10 o 20 años sin nuestra situación no evoluciona de forma satisfactoria rápidamente. Sólo vemos un futuro con la radiación todavía presente, a la que estarán sometidos nuestros niños si no logramos mejorar este escenario indeseable. Tememos un mundo terrible en el futuro si no logramos proteger ahora la vida de nuestros niños. Rogamos que se difunda este mensaje al mundo entero.

  • Hoy, en nuestra ciudad de Fukushima, el Gobierno ha reducido el proceso de descontaminación. Este proceso comenzó mientras nuestros niños seguían viviendo aquí. Las zonas con una radiación de más de 5 milisieverts por año fueron evacuadas después del accidente de Chernobil, pero en Fukushima, decenas de millares de niños continúan viviendo aquí. En el accidente de Chernobil, los residentes de las zonas contaminadas con más de un milisievert por año (1mSV/an) tenían la posibilidad de ser evacuados y ser realojados en otros lugares. Pero hoy, en Fukushima, hay 150.000 personas que viven de forma constante aquí, incapaces de trasladarse a otro lugar. Somos un pequeño grupo de ciudadanos, pero estamos decididos a movernos para salvar y proteger a las personas de la radiación. Si ustedes pueden, envíennos su apoyo.




Un gran suministrador japonés admite haber vendido carne contaminada

Europa Press
TOKIO, 17 (Reuters/EP)

El segundo mayor suministrador de carne de Japón, la compañía Aeon, ha reconocido este domingo que ha vendido carne de vaca contaminada con cesio radiactivo en varios establecimientos de Tokio y sus alrededores, según ha informado la empresa en un comunicado.

En el país nipón, se han registrado casos de vegetales, te, leche, marisco y agua contaminados por radiación desde que se produjo el accidente en la central nuclear de Fukushima-1, gravemente dañada por el terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo, que ha supuesto la mayor crisis nuclear desde el accidente registrado en la planta de Chernobil (Ucrania) en 1986.

La compañía Aeon ha admitido que ha vendido carne de vaca contaminada en una tienda de Tokio y en más de una decenas de establecimientos situados en los alrededores de la capital japonesa.
Aeon, que compite con el mayor suministrador del país, Seven and I Holdings, ha indicado en un comunicado que las vacas fueron alimentadas con pienso fabricado con arroz que excede los límites de cesio radiactivo impuestos por el Gobierno.

Probablemente, las autoridades japonesas prohibirán la exportación y el comercio de carne de vaca procedente de la provincia de Fukushima, según ha informado este domingo un responsable gubernamental.
La compañía Aeon ha explicado que ha vendido 319 kilogramos de carne de vaca entre el 27 de abril y el 20 de junio en una tienda de Tokio y en establecimientos en Kanagawa, Chiba, Shizuoka e Ishikawa. Asimismo, ha asegurado que comprobará el estado de todos los envíos de carne que puedan estar contaminado.

El resultado más probable es que prohibamos todos los envíos de carne“, ha asegurado el responsable gubernamental de coordinar la crisis nuclear, Goshi Hosono, en un programa de televisión este domingo. “Estamos discutiendo este tema. Tenemos que garantizar la seguridad alimentaria“, ha añadido.

La semana pasada, fueron hallados niveles de cesio radiactivo entre tres y seis veces superiores a los límites legales en carne de vaca procedente de una granja de la ciudad de Minami Soma, situada cerca de la central de Fukushima-1.

Un responsable del Ministerio de Agricultura japonés ha asegurado que el consumo ocasional de esta carne contaminada no supone un riesgo para la salud.

El comercio de algunos tipos de vegetales de zonas cercanas a la planta de Fukushima ha sido prohibido debido a los altos niveles de radiación. También se han encontrado altos niveles de cesio radiactivo en el pescado ‘kounago’ recogido en aguas próximas a la planta nuclear.

 http://www.lukor.com/not-mun/11071701.htm




Estados Unidos: fuga radiactiva en la central nuclear de Fort Calhoun

Global Research , 01 de julio 2011
por Rady Ananda 

 

No pudiendo soportar la crecida del río Missouri, un tramo de unos 2000 metros de una valla de protección formada por sacos de arena que rodeaba la planta nuclear de Fort Calhoun, en Nebraska, se vino abajo a las 1:25 am, del día 26 de junio.

Dos días antes, la Universidad Estatal de Kansas dio aviso de una emergencia cuando la medida de la radiación superó en 149 veces la concentración en el aire de yodo radiactivo, durante una comprobación del reactor.

Seis horas y media después de que el agua derrumbase la pared de protección, los operadores informaron a la Comisión Reguladora Nuclear (CRN) de este hecho, pero “ no supone una emergencia”.
La CRN dice que no hay motivo de preocupación. La inundación no ha “tenido ningún impacto en la refrigeración del reactor ni de la piscina de combustible gastado”. 

La central nuclear de Fort Calhoun lleva funcionando desde 1973, y la piscina de combustible gastado se encuentra al máximo de su capacidad desde 2006. Esta estructura tiene 40 pies de profundidad por 38 pies de elevación sobre el suelo. En Fort Calhoun se construyó una nave de almacenamiento de contenedores en seco, siendo protegidos a continuación, y dice la CRN que no necesita los diques de contención contra el agua:


El pasado 15 de junio se publicó por primera vez la noticia de que existía una amenaza sobre las plantas nucleares de Nebraska, aunque los medios corporativos mantuvieron un aparente silencio. El 23 de junio, AP (The Associated Press ) publicaron los resultados de una investigación llevada a cabo sobre las centrales nucleares de Estados Unidos, indicando que el 75% de las mismas han tenido fugas radiactivas.

De hecho, cuando la Universidad Estatal de Kansas realizó mediciones durante 25 minutos el pasado 24 de junio, los aparatos de medición de la calidad del aire hicieron saltar las alarmas al comprobar que se habían superado en 149 veces los valores máximos permitidos, lo que hizo que se declarase una emergencia.

A pesar de detectarse unos niveles de radiación muy altos, los operadores informaron de que se debía a la presencia en las cercanías del aparato de medición de alguna muestra radiactiva. Lo que no se dijo es qué tipo de muestra radiactiva era y por qué estaba allí, cerca de los cuatro aparatos de medición. Luego se indicó que era cesio, no yodo radiactivo como detectaron los instrumentos.

El 31 de mayo, Gregory Jaczko de la CRN se defendió de las acusaciones de mantener una estrecha alianza con los operadores de la planta nuclear. Señaló que habían dado orden a las centrales nucleares para acelerar los trabajos relacionados con las medidas de seguridad y se celebró por la “transparencia y apertura” de la CRN.

La transparencia y la apertura se produjo en todo caso después de que diésemos noticia de los sucesos de las centrales nucleares de Nebraska, el pasado 15 de junio. La CRN tardó una semana en mencionar estos hechos.
El 21 de junio. Jaczko informó que la CRN había indicado a Fort Calhoun que debía reforzar su plan de respuesta ante las inundaciones. Confía en que “la planta está muy bien situada para evitar las inundaciones del río Missoouri, manteniendo la seguridad”. 

Las mismas declaraciones hizo el pasado 26 de junio después de que se produjese la caída del dique de contención, que claramente se construyó como una medida frente a las inundaciones, formado por sacos de arena y un montículo de tierra apilada en torno a la planta.

El ingeniero Arnie Gundersen dijo que “los sacos de arena y las centrales nucleares no debieran estar en el mismo grupo”. 

Se ha de tener en cuenta que las centrales nucleares proporcionan electricidad durante unos 40 años, pero los residuos que generan siguen siendo radiactivos durante miles de años. A pesar de esta realidad, la CRN está desarrollando planes para el almacenamiento de los residuos durante sólo 300 años ( Ver SECY-11-0029)

Tanto Jaczko como el senador Harry Reid y el Presidente Obama, se niegan a enterrar los desechos radiactivos en Yucca Mountain, por considerarse inseguro. La financiación de este proyecto ya se redujo en 2010, pero todavía sigue la polémica en torno a este asunto.

La apuesta más segura sería la de trasladarlos fuera de la Tierra, dado el peligro que representan para nuestra planeta durante varios miles de años. El profesor Benjamín Sovacool llama a la energía nuclear la forma más letal y costosa de obtener energía en toda la Historia, mostrando que de promedio se ha producido un accidente nuclear en los últimos 30 años con unos daños superiores a los 330 millones de dólares.

El colapso de un reactor de 500 megavatios, ubicado a 30 kilómetros de una ciudad, puede causar la muerte inmediata de unas 45.000 personas, dañar a otras 70.000 y causar unos daños de 17 mil millones de dólares a las propiedades”.

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