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Japón: Navidad en la zona de radiación

por Chris Williams, 28 de diciembre de 2011 

http://dissidentvoice.org/2011/12/christmas-in-the-radiation-zone/


Es lo primero que se nota: un color naranja eléctrico, los deliciosos y maduros hoshigaki (es un tipo de caqui) cuelgas de las ramas. Cuando vamos en coche desde Fukushima a Soma, en la costa nordeste del país, pasamos por lugares donde los árboles de caqui puntean el paisaje, todos cargados de fruta, lista para su cosecha. Pero este año, los caquis de la prefectura de Fukushima permanecerán en el árbol. Se los deja generosamente a los descomponedores microbianos, siendo un recuerdo silencioso de la amenaza lenta pero de gran alcance del accidente nuclear.

Desde el 11 de marzo, las personas que viven en la zona, expertas en la agricultura de esta región verde y fértil, han añadido a sus conocimientos lo que supone la radiación, y los caquis son considerados inseguros, ya que han sido irradiados por los vertidos de la planta accidentada de Fukushima Daiichi, a 25 kilómetros al sur de aquí. Me han dicho que los frutos secos, una especialidad local, tienen niveles muy altos de contaminación radiactiva.

A medida que viajábamos a través de las brillantes montañas miraba los valores del dosímetro que llevábamos colgando del espejo retrovisor y empezó a pitar de forma alarmante. Llegamos al lugar donde se encontraba un campamento de verano para niños, en silencio nos entregaron una mascarilla facial, mientras continuaba el sonido siniestro del aparato que marcaba lecturas por encima de 1 micro-sievert por hora, corroborado por un segundo dosímetro para verificar la calibración. Luego pasamos por un incinerador local donde se quemaba la basura, y de nuevo altos niveles de radiación.
Antes limitado a las instalaciones nucleares y a los laboratorios de las universidades, las gentes de la prefectura de Fukushima se han convertido en radiólogos aficionados, siguiendo la radiación de un lugar a otro, ya que el viento y la lluvia de forma aleatoria la traslada por el paisaje local.

Están preocupados y enfadados porque no han recibido adecuada información por parte del Gobierno japonés sobre la amenaza de la radiación y porque quieren que el Gobierno evacúe las zonas más afectadas, de modo que el pueblo de Fukushima ha tenido que tenido que tomar sus propias medidas. El reciente informe provisional publicado por el Gobierno sobre las causas y las lecciones de la catástrofe de Fukushima pone de manifiesto lo mal que se informó: “Se retrasó la información pública sobre asunto tan urgente, los comunicados de prensa fueron censurados, y las explicaciones muy ambiguas. Independientemente de las razones que hubiera para actuar de tal manera, era precisa una rápida comunicación en este caso de emergencia”. 

De acuerdo con la gente de Fukushima, esta tendencia continúa, sobre todo ahora que el primer ministro Noda anunció que la crisis nuclear ya se había resuelto.

En la ciudad de Fukushima, la gente se organiza y protege a sí misma. Es una experiencia un tanto surrealista, ya que me dirijo a una de las mecas del consumismo, que es una característica de cada ciudad. Pero en lugar de ir de compras a un centro comercial me llevan a una reciente estación de medición de radiactividad. En el interior están las zapatillas perfectamente ordenadas, y veo juguetes para los niños y una pizarra. Detrás del mostrador hay un equipo para comprobar los niveles de radiación de la comida, así como un contador de cuerpo entero, donde los niños y los adultos verifican todos los días los niveles de radiación de su cuerpo. Está dirigido casi en su totalidad por voluntarios que han recibido una formación sobre salud radiológica de una ONG francesa y lo puede usar cualquier persona por debajo de los 20 años de edad.

Al entrar en un edificio de apartamentos de la ciudad de Fukushima, en contraste con lo que se encontraba otras veces, veo escrito a mano en las columnas los niveles de radiación que se publican. Los datos recogidos cada siete días en la zona circundante muestran los niveles fluctuantes de la radiación, y las lecturas especialmente altas se rodean en rojo.

Han sido evacuadas las vacas, pero al parecer más allá de la zona de evacuación obligatoria de 20 kilómetros donde se considera que es seguro para los seres humanos, incluso para los niños y muchachos. Hiroyuki, que se ha convertido en un activista de la salud pública, evacuó a su esposa e hija de cuatro años de edad a Tokio, y después a Kyoto. Ahora sólo les ve una vez al mes, y se ha quedado para asegurarse de que los Gobiernos nacional y regional asumen los riesgos para la salud de las personas que viven aquí. Forma parte de una campaña cada vez más amplia que se ha organizado en Fukushima para salvar a los niños de la radiación, para que el Gobierno cambie sus directrices sobre radiación, para que se evacúen a las personas con altos niveles de radiación, y para proporcionar apoyo a las personas que voluntariamente quieran ser evacuadas.

La radiación emitida por los tres reactores gravemente dañados, que han sufrido explosiones y colapsos en el complejo de Fukushima Daiichi, se ha extendido por todas partes. Además de la evacuación de las personas que vivían en un radio de 20 kilómetros en torno a la central, el Gobierno ha elevado la radiación admisible en veinte veces, desde 1mSv/año, cifra reconocida internacionalmente, a 20. Esto significa que cualquier lugar que esté por encima de 0,6 micro-sieverts/hora, cantidad limitada a personas que trabajan en “áreas controladas radiológicamente”, ya no es motivo de evacuación, con lo cual desciende en número de personas que debieran de ser evacuadas.

A pesar de que se dice que los centros de evacuación de emergencia son temporales, es probable que miles de personas de las 110.000 evacuadas, en particular de los alrededores de Fukushima Daiichi y por donde el viento extendió la nube radiactiva, nunca podrán volver a sus hogares debido a la larga vida media de los radioisótopos que contaminaron el suelo, el agua y los alimentos. De hecho, el informe provisional concluye diciendo que “teniendo en cuenta que muchas personas estarán obligadas a pasar su vida en centros de evacuación por un período largo de tiempo, que sufren de contaminación por radiación o el miedo a la exposición, al aire contaminado, los suelos, el agua y los alimentos”. 

Incluso antes de que se publicase el Informe, algunas personas que he conocido se refieren a sí misma como la “diáspora de Fukushima”, en lugar de llamarse evacuados, porque creen que jamás podrán volver a su tierra.

Llegamos a la pequeña comunidad de Isobe, que se encuentra en la costa. O por lo menos, lo que queda de Isobe. Nos hemos reunido con Toshiko Kooriki en su nueva vivienda temporal, junto a otras hileras de viviendas prefabricadas. Nos lleva a que veamos lo que queda de su antigua casa, que sobresale un par de metros sobre un paisaje lunar árido, que una vez fue una pequeña comunidad formada por 400 familias, pero que el maremoto arrasó. Nos señala las diferentes salas y nos dice que viene aquí de vez en cuando y llora.

Japón es tierra de contrastes, y así lo comprobamos cuando nos encontramos con Hatsumi Terashima, un pescador de 54 años, aunque ya no lo sea. Nos relata la experiencia del tsunami, y nos muestra todo lo que queda de su casa: una planicie de barro en cuyo fondo se encuentra el pueblo que fue. Perdió a sus nietos, a su hijo, a la esposa de su hijo y a su suegra.

 
Inmediatamente después de producirse el terremoto, se encontraba ordenado las cosas cuando el tsunami llegó. Se decía en Isobe que nunca un tsunami podría llegar hasta aquí. En su incredulidad vio como una oscura pared de agua se precipitaba hacia él y lo arrastró durante tres kilómetros tierra dentro. Se fracturó la rodilla, pero una cuerda lo enredó y lo sujeto, a diferencia de los otros cinco miembros de su familia que se encuentran entre los 264 desaparecidos. Pero no se puede pescar porque el mar tiene altos niveles de radiactividad. Pesa su tiempo cerca del mar, viendo los escombros y otros desechos dejando por la aplastante fuerza del tsunami.

Iatate, una ciudad directamente afectada durante la trayectoria de la columna de material radiactivo, pero fuera de la zona de exclusión de 20 kilómetros, ha sido evacuada como zona de alta radiación. Sin embargo, esto se hizo después de que se produjesen la mayor parte de los vertidos radiactivos, ya que la red de alerta temprana, sistema de seguridad instalado por el Gobierno, y creada específicamente para este propósito, dejó de funcionar debido a “rotura de los enlaces de comunicación debido al terremoto y el sistema de detección no pudo recibir la información de los datos de elevada radiactividad”.

Mientras que este sistema (SPEEDI) pudo haber proporcionado algunos datos cruciales y hubiese ayudado a una rápida evacuación para que las personas no hubiesen estado expuestas a nivel tan alto de radiación, tampoco les llegó información por parte de las autoridades locales porque

El servicio de Respuesta de Emergencia Nuclear (NERHQ) no funcionó, ante lo cual la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial (NISA) debería haber proporcionado los datos de SPEEDI a la población. Pero a ninguno de ellos se le ocurrió dar esta información. El Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología, el Ministerio que tiene competencias en el sistema SPEEDI, tampoco proporcionó la información, bien directamente o través de otro servicio del Gobierno. 

A medida que pasamos a través de Iatate en nuestro camino de regreso a Soma, vemos que el pueblo está en silencio y en la oscuridad. Las únicas luces son las de las farolas y las de la residencia de ancianos que sigue ocupada, ya que son demasiado viejos y vulnerables para desplazarse a otro lugar seguro. El cuidado de los ancianos se lleva a cabo por rotaciones estrictas entre los trabajadores.

Nos detenemos en la escuela secundaria de la ciudad. En el interior del coche las mediciones indican de 0,14 a 1,8 microsieverts por hora. Salimos fuera y dejamos los contadores Geiger en el suelo, subiendo los valores a 6 microsievert/hora.

A pesar de la devastación y de la pérdida de vidas humanas causada por el terremoto y el tsunami, la gente que conozco de la prefectura de Fukushima, en lugar de hablar de aquellos acontecimientos, habla de los niveles de radiación y cómo su tierra está contaminada por un peligro invisible y permanente, la gente está temerosa aunque el Gobierno trate de convencerlos de que es seguro.

Japón se describe a menudo en el extranjero como el país más capaz para hacer frente a un accidente nuclear. Sin embargo, de la lectura del Informe provisional del Gobierno se deduce que los organismos responsables de la planificación de emergencia se basaban en supuestos falsos, que llevó a cometer muchos errores en el momento en el que aumentó la gravedad de la crisis y las personas estuvieron expuestas a la radiación. Los errores se cometieron en la propia planta nuclear, así como fallos en la comunicación y falta general de planificación. Se es muy crítico con el plan de emergencias, la actuación de TEPCO y el uso indebido de la red de alerta temprana SPEEDI.

Junto a otras muchas deficiencias en la respuesta operativa y de emergencia, de acuerdo con el informe de calificación de NISA, ni siquiera se envió a la sede de TEPCO una petición de información para dar cuenta de forma eficaz al Primer Ministro del país, a pesar de que TEPCO se encuentra muy cerca de las oficinas de NISA. Después del accidente en el Golfo de México en la planta petrolífera de BP, las medidas que se exigieron a TEPCO para proteger sus plantas nucleares de los tsunamis fueron voluntarias, que por supuesto, al ser una entidad con ánimo de lucro y no de seguridad, no las tomó: “TEPCO no aplicó las medidas contra tsunamis como parte de la Hoja de Ruta de Gestión de Accidentes (AM). Su preparación en caso de accidente, tales como daños graves en el núcleo de un reactor como consecuencias de desastres naturales fueron muy deficientes”. 

En una sociedad dominada por los hombres -sólo el 10% del Parlamento Japonés está formado por mujeres- hay un fuerte liderazgo femenino en el movimiento contra el Gobierno y la utilización de la energía nuclear, fácilmente perceptible. En una de las muchas reuniones que se organizan sobre la radiación y la evacuación de los niños, hablé con un grupo de mujeres que han decidido quedarse para preservar la estabilidad familiar, y he visto que reina ira contra el Gobierno y también miedo por las consecuencias de quedarse.

Una mujer, que sólo se quiso identificar cono Mihonmatsu, por miedo a que se la recriminase por seguir planteando la cuestión de la radiación en la ciudad de Fukushima, mantiene reuniones con personas de confianza para hablar de sus experiencias y planear estrategias. Me muestra los documentos emitidos por el Gobierno y el monitor de radiación. Todos los días tiene que completar de forma detallada los movimientos y los alimentos consumidos por sus hijos, Cuando los haya completado, debe enviarlos al Gobierno para su análisis, junto con el dosímetro que su hija está obligada a llevar en todo momento. Nihonmatsu pregunta: “Si todo es tan seguro como dicen, ¿por qué el Gobierno nos obliga a hacer estas cosas?”. 

Otra mujer, Jinko Mera, que tendrá unos 50 años, asiente con la cabeza: “Siempre tenemos que pensar en la cantidad de radiación que presentan nuestros alimentos. Queremos vivir sin eso. Teníamos los alimentos más saludables en nuestra región, pero no podemos secar caquis, no podemos comer nuestros melocotones, no podemos comer nuestra propia comida”. 

En otra reunión de la organización el día de Navidad, las mujeres debaten sobre si realizar una sentada frente al Ministerio de Economía, Comercio e Industria, el METI, del que la Agencia de Regulación Nuclear Japonesa, NISA, forma parte.

En medio de testimonios y recuerdos, vieron el documental de 1983 en el que se ve a mujeres que ocupan la base de misiles nucleares que Estados Unidos construyó en Greenhan Common, Inglaterra. Una nueva generación de mujeres se inspiran en las canciones y en la lucha colectiva en un tipo diferente de lucha contra la energía nuclear. Quieren que el Gobierno proteja a sus familias de inmediato, pero tampoco quieren que nadie más pase por lo que ellos están pasando. Forman parte de una campaña para que se cierren definitivamente los 54 reactores nucleares y que se erradique definitivamente la energía nuclear de las costas de Japón.


De acuerdo con un reciente informe de Greenpeace de Japón y el Instituto de Políticas de Energía Sostenibles, con sede en Tokio, Japón podría generar el 43% de su energía mediante fuentes renovables para el año 2020, superando el 30% que produce actualmente la energía nuclear ( aunque sólo 6 de los 54 reactores están actualmente en funcionamiento). Con un descenso muy rápido de la población de Japón, se quiere reducir de 125 millones de personas a 100 millones en 2050, el único impedimento para llevar a cabo una política sensata y segura es, por tanto, político.

La reunión de los activistas termina con una intensa emoción y el espíritu de los asistentes se une al entrelazar sus manos y cantar, evocando otro círculo anterior, cuando 30.000 mujeres formaron un anillo alrededor del perímetro de nueve millas en torno a la base de Greenham Common y dijeron: ¡No pasarán!. Cantaron Furosato, una canción japonesa llena de nostalgia y recuerdos:

Algún día, cuando haya hecho lo que me propuse,
voy a volver al lugar donde tenía mi casa.
Exuberantes y verdes son las montañas de mi patria,
puro y claro el agua de mi antigua casa. 

La próxima manifestación de las mujeres de Fukushima ya tiene fecha, el 28 de diciembre, y la gente de Fukushima marchará una vez más.

Chris Williams es un activista que defiende el Medio Ambiente desde hace muchos tiempo. Es autor de Ecología y Socialismo: soluciones a la crisis ecológica del capitalismo. Sus artículos han aparecido en International Socialist Review, The Indypendent Truthout, y Znet. Es profesor de Física en la Universidad de Pace y Presidente del Departamento de Ciencias del Packer Collegiate Institute. Su sitio web es http://www.ecologyandsocialism.org y puede contactar con él : ecologyandsocialism@gmail.com






Un nuevo Informe Internacional cuestiona el guión que sobre Fukushima ha estado construyendo el Gobierno de Japón

Publicado el 2 de noviembre de 2011 geobear7

 
John Daly
OilPrice.com
Según el IRSN (‘Institut de Radioprotection et de Sûreté Nucléaire), la cantidad del isótopo de cesio radiactivo 137 que ha sido vertido al océano por la planta nuclear de Fukushima Daichii entre el 21 de marzo y mediados de julio de este año alcanzó la cifra de 27,1 cuatrillones de becquerelios.  El cesio 137 puede producir quemaduras, enfermedad aguda por radiación e incluso la muerte en dosis mayores. Puede contaminar la comida y el agua, y de ser ingerido se distribuye por todo el cuerpo, aunque especialmente en los músculos. ¿Alguien quiere marisco?, pregunta John Daly. 

Los 6 reactores nucleares del complejo de Fukushima Daichii se han convertido en el ejemplo de los riesgos inherentes a la utilización de la energía nuclear, desde aquel 11 de marzo en que se produjo un terremoto de nivel 9 en la escala de Richter, provocando con posterioridad un devastador tsunami que dañó seriamente las instalaciones.

Desde entonces, los especialistas han discutido sobre las consecuencias del terremoto y el tsunami, no sólo en las instalaciones, sino para el resto del mundo.

El complejo de Fukushima Daichii era uno de los mayores del mundo y el reactor I de Fukushima fue diseñado por General Electric para ser explotado por la compañía por Tokyo Electric Power Company, o TEPCO.

Huelga decir que después de aquel desastre, tanto TEPCO como el Gobierno japonés han intentado minimizar a toda costa las consecuencias del desastre, que se produjo en una de las zonas más densamente pobladas del país.

Pero un nuevo estudio independiente ha puesto al descubierto lo que han intentado encubrir tanto TEPCO como el Gobierno de Japón. La agencia de noticias Mainichi informó que el Instituto de Radiprotección y Seguridad Nuclear de Francia (IRSN) ha publicado un reciente informe en el que se señala que la cantidad de cesio radiactivo 137 que se ha vertido al Océano Pacífico ha sido de 30 veces la cantidad declarada por Tokyo Electric Power Co en mayo.

Según el IRSN, la cantidad de cesio 137 vertido por la planta nuclear de Fukushima Daiichi entre el 21 de marzo y mediados de julio alcanzó aproximadamente los 27,1 cuatrillones de becquerelios.
¿Por qué esto nos debiera importar? ¿No están las autoridades japonesas preocupadas por esta cuestión?
Uno de los problemas del vertido de productos radiactivos al medio marino es que se acumula en la cadena alimentaria, en el plancton, que  luego en consumido por organismos mayores, como ocurre por ejemplo con el pez espada y el mercurio.

El IRSN ha estimado que el 82% del vertido al mar se produjo antes del 8 de abril, contaminando las aguas del Océano Pacífico con gran rapidez, debido a que la devastada central nuclear de Fukushima Daichii está situada en un área costera con fuertes corrientes.

Si el informe del IRSN tuviera alguna buena noticia, esa sería que el impacto de la contaminación por cesio 137 en el medio marino probablemente disminuirá a lo largo de los próximos  años. El cesio radiactivo tiene una vida media de 30 años aproximadamente, y según las estimaciones del IRSN, de ser exactas, hacia el año 2041 sólo habrá unos 13,55 cuatrillones de becquerelios de radiación.

Por tanto, una cantidad significativa de cesio 137 ha penetrado en el Océano Pacífico, y los efectos a largo plazo en la población que consume marico del Pacífico son desconocidos.  Son  numerosas las pruebas que desde 1945, antes de que se supiese de la peligrosidad de la radiación para la salud humana,   han documentado los efectos de la radiación a bajo nivel, y la exposición a largo plazo en la población.

Fukushima se encuentra en las cercanía de la corriente de Kuroshio, que discurre hacia el norte en la costa Este de Japón, chocando con la corriente subártica fría de Oyashio, que fluye hacia el sur, circulando el sentido contrario a lo largo de la costa noroccidental del Océano Pacífico.  […] El nivel potencial de contaminación señalado por el IRSN está muy lejos de los niveles indicados por TEPCO y el gobierno japonés, que no da toda la información sobre Fukushima, mientras que algunos gobiernos, sobre todo el de Estados Unidos, insisten en que lo haga, ya que las costas occidentales de este país están expuestas a las corrientes marinas que proceden de Fukushima.

Mientras tanto, miles de millones de dólares están en juego en la Industria Nuclear mundial, pero las consecuencias para la salud son demasiado importantes como para no tener en cuenta todos estos sucesos.

Artículo publicado en :
http://foodfreedom.wordpress.com/2011/11/02/new-international-report-shreds-japans-carefully-constructed-fukushima-scenario/

Censura en Japón: el encubrimiento de Fukushima


por Richard Wilcox, 29 de junio de 2011



El más noble es aquel que levanta la voz de los que son silenciados por la opresión
    • Jonathan Azazías (1)
… la gente quiere lo que pide
    • The Jam (2)
Hace unos 20 años, cuando vine por primera vez a Japón, enseñaba inglés a un joven ingeniero y profesor asociado de la Universidad de Tokio. Reservado la mayor parte del tiempo, una vez se quejó de que siendo un profesor de ingeniería nuclear se le dieran tareas burocráticas en una oficina. Una vez le pregunté qué pensaba sobre la actividad sísmica en Japón y la construcción de centrales nucleares, a lo que me contestó: “Es una locura”. La Universidad de Tokio es el centro de la industria nuclear de Japón y la mayoría de los ejecutivos de TEPCO están graduados ( al igual que muchos políticos de alto nivel) en esta Universidad de élite de Japón.

Actualmente cuatro de cada cinco japoneses desean que se abandone la energía nuclear, después del accidente de Fukushima (3). Sin embargo, ningún profesional de la industria, del Gobierno o de los medios de comunicación tendría posibilidad de medrar en su oficio si se pronunciase en contra de la energía nuclear. Esta afirmación está bien documentada en un artículo publicado en Spiegel, una revista alemana de noticias, que detalla como los tentáculos de la industria nuclear infiltran información sesgada y falsa en los aspectos más importantes de la sociedad japonesa (4).

Como decía recientemente el editorial de un periódico japonés, una camarilla de criminales se ha hecho literalmente con el país y no permiten ni que la Democracia o el libre mercado interfiera en sus objetivos de controlar el producción de energía:

“En la adopción de un esquema para el pago de los daños y perjuicios a las víctimas del accidente de la planta nuclear de Fukushima, el Gobierno quiere mantener a toda costa a la empresa, Tokyo Electric Power Co., que era la operadora de la planta afectada. Sustancias radiactivas procedentes de la central de Fukushima han contaminado las ciudades y pueblos de alrededor, las granjas, los bosques y el mar…
La firme oposición de la federación a la separación entre generación de la energía y su transporte se muestra en el rechazo a la aprobación de una “red inteligente”, que Estados Unidos estaría dispuesto a apoyar – una red eléctrica eficiente y de un suministro estable de electricidad, mediante la integración de las empresas de generación y los usuarios. Pero la Federación dice que el sistema de transporte de energía de Japón “ya es lo suficientemente inteligente”. Es el temor a que otras empresas de fuera entrasen en el mercado de la electricidad, rompiendo el monopolio de 10 empresas que copan todo el servicio energético de la nación…
La Industria de la Energía también se muestra poco dispuesta a realizar los cambios necesarios para cambiar la frecuencia de la corriente alterna, ya que en la mitad occidental del país la frecuencia de la electricidad es de 60 Hertz, y sin embargo en la mitad oriental es de 50 Hertz, no pudiéndose transportar de una zona a otra – a pesar de que este intercambio reduciría los desequilibrios regionales en la oferta… Esta resistencia se basa en el temor de que si existiese una operatividad entre ambas regiones, se reforzaría el argumento de separar la generación de energía de su transporte. (5)

Hace unos diez años asistí a una conferencia de prensa sobre los peligros de las centrales nucleares de Japón, que se celebró en el Club de Corresponsales Extranjeros de Tokio. Hubo una abundante afluencia de público, debido a que estaba reciente el accidente nuclear de Tokaimura, en 1999. Un persona del público le preguntó a Kenji Higuchi, periodista y maestro, que ha escrito varios libros sobre los peligros de la energía nuclear: ¿ Por qué no se ha permitido que el documental que se hizo sobre el accidente nuclear de Ginza (6), que afectó a los trabajadores de la planta, apareciese en el canal de noticias público de Japón, NHK? “Fue acallado sin miramientos”. Muchas veces he puesto el documental a mis estudiantes de la Universidad, pero nunca he conseguido que se conociese ampliamente. ( Véase http://www.youtube.com/watch?v=TC7sFNtGk4A)

En junio de 2011, Higuchi dio una nueva conferencia en una pequeña pero prestigiosa Universidad de Tokio. Un profesor japonés decía que la Universidad ha estado alertando a los alumnos sobre las cuestiones de la energía nuclear y promocionando los libros de Higuchi. A la conferencia sólo asistieron 10 personas, y no se permitió hablar a Higuchi en un espacio más amplio porque su manera de hablar es muy directa y anda de por medio la complicidad con la Industria Nuclear. A los padres de los estudiantes que trabajan para estas compañías no les gusta escuchar críticas hacia sus empresas. Higuchi también supone que el propio Gobierno está presionando a las Universidades para que no toquen el tema nuclear, al menos de forma crítica, y no se permitan manifestaciones antinucleares en los campus.

Doy clases a tiempo parcial en esa Universidad y se han publicado muchos artículos sin ningún problema, pero por primera vez se consideró que hablar sobre el desastre nuclear era un tema “demasiado sensible”. Es un hecho destacable que una de las Universidades más abiertas y progresistas de Tokio esté diciendo a la gente que tenga la boca cerrada. Cuando preguntó el editor si mi artículo se sometería a una revisión por pares, no se recibió respuesta.

En otra Universidad, que tiene un departamento de ingeniería de élite, los estudiantes de primer año han respondido bien a mis chistes cínicos sobre la energía nuclear. Cuando abro las ventanas por la mañana digo: “ Dejemos entrar el aire fresco y la radiación, que es bueno para todos nosotros”, todo el mundo se reía de forma nerviosa, mientras mueven la cabeza. Los estudiantes formulan observaciones críticas y leen artículos que dan noticia sobre la situación nuclear.

Por otro lado, los estudiantes se están dando cuenta que no podrán entrar en ciertos campus y estudiar la carrera que desean si son críticos con la energía nuclear. Cuando tenemos discusiones sobre temas de energía, muchos se expresan a favor de la diversificación de las fuentes energéticas y el uso de las formas alternativas de energía, pero al final muchos alumnos dicen: “pero pensamos que la energía nuclear es mejor”. 

Hay otro aspecto de este problema, se trata simplemente de “marear la perdiz”. Al elegir los temas para las presentaciones lo único que se les ocurre es el aburrido tema del “calentamiento global”, mientras que otras optan por “cerveza, chocolate, televisión…”, y así sucesivamente. No cosas con un verdadero interés. Un profesor me decía que muchos estudiantes no quieren ni pensar en Fukushima, sobre todo porque antes se consideraban superiores a sus vecinos y ahora se encuentran en una difícil situación. Es un tema delicado para el orgullo japonés y Fukushima supone un recuerdo desagradable, y en definitiva son seres humanos, como los demás. Pero hay otra explicación, más postmoderna y universal: La Televisión en 3D y alta definición= triple embrutecimiento. Un exceso de pan y circo… ha dañado nuestra humanidad y la empatía con la naturaleza y los demás.

La censura a los críticos de la Energía Nuclear se puede ver a todos los niveles, Por ejemplo, aunque “un funcionario del Gobierno publicó un informe el pasado 20 de mayo criticando la respuesta del Gobierno ante el desastre nuclear de Fukushima y se le ha pedido que deje su puesto… El sr. Koga ha impulsado cambios en la política energética del país, tales como la separación entre generación de la energía eléctrica y el transporte, a lo que se oponen ferozmente las empresas eléctricas (7)…”. Obviamente este hombre fue en busca de la jubilación anticipada y pidió abandonar su prestigiosa carrera por decir la verdad.

Mientras tanto, los reactores de Fukushima que han sufrido un colapso siguen lanzando radiación al exterior, y a pesar de poner en peligro a todos los habitantes de Japón, se les dice que “se olviden y duerman con tranquilidad”. Sin embargo, existe por parte de los ciudadanos un intento de organización para hacer frente a los peligros de la radiación y señalan que es tiempo de poner fin a la energía nuclear en Japón.

1.- Mask of Zion [↩]
2.- The Jam – Going Underground [↩]
3.- Most Japanese wish to scrap reactors []
4.- Japan’s Nuclear Cartel []
5.- Power industry’s chokehold [↩]
6.- Nuclear Ginza Japan’s secret at-risk labor force []
7.- Ministry official who released book criticizing gov’t over nuke crisis asked to resign []

Richard Wilcox vive en Tokio y contribuye a que los blogs estén mejor documentados sobre la crisis nuclear. http://candobetter.net/node/2428

http://dissidentvoice.org/2011/06/censorship-in-japan-the-fukushima-cover-up/#more-34287







Los niños de Fukushima están en peligro

MSCR, Movimientos de madres para salvar a los niños de la radiación
http://mscr2011.jugem.jp/?eid=4
Japón

Alumnas en el patio de un colegio de Fukushima

 El área de 20 km en torno a la central de Fukushima Daiichi ha sido calificada como “zona de precaución”, donde las personas tienen prohibido entrar y permanecer. Sin embargo, no existe todavía ninguna instrucción sobre la evacuación de las zonas cercanas a a esta zona de precaución, donde los niños acuden a la escuela igual que antes.

Recientemente, el Ministerio de Educación hizo el siguiente anuncio para 13 escuelas de las ciudades de Fukushima, Koriyama y Date:
  1. Cuando la dosis en el aire del patio de recreo o en el parque infantil esté por debajo de 20mSv/año o 3,8 μSv / hora, las actividades al aire libre son seguras, y las instalaciones se pueden utilizar como de costumbre.
  2. En las instalaciones en las que la dosis sea superior al nivel establecido, se deben limitar las actividades al aire libre a una hora por día y en las guarderías no debe permitirse que los niños jueguen con la arena.
El límite establecido por el Ministerio de Educación para los niños es mayor que el establecido para la zona en la que actualmente se realiza una evacuación planificada y 6 veces mayor que el de la “zona controlada de radiación”. Además, este umbral de 20mSV/año es igual al límite superior de la tasa de exposición para los trabajadores de las plantas nucleares de Alemania.

Patios escolares y zonas de juego en Fukushima Por debajo de 20mSv/año, 3.8μSv/hora
Zona de radiación controlada (1) Igual o superior a 1.3mSv / 3 meses, 0.6 ~ 2.2μSv/hora
Trabajadores de las plantas nucleares de Alemania (2) Por debajo de 20msv/año

En la actualidad, el 75% de las escuelas elementales y medias de Fukushima fueron señaladas por un reciente estudio como muy altamanente contaminadas, al igual que la zona de radiación controlada. Aunque a los niños no se les permite estar más de 1 hora en los patios de recreo y parques si los niveles son superiores a 3.8μSv/hora, este umbral es demasiado alto como para proteger del envenenamiento por radiación. Los posibles riesgos para los niños, que son más susceptibles a la radiación que los adultos, son ignorados por las autoridades japonesas.

¿Qué será de estos niños 10 o 20 años más tarde?

Todos los padres de Fukushima están angustiados por esta perspectiva. Muchas personas están empezando a levantar la voz para decir: las cosas no pueden seguir así. Tenemos que salvar a los niños.

El Gobierno japonés y TEPCO son incapaces todavía de encontrar una solución concreta. Hacemos un llamamiento para que el Gobierno, TEPCO y otras autoridades realicen las siguientes acciones:
  1. Establecer un umbral de radiación más bajo para los niños
  2. Realizar los antes posible la retirada de la tierra contaminada de los patios escolares, donde el umbral de radiación supera los límites establecidos, o que se permita que los niños estudien en otras escuelas fuera del área contaminada. 

  3. Cuando la evacuación de los niños, con o sin padres, sea necesaria, asegurarse de las instalaciones a las que acuden sean apropiadas y se concedan las ayudas necesarias para sostener sus medios de subsistencia.
TEPCO patrocina una gran cantidad de medios de comunicación de toda la nación, las principales emisoras de televisión y los principales periódicos, por lo que no se muestran receptivos a transmitir estas peticiones. Por lo tanto, queremos hacer un llamamiento para que la gente de fuera de Japón nos ayude.
POR FAVOR, INFORMEN SOBRE ESTE PROBLEMA. DIFÚNDALO. Los niños están expuestos a la radiación. Salvemos el futuro de estos niños, con nuestra ayuda.

Madres de “Salvar a los niños de la radiación” (MSCR)
  1. La “zona controlada de radiación” es un área donde el nivel de radiación excede los 1.3mSv / 3 meses o el 0,6 ~ 2.2μSv/hora, por lo que el acceso está prohibido mediante una normativa. Se designa entonces un “control individual de la exposición”, por el cual se supervisa y controla de tasa de exposición para cada uno de los que trabajan en las instalaciones relacionadas con la radiación, de modo que la tasa total de exposición para cada persona no puede superar un determinado límite máximo.

  2. La revista digital “Der Spiegel” ha criticado la dosis máxima de radiación establecida para los niños por el Gobierno japonés, señalando que el límite de exposición es tan alto como el fijado para los trabajadores de las centrales nucleares alemanas. ( http://t.co/xj8cWfw)
Ver también: “Resultados de los controles de radiación en el medio ambiente, suelo y polvo de las escuelas y otras instalaciones en Fukushima”. ( http://www.mext.go.jp/a_menu/saigaijohou/syousai/1304929.htm )

y

“Examen preliminar sobre la utilización de los edificios escolares y los astilleros de Fukushima”, del Ministerio de Educación (http://www.mext.go.jp/a_menu/saigaijohou/syousai/1305173.htm)

http://mscr2011.jugem.jp/?eid=4

Algunos de los comentarios que aparecen en esta página:
  1. “Muchos niños se muestran reacios a usar una máscara.”Hicimos un pequeño libro que ayuda a los niños de 3-4 años de edad. Por favor, que lo lean. Que sea divertido al hablar de la utilización de la mascarilla.

  2. Niños Fukushima van a la escuela con un límite superior al establecido por el Gobierno de 20 milisievert por año. 20msv/year exposición es el límite de radiación al de los trabajadores de las centrales nucleares de Alemania. Los niños tienen unos riesgos mayores por la exposición a la radiación. Los medios de comunicación japoneses siguen complaciendo a la empresas de energía, mientras que los ingenieros, académicos y funcionarios del Gobierno hacen carrera en estas empresas. Y los ciudadanos no tienen conciencia del grave peligro.




Fukushima: se refuerza la idea del sarcófago

Por Mina Hamilton, 20 de abril de 2011

Imagen del sarcófago construido en la central nuclear de Chernobyl

Disneyland de Japón vuelve a abrir.

El primer ministro Naoto Kan ha hecho una súplica a los campesinos para que “vivan la vida con normalidad”.

Sería cruel negar a los niños asustados o a sus preocupados padres un abrazo de Mickey Mouse, si es que esto les puede consolar. Pero la proliferación de cuentos en cuanto al desastre de Fukushima Daichii sigue dando pasos – mientras, entre bastidores, crece la idea de construir un sarcófago.

The New York Times habla de la posibilidad de restaurar el suelo para que vuelva a ser un solar. Denis Flory, Subdirector General de la Asociación Internacional de la Energía Atómica (AIEA), insiste en que Fukushima no es Chernobyl. Sin embargo, en una reciente entrevista decía: “ En Chernobyl el reactor nuclear explotó. En Japón… puede haber…”. Las pausas del Subdirector son muy significativas, “ algunas filtraciones, pero el sarcófago está aquí”. 

Hay declaraciones absurdas, a pesar de que los propios datos de la AIEA afirman que el 70% del combustible del reactor nº 1 está dañado; en el reactor nº 2 el 30%, y el 35% en el nº 3. (Los medios utilizados no han servido, el combustible o esta dañado o fundido. Se acumula en el fondo de las piscinas e impide su refrigeración, incluso del combustible intacto).

Mientras tanto, un portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial de Japón opina que las elevados niveles de radiación en el reactor nº 4 se deben al “agua de lluvia”.
Y Big News, el lunes 18 de abril, decía que TEPCO admite que, a pesar del esfuerzo continuado durante un mes para enfriar los reactores, la temperatura no disminuye. Un nuevo sistema de refrigeración tendría que ser diseñado e instalado para intentar mantener la temperatura de los reactores bajo control.

Que TEPCO diga esto es asombroso.

El reactor tiene una nueva filtración. El agua de los reactores 1, 2 y 3 de las centrales de Fukushima está muy caliente. En el reactor más caliente, la temperatura del agua alcanza los 338 grados Fahrenheit (170 º C) , muy por encima del punto de ebullición. (Los otros dos reactores no están mucho mejor) Las semanas que se lleva rociando agua desde helicópteros y con mangueras no han debido servir para mucho.

El Gobierno japonés y TEPCO trabajan a marchar forzadas para hacer creer que la situación mejora. Consolémonos creyendo que lo hacen por el deseo muy humano y comprensible de negar la magnitud de esta tragedia, ya que es difícil abrir los ojos totalmente a lo que ha ocurrido y continúa.

Pero lo que tenemos delante de nuestros ojos: tres reactores a los que todavía no se ha conseguido mantener bajo control. Tres reactores cuyo agua está hirviendo de continuo, en un burbujeo que genera vapor, similar al de una cazuela puesta al fuego. En uno de los reactores, el nº 2, presenta seguramente una fisura en la vasija de contención. El reactor nº 4 lanza vapor, y el combustible gastado recalentado.

Pero a diferencia del agua de nuestra cazuela, el agua hirviente está contaminada con productos de la fisión, tales como cesio, estroncio y plutonio. Y han dicho que el agua con su carga tóxica tiene que ser sacada fuera del reactor. En Fukushima hay un programa que se está llevando a cabo y que en lengua nuclear se denomina “ comida y sangrado”. Y en lenguaje corriente, que el agua que alimenta la vasija del reactor está soltando vapor radiactivo al ambiente. Y además hay escapes a las salas de turbinas adyacentes, que escurren y… van al océano.

La estimación de TEPCO es que esto durará mucho tiempo. Meses y meses, probablemente hasta diciembre. ¿ Escapes regulares de radiación a la atmósfera y al océano durante 6 a 8 meses?

Esta es la perspectiva a corto plazo.

A largo plazo, se presentan de 10 a 30 años para poder eliminar todo el combustible, abrir la vasija del reactor, transportar las piezas de acero contaminadas, retirar el hormigón contaminado, y dejar el combustible intacto en algún sitio ( ¿en las instalaciones de reprocesamiento de Rokkasho?) ¿Y qué hacer con el combustible dañado? ¿Dejarlo en el lugar, como se hizo con Chernobyl? ¿ Hacer como en Chernobyl donde todavía se sigue emitiendo radiactividad, y se requiere de la construcción de un segundo sarcófago aún mucho más grande?

Fukushima, Chernobyl. Nada de esto pinta muy bien.

Y mientras tanto, ¿por qué no tapar la desvencijada central nuclear? ¿Por qué no colocar una cubierta improvisada, y debajo construir un sarcófago o dos o tres?

Recientemente, la idea del sarcófago la vimos más cerca cuando llegaron dos enormes camiones para bombear hormigón.

Cada uno de estos gigantescos camiones. Conocidos como Putzmeister 70Z, con un peso de 190.000 libras. La compañía alemana Putzmeister fue la responsable de la construcción del sarcófago de hormigón en torno al reactor de Chernobyl.

Los 70z son tan pesados que tuvieron que ser transportados por los aviones rusos Antonov, uno de los mayores aviones de carga del mundo. Fueron utilizados con anterioridad para transportar el transbordados espacial ruso, y fueron enviados en viajes especiales de Rusia a Estados Unidos para recoger los enormes camiones de bombeo ¿ Y dónde se encontraban estas bombas en los Estados Unidos? En los Ángeles, California, y Atlanta, Georgia.

Uno de estos camiones es utilizado para la construcción de la instalación donde se iniciará la fabricación del combustible MOX, por la compañía francesa Areva, en el entorno del Departamento de Energía de Savannah River, en Carolina del Sur. La interrupción de este proyecto de 4,86 mil millones de dólares ( con ya 5 años de retraso y con un sobrepresupuesto de 3 mil millones de dólares) es algo que no tiene precedentes.

Obviamente, los preparativos se llevaron a cabo a alto nivel por los Gobiernos de Estados Unidos, Francia, Rusia y Japón, para alcanzar un acuerdo. ¿Qué tiene de particular este acuerdo?

Se llevaban a cabo los trabajos hacia el final de marzo. El Gobierno japonés y TEPCO decían sin parar que los reactores nucleares de Fukushima estaban bajo control, pero ya las gigantescos camiones de bombeo de hormigón ya se estaban preparando para ser transportadas a Japón.

El 31 de marzo, un portavoz de la compañía que proporciona el hormigón para la construcción de las instalaciones de fabricación del combustible MOX, decía en Augusta Chronicle: “ Somos comprensivos sobre la necesidad que tienen de pasar a la siguiente fase, y van a necesitar mucho hormigón”. 

¿El 31 de marzo? ¿Mucho hormigón?

Por supuesto, no tiene sentido decir que tales bombas enormes sean precisas para refrigerar los reactores. ( Aunque dada la enorme longitud de la grúa, 70 metros, podría reducir la exposición a la radiación por parte de los trabajadores, utilizando los mandos a distancia).

¿Pero qué necesidad hay de transportar los camiones mediante superaviones de carga rusos? Después de todo está fue la compañía que inyectó el hormigón necesario para la construcción del Túnel Gotthard de 10 millas (57 kilómetros) de longitud bajo los Alpes, para unir Suiza e Italia. También es la compañía que reconstruyó el Puente en la Bahía de Oakland, en San Francisco, tras el terremoto de California de 1989.

Y es la única compañía en el mundo que tiene experiencia en la construcción de los gigantescos sarcófagos nucleares.

Cuando llegaron las bombas a Japón, un portavoz de la compañía dijo que serían utilizadas para refrigerar los reactores de Fukushima ( Durante semanas una bomba algo más pequeña, también Putzmeister, lanzaba agua a las piscinas de combustible gastado del reactor nº 4).

Cuando insistió un reportero de la CNN en la pregunta, el portavoz reconoció que la inyección de hormigón entraba dentro del guión de lo posible.

Durante las semanas que han pasado desde el accidente nuclear, TEPCO, la Agencia Internacional de Seguridad Nuclear y el Gobierno japonés, han actuado con total torpeza e ineptitud, llegando al extremo del absurdo. Bajo la apariencia de calma, y tontas llamadas a la tranquilidad, la realidad es muy diferente: hace unas tres semanas se estaban llevando a cabo unos trabajos claves para la construcción de una planta de combustible MOX en Carolina del Sur y de repente se detienen para transportar y utilizar las bombas de hormigón en Japón.

¿Qué otros proyectos secretos estarán actualmente en marcha, de los que oiremos de aquí a un mes, si tenemos suerte?

¿Cuál será el diseño propuesto para el sarcófago o sarcófagos? Los planos que aparecen en el sitio de TEPCO sugieren una estructura tetraédrica, con un vértice superior, tres caras, pero nada en la parte inferior. Esto significa que el combustible fundido, si es dejado donde se encuentra, como ya ocurrió en Chernobyl, puede contaminar las aguas freáticas vitales o filtrarse hacia el mar. Se filtrarían toxinas de forma continua, durante décadas y décadas…

Los refugiados japoneses de las zonas de evacuación, los críticos al Gobierno japonés, los ecologistas, los residentes de Tokio, los pescadores, los agricultores, los obreros, los ciudadanos del mundo, todos deben exigir más transparencia en cuanto a los proyectos importantes que se pretenden llevar a cabo.

Si el proyecto de limpieza de Fukushima va a llevarse en secreto, es que el plan ya desde un principio está contaminado. Contaminado porque se trata de ocultar, de deformar, y todo ello para proteger a la Industria Nuclear. 

No quieren que se enteren de lo que está pasando.

Mina Hamilton es una escritora que vive en la ciudad de Nueva York. Fue cofundadora y Directora de la Campaña de Desechos Radiactivos. Escribe con frecuencia sobre temas nucleares. Es autora del libro: Técnicas de relajación para una vida agitada. Su dirección de correo electrónico: minaham@aol

http://dissidentvoice.org/2011/04/fukushima’s-boiling-water-reactors-continue-to-boil-and-a-sarcophagus-looms/#more-32141