Mostrando entradas con la etiqueta Fukushima. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Fukushima. Mostrar todas las entradas

Los Gobiernos ocultan los efectos reales de la radiación en las personas

Un informe sobre los efectos biológicos de la radiación subestima el riesgo de padecer cáncer entre los niños de Fukushima

 Fairewinds, 17 de enero de 2012


 Fairewinds ha analizado las tasas de cáncer en los niños que viven en las cercanías de Fukushima, según el Informe VII de la Academia Nacional de la Ciencias sobre BEIR( Efectos Biológicos de las Radiaciones Ionizantes). Fairewinds ha determinado según este informe que al menos uno de cada 100 niños van a desarrollar cáncer de estar expuestos anualmente a 20 milisieverts (milisievert (1 mSv=0,001 Sv) de radiación. La cifra de 20 milisievert/ año es lo que el Gobierno japonés ha determinado como el límite legal de exposición radiológica para poder seguir habitando las zonas contaminadas de los alrededores de la planta de energía nuclear de Fukushima Daichii. En este vídeo, Fairewinds presenta un análisis adicional por parte de Ian Goddard, mostrando que el Informe VII de BEIR subestima los índices de cáncer en los niños que viven cerca de Fukushima Daichii. En cuanto a los datos científicos presentados por el Sr. Goddard, Fairewinds ha determinado que serán al menos uno de cada 20 niños (5%) de los que viven en la zona de exposición radiológica con unos niveles de 20 mSv durante 5 años, desarrollando cáncer en algún periodo de su vida.

Arnie Gundersen: Hola, soy Arnie Gundersen de Fairewinds

Me gustaría presentarles un vídeo de Ian Goddard. Pero antes quiero hablarles de BEIR. BEIR son las siglas de Efectos Biológicos de la Radiación Ionizante y de la publicación del Informe VII por parte de la Academia Nacional de las Ciencias. Pues bien, también hemos conocido dos noticias inquietantes de Japón.

La primera trata de NHK, que es la principal emisora de radio y televisión japonesa. Informa de que en la prefectura de Fukushima se han encontrado niveles muy altos de cesio en las flores del cedro macho. Parece ser que la punta de los cedros se carga de cesio. Los datos indican que se producen un cuarto de millón de desintegraciones por segundo en un kilogramo de estas flores de cedro. Es un hecho bastante grave porque en primavera las flores de las yemas se cargarán de cesio radiactivo, una vez más. Pero lo que me llama la atención es la respuesta japonesa a esto. Y esto es lo que dijo la NHK: “No es un gran peligro para la salud, ya que sólo se trata de alrededor de 10 veces los niveles a los que una persona está expuesta normalmente en Tokio”. Se pueden hacer todo tipo de suposiciones con los cálculos, pero me vienen a la mente que si se liberar un cuarto de desintegraciones por segundo al aire cuando las flores lancen el polen, se trata de un problema de salud pública.

Se ha detectado cesio radioactivo en las flores de los cedros de la prefectura de Fukushima

La segunda noticia viene también de Japón, aparecida en Japan Times, y se trata de que se han detectado saltamontes radiactivos en la prefectura de Fukushima. Los saltamontes están contaminados por unas 4000 desintegraciones por segundo y kilogramo de saltamontes. ¿Por qué es importante esto? Los japoneses consumen saltamontes con la cerveza. Claro que ya sabemos lo que se va a decir: “Los científicos piensan que es seguro comer estos insectos, ya que por lo general son porciones pequeñas, están cocinados y perfectamente se pueden disfrutar con una cerveza fría”. No digo que sea malo tomarse una cerveza, pero cuando está acompañada de 4000 desintegraciones por segundo de cesio, también debe ser ésta una preocupación de las autoridades que vigilan la salud pública.

Esto me lleva a la cuestión de los BIER, Efectos Biológicos de la Radiaciones Ionizantes. El Informe muestra que la radiación y las tasas de cáncer están correlacionadas linealmente. Y esto significa que es proporcional, a más radiación más probabilidades de contraer cáncer. Hay menos cáncer si bajan las dosis de radiación. Esto es lo que dice el informe, y es lo que se llama LNT, Modelo lineal sin umbral. Y lo que significa es lo siguiente: si alguien está expuesto a 10 rem (acrónimo de roentgen equivalent man), lo que supone unos 100 milisieverts, las posibilidades de contraer cáncer es de 1 sobre 100. Si desciende la radiación a 1 rem, es decir alrededor de 10 milisieverts, las posibilidades de contraer cáncer son de 1 entre 1000.

Ahora el Gobierno de Japón está permitiendo a las personas volver a las zonas de radiación, cuando los niveles de exposición a la radiación es de 2 rem (20 milisievert al año) . Esto significa que podrían contraer cáncer 1 persona de cada 500.

Pero la situación es peor. El número que está utilizando el Informe es para toda la población, tanto personas mayores como jóvenes. Los ancianos probablemente mueran antes de que contraigan cáncer, mientras que en los jóvenes las células se dividen con mayor rapidez y viven más tiempo, así que son más propensos a contraer cáncer. Los jóvenes tienen una probabilidad 5 veces mayor de contraer cáncer que la población en su conjunto. Así que los jóvenes de la prefectura de Fukushima se van a exponer 5 veces más ante una dosis de 2 rem. Esto significa que 1 de cada 100 jóvenes podrían contraer cáncer como consecuencia de la exposición a la radiación en la prefectura de Fukushima. Y eso es por cada año de permanencia en la zona de radiación. Si fuesen de 5 años, entonces hablaríamos de 5 jóvenes de cada 100.

Sin embargo el Informe BIER sólo se refiere al cáncer, pero hay otras efectos de la radiación que no están incluidos en el BIER, por lo que todavía la realidad es más dolorosa.

Dos asuntos más: La primera es que el Informe sobre BIER no se ocupa de las partículas calientes. Es un tema del que ya hemos hablado, de cuando una persona recibe el cesio radiactivo en sus manos, por ejemplo, y luego lo absorbe, o lo respira, algo que tampoco aparece en el Informe sobre los BIER.

Y un último asunto, que aparece en el vídeo de Ian Goddard, y que ha sido tratado por el Organismo Internacional de la Energía Atómica, y es que la radiación es difícil de medir, algo que no se dice generalmente. Y ahora el vídeo de Ian Goddard.

***
Tras la catástrofe nuclear de Fukushima, el Gobierno japonés elevó los niveles permitidos de exposición a la radiación de 1 a 20 milisierverts por año, incluidos los niños.

La NHK: “El 19 de abril, el Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología, anunció que la cantidad de radiación a la que puede estar expuesto un niño es de 20 mSv”. 

Ian Goddard: Las autoridades dicen que 20 milisieverts al año es una dosis segura. ¿Pero qué significa esto? En este vídeo vamos a contrastar la afirmación oficial frente a los que establece la ciencia radiológica. La Academia de la Ciencias de Estados Unidos predice que 20 mSv de radiación causa cáncer, pero sobre todo afecta a la mujeres y a los niños.

En este vídeo también vamos a probar que la afirmación oficial de seguridad está en contra de la mayor investigación publicada, un estudio realizado entre los trabajadores de las centrales nucleares. Participaron más de 400.000 trabajadores, encontrando una mayor mortalidad por cáncer entre los trabajadores de instalaciones nucleares expuestos a un promedio de 2 milisieverts por año. Eso es sólo la décima parte de los supuestos 20 milisieverts permitidos en Fukushima.


En este vídeo veremos como los Gobiernos engañan al público, con la connivencia de los grandes medios de comunicación, dando una falsa sensación de seguridad en relación con la lluvia radiactiva, impidiendo que los ciudadanos estén plenamente informados para poder tomar decisiones acertadas sobre las fuentes de energía que quisieran se utilizasen.

La Academia de la Ciencias de Estados Unidos consulta de forma periódica el estado de las ciencias en el asunto de la radiación, publicando con regularidad informes sobre los riesgos de radiación a baja dosis. Los informes se basan en décadas de investigación epidemiológica y radiobiológica que predicen mediante un modelo de riesgos que se va realizando. El Informe más reciente ofrece datos en bruto y da instrucciones para que se puedan aplicar sus modelos de riesgo a una amplia gama de escenarios de exposición radiológica. En el Informe de la Academia se señalan los riesgos de contraer cáncer si se recibe una dosis de radiación de 20 milisieverts.

En la tabla de la Academia aparecen los datos de estimación de cáncer para una dosis de 100 milisievert de radiación, por grupos de edad y sexos. En amarillo el número previsto de casos de todos los tipos de cáncer por cada 10.000 personas. Se puede ver inmediatamente ver el riesgo de cáncer, que disminuye a medida que aumenta la edad, tanto en los hombres como en las mujeres. En otras palabras, los niños son los más vulnerables a la radiación.

[…]

Siguiendo las instrucciones de la Academia de la Ciencias sobre un modelo a dosis específicas, se establece el riesgo de padecer cáncer a una dosis que se dice segura de 20 milisieverts… Según la Academia no existe una dosis inocua de radiación.

Obviamente, la dosis de 20 milisieverts no es segura. Pero lo más lamentable es que los niños, y especialmente las niñas, están más expuestos a los riesgos de padecer cáncer inducido por radiación. De hecho, las chicas son casi dos veces más vulnerables que un hombre a los 30 años de edad. Así que las niñas se llevan la peor parte del impacto de la radiación sobre los seres humanos. Téngase en cuenta que los que defiende la energía nuclear son conscientes de este hecho.

Estos datos d ella Academia Nacional de las Ciencias están disponibles gratuitamente para todos los medios de comunicación y autoridades del Gobierno. Sin embargo, en lugar de informar al público sobre el estado actual de la Ciencia en cuanto a su conocimiento de la radiación y los riesgos reales de la energía nuclear, nos hacen creer que 20 miliserverts de radicación son seguros y que sus efectos son un completo misterio.

[…]

http://www.fairewinds.com/content/cancer-risk-young-children-near-fukushima-daiichi-underestimated

Se refuerza la propaganda nuclear después de Fukushima

Science in Society #53 – Spring 2012


Después del accidente de Fukushima, casi todos los países con centrales nucleares reconsideraron su posición. Francia y Japón anunciaron planes para reducir su dependencia de la energía nuclear: Alemania, Italia y Suiza, anunciaron que la abandonaban por completo. China pospuso su decisión hasta volver a realizar una nueva evaluación (Fukushima Fallout, SiS 51).

La respuesta del Reino Unido fue completamente diferente. Unos días después del tsunami, cuando la situación estaba fuera de control y nadie podía predecir las consecuencias, el Gobierno se reunió con la Industria Nuclear, y sin extraer consecuencias de los acontecimientos de Fukushima, pusieron en marcha la máquina propagandística para calmar los temores de la gente. En un correo electrónico del Department of Business, Industry and Skills con fecha 13 de marzo ( el tsunami se produjo el 11 de marzo) se lee: “Tenemos que conseguir que la oposición a la energía nuclear no gane terreno en este sentido. Tenemos que ocupar el territorio y mantenerlo”.

Esta campaña continúa. Si acude a una reunión sobre el tema de la energía, la sostenibilidad, o sobre el cambio climático, es casi seguro que se encuentre con un portavoz de confianza que proclame que la energía nuclear es segura y la única manera de tener una fuente de energía eléctrica sin destruir el planeta.

Para ver las cosas en perspectiva, de acuerdo con la Industria Nuclear, las centrales nucleares proporcionaron en 2010 el 13,5% de la producción mundial de electricidad, en comparación con el 20% suministrado por las energías renovables ese mismo año. En total, las energías renovables representaron el 16% de la energía global consumida, mientras que la energía nuclear sólo representó el 5,2%. Obviamente, la energía nuclear no es precisamente la que mantiene las bombillas encendidas, y su peligrosidad bien podría destruir el planeta con los desechos tóxicos y radiactivos, mientras que el potencial de la energía solar y eólica ha sido poco explotado ( Green Energies – 100% Renewable by 2050, ISIS/TWN publicación)

En cuanto a su seguridad, además de la gran cantidad de desechos radiactivos, se han producido importantes accidentes, como el de Three Mile island, Chernobyl y Fukushima, y otros menos conocidos, como el de Windscale en el Reino Unidos, y en otros muchos lugares. Sin embargo, los grupos de presión están sumando sus esfuerzos para convencernos de que ninguno de ellos fue lo suficientemente grave. George Monbiot, por ejemplo, insiste en que el número de muertes por el accidente de Chernobyl fue como mucho de 58 [8], cuando incluso las fuentes oficiales las estiman en varios miles (véase The Truth about Chernobyl, SiS 47). Y de acuerdo con el Presidente de la Royal Society of Chemistry, la gente sólo se preocupa por la forma en que el cine y la televisión presenta la energía nuclear. “Vamos a decir sí a la energía nuclear y no a las tonterías del Doctor No”, dice.

Y con respecto a la economía, las centrales nucleares requieren de grandes inversiones, por lo que se han construido muy pocas en Europa y los Estados Unidos durante los últimos veinte años ( véanse http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2010/06/16/desenmascarando-las-estimaciones-de-los-gobiernos-sobre-el-coste-de-la-energia-nuclear/ y http://www.i-sis.org.uk/The_Real_Cost_of_Nuclear_Power.php) . Actualmente hay dos en construcción: la de Ulkilouto y la de Flamanville, que van camino de sobrepasar con creces las estimaciones iniciales de su coste. Ningún país ha resuelto todavía el problema de los residuos radiactivos, y nadie sabe lo que esto supondrá en costes adicionales. El coste estimado para los contribuyentes del Reino Unidos en el tratamiento de estos residuos fue de 73 mil millones de libras en 2008 y va en aumento (http://www.i-sis.org.uk/TheNuclearBlackHole.php y otros artículos relacionados, SiS 40).

Las evidencias sobre la seguridad y el coste son claras y son numerosas las organizaciones que han estado incidiendo en este asunto ( véase por ejemplo Close-up on Nuclear Safety, SiS 40). Pero esto no ha impedido que los grupos de presión insistan en sus argumentos: que es segura y barata: “Basta mirar a Francia”.

El mito nuclear francés al descubierto.

Cualquiera que haya sido la experiencia nuclear en el Reino Unido, no tenemos más que mirar al otro lado del Canal para ver un ejemplo de éxito, al menos eso se nos dice. En respuesta a la crisis del petróleo de 1973, Francia, que tiene muy pocos recursos en combustibles fósiles, se comprometió con la energía nuclear. Hoy día cuenta con 58 reactores nucleares en funcionamiento y produce más de las tres cuartas partes de la electricidad del país y es el mayor exportador mundial de electricidad. Y si bien otros países han tenido problemas, los franceses son bien conocidos por su habilidad para tratar con esta avanzada tecnología, que han hecho que parezca segura y rentable.

Es cierto que Francia tiene una gran cantidad de reactores nucleares, que produce electricidad, exporta a sus vecinos y hasta ahora no ha tenido ningún gran accidente nuclear.

Pero también es cierto, sin embargo, que la Industria nuclear francesa es un continuo desastre financiero y ecológico, a pesar de haber recibido grandes sumas de dinero en ayudas públicas. Está sobredimensionada, exportando electricidad a bajos precios a otros países, cuando la demanda es menor y compra a precios más altos cuando la demanda es alta, teniendo que parar la producción durante los fines de semana para una gestión adecuada. El Gobierno francés ha hecho todo lo posible para alentar a los franceses para que utilicen la energía eléctrica para calefacción y agua caliente, toda una pesadilla termodinámica en cuanto a eficiencia se refiere. Lo cierto es que el 73% de la energía final producida en Francia se debe a combustibles fósiles, y aún así hay unos tres millones de hogares en Francia que pasan frío durante el invierno y consideran que hay escasez de combustible.

Y aunque no ha sucedido nada comprable con los accidente de Three Mile Island, Chernobyl o Fukushima, no deja de ser motivo de preocupación tanto para ellos como para sus vecinos. El Gobierno francés ha hecho todo lo posible para ocultar los niveles de radiación de Chernobyl a sus propios ciudadanos.

Para exponer los mitos nucleares en Francia, solicitamos la ayuda de Susie Greaves, que vive en Francia y ha seguida muy de cerca durante años la Industria Nuclear. Disipa cualquier ilusión sobre la experiencia nuclear de este país que pudiera alentar al Reino Unido o cualquier otro que emprendiese un camino de dependencia nuclear ((Véase http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2012/01/24/el-verdadero-coste-de-la-energia-nuclear-en-francia/).

Matar al mensajero

Durante el último año, los grupos de presión han estado atacando el informe Yablokov, en el que se hicieron unas estimaciones de las muertes asociadas a Chernobyl. En realidad esto representa un avance, pues hasta hace poco simplemente lo ignoraban.

Hay un argumento especialmente preocupante: los grupos de presión critican el informe Yablokov sobre las cifras de personas afectadas por cáncer. Dicen que como no se pueden relacionar estos casos con la radiación, entonces se está dando una imagen falsa. De hecho, en el informe Yablokov existen dos secciones separadas. Se hace una estimación de 250.000 muertes por cáncer.

El cáncer no es la única enfermedad producida por la radiación. También se encuentran los defectos congénitos, y muchos de los datos citados tienen que ver con los niños. Para dar sólo un ejemplo: la región de Lothian en Escocia recibió más radiación que la mayor parte del resto del Reino Unido y hubo un número significativamente más alto de niños que nacieron con síndrome de Down en 1987, un año después de Chernobyl.

Incluso si se acepta que pueda existir otra causa primaria, la radiación puede contribuir a ello, por ejemplo acelerando su progreso o impidiendo que el cuerpo lo combata con eficacia. Se plantea una cuestión muy importante. Chernobyl fue un desastre, pero también fue un gran experimento. Yablokov y sus colaboradores recogieron gran cantidad de datos en muchas regiones de la antigua Unión Soviética. De este modo pudieron comparar la incidencia de muchas enfermedades en las zonas donde habían recibido altos niveles de radiación con otras áreas que no la habían recibido. Había una amplia de gama de enfermedades que no se habían relacionado con la exposición a la radiación, pero ahora hay evidencias epidemiológicas que sugieren que sí la hay.

Esto no constituye una prueba de causa y efecto, al igual que el trabajo de Doll y Bradford Hill no ha demostrado que fumar cigarrillos cause cáncer de pulmón. Pero hay fuertes indicios que esa conexión, y debe ser el punto de partida de más investigaciones. En cambio, en su afán de desacreditar el informe Yablokov y así ocultar la verdadera dimensión del desastre, incluyendo el de Chernobyl, la OMS y otras agencias internacionales, están ignorando deliberadamente un conjunto de datos que podrían conducir a una mejor comprensión de muchas enfermedades y de los peligros de las radiaciones ionizantes. Esto es inconcebible.

Una versión con todas las referencias está disponible para los miembros de ISIS en su página web:



La Ciencia al servicio del poder: la Industria nuclear después de Chernobyl y Fukushima (I)

Por Gayle Greene, 20 de enero de 2012

Asia Pacific Journal


Una de las maravillas que no deja de sorprendernos es la capacidad de la Industria Nuclear para renacer de sus ruinas a finales del siglo pasado, después de derrumbarse bajo su ineficiencia, sus costes y los grandes accidentes. El de Chernobyl liberó varios cientos de veces la radiactividad de las bombas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki juntas, contaminando más del 40% de Europa y de todo el hemisferio norte (1). Pero llegó el lobby nuclear para dar nueva vida a esta Industria, limpiando la cara de esta fuente de energía que ha contaminado medio planeta. La “nueva mirada hacia lo nuclear” – en palabras aparecidas en un artículo de The New Tork Times el 13 de mayo de 2006 (2)-, allanó el camino hacia un renacimiento nuclear, que tampoco el accidente de Fukushima ha acabado con él.

 
Los medios de comunicación son poderosos defensores de la energía nuclear, lo cual no es ninguna sorpresa. “Los medios llevan a cabo una campaña especializada de promoción, intensiva y eficaz por parte de la Industria Nuclear, desinformando…y extendiendo creencias incluso entre gente por otra parte bastante sensata”, así lo afirma el Informe Mundial de la Energía Nuclear del Worldwatch Institute (3). Lo que es menos conocido es la naturaleza de las pruebas que presenta la Industria Nuclear, una Guerra Fría de la Ciencia, sobre el riesgo de recibir radiación a dosis bajas, lo que está siendo utilizado para mantener en silencio lo que está ocurriendo en Fukushima y levantando un muro sobre las pruebas que justifican el poner fin a esta Industria.

A continuación algunas de las joyas aparecidas en algunos medios de comunicación:
  • Las cantidades ínfimas de radiación producida por la nube radiactiva que se extiende por Estados no supone ningún peligro para la salud, según aseguraba el Departamento de Energía ( William Broad, “La radiación en Estados Unidos es inofensiva, según las autoridades”, New York Times, 22 de marzo de 2011).

  • El riesgo de padecer cáncer es muy bajo, inferior a lo que la gente piensa”, explica Evan Douple, director de la Fundación de Investigación de los Efectos de la Radiación (RERF), que ha estudiado a los sobrevivientes de la bomba atómica y consideró que “a dosis muy bajas, el riesgo es muy bajo” (Denise Grady, “La radiación está en todas partes, pero ¿cómo evaluar el daño?” New York Times, 5 de abril de 2011).

  • En un programa de la NPR (National Public Radio) emitido pocos días después del accidente de Fukushima Daiichi, se citaba al mismo Evan Douple, diciendo que los niveles de radiación alrededor de la planta “ eran tranquilizadores. A estos niveles no creo que ningún estudio fuese capaz de encontrar efectos sobre la salud, incluso en el futuro”. (Primeros datos sobre radiación y temores sobre efectos en la salud”, Richard Knox y Andrew Prince, 18 de marzo de 2011). El programa de la NPR, como decía Grady, subrayaba que la Fundación de Investigación de los Efectos de la Radiación (RERF) tiene seis décadas de experiencia, por lo que algo sabrá sobre el tema.

  • El periodista británico George Monbiot, un ecologista que se volvió defensor de la Energía Nuclear, se refiere a los datos de la RERF como de “consenso científico”, citando de nuevo que las bajas dosis de radiación tienen un bajo riesgo de producir cáncer. (4)

    Todo el mundo sabe que la radiación a altas dosis es perjudicial, pero los estudios realizados sobre Hiroshima nos deben tranquilizar, ya que el riesgo disminuye a medida que disminuye la dosis, hasta volverse insignificante. Esta es una creencia que necesita extender la Industria Nuclear, porque los reactores nucleares liberan radiación no sólo cuando se produce un accidente, sino que es la rutina diaria durante las operaciones y el tratamiento de los residuos nucleares. Si las bajas dosis de radiación no son despreciables, los trabajadores de la esta Industria no están exentos de riesgo, al igual que las personas que viven en las cercanías de los reactores nucleares – y la vida misma de este planeta. Los residuos producidos por los reactores no se diluye y dispersa, no desaparece, como los defensores de la Industria Nuclear nos quieren hacer creer, sino que son arrastrados por el viento, por las mareas, se filtra en el subsuelo y contamina las aguas subterráneas, se abre paso en la cadena alimentaria y llega hasta nosotros, sumándose a los múltiples factores que producen cáncer y defectos de nacimiento. Su legado es más duradero en el tiempo que cualquier civilización que haya existido, por ejemplo el plutonio, que con una vida media de 24.000 años nos viene a decir que es para siempre.
¿Qué es lo que investiga esta Fundación sobre los efectos de la radiación y qué es lo que tiene que decir la Ciencia sobre “estas afirmaciones tranquilizadoras”?
***
La Atomic Bomb Casualty Commission (ABCC), como fue denominada en un principio, comenzó sus estudios de los sobrevivientes cinco años después del lanzamiento de las bombas atómicas (Su nombre fue cambiado por el de Fundación de Investigación de los Efectos de la Radiación (RERF) a mediados de los años 70…). Japón ha sido bombardeada dos veces con armas nucleares, primero como enemiga de los Aliados y en 2011 al sufrir un accidente nuclear con los reactores de General Electric enviados desde Estados Unidos, siendo por tanto la población más estudiada sobre los efectos de la radiación, ya que los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki irradió a un número elevado de personas. “Pero los norteamericanos son maravillosos”, se dice que exclamó el experto en radiación Tsuzuki Maso, de Japón, que lamentó el tener únicamente conejos para seguir trabajando: “Habría hecho falta realizar los experimentos en humanos“ (5)

La ABCC estudió, pero no trató los efectos de la radiación, y muchos de los sobrevivientes no estuvieron dispuestos a identificarse, ya que estos no deseaban exponer sus problemas de salud a investigadores estadounidenses, expuestos a la estigma social y a numerosos trámites burocráticos. Pero a pesar de eso, muchos vinieron voluntariamente y se realizó un gran estudio, el estudio más amplio realizado sobre los efectos en la salud de la radiación nuclear. Ningún otro estudio médico ha podido disponer de tantos recursos, de equipos científicos y otros equipos de tecnología avanzada, financiados por la Comisión de la Energía Atómica (Consejo de Energía Nuclear). Ya que se trata del estudio epidemiológico más amplio, mayor será su fiabilidadad estadística, lo que propició que se considerasen estos datos como el patrón oro del riesgo de la radiación.

 

Examen de la ABCC de las víctimas de Hiroshima

Los médicos japoneses y los científicos que observaron las escenas contaron historias de horror de personas que pareciendo ilesos de repente comenzaban a sangrar por los oídos, la nariz y la garganta, se les caía el pelo a puñados, les aparecieron puntos azulados en la piel, se les contrajeron los músculos, dejando los miembros deformados. Cuando trataron de publicar sus observaciones, se les ordenó primero pasar estos informes a las autoridades estadounidenses. A los largo de los años de ocupación (1945-1952), las observaciones de los médicos japoneses fueron censuradas sobre los asuntos nucleares. A finales de 1945, los cirujanos del ejército estadounidense publicaron una declaración en la que se decía que todas las personas que se esperaba iban a morir por los efectos de la radiación producida por la bomba ya habían muerto y que ningún efecto adicional debido a la radiación se esperaba con posterioridad (6). Cuando la radio de Tokio anunció que hasta la gente que entró con posterioridad a las ciudades después de los bombardeos, moría por causas misteriosas y se desacreditaron armas tan ilegales e inhumanas, rechazando estas acusaciones los norteamericanos como propaganda japonesa (7).

La cuestión del envenenamiento por radiación era algo particularmente sensible, ya que implicaba la utilización de armas prohibidas, como los gases tóxicos. La Bomba Atómica no es un “arma inhumana”, declaró el general Leslie Groves que había dirigido el programa Manhattan (8). Los primeros científicos occidentales a los que se les permitió la entrada en las dos ciudades devastadas lo hicieron con escolta militar. El periodista australiano Wilfred Burchett, que logró entrar en Hiroshima, publicó un artículo en un periódico británico, describiendo que la gente moría “misteriosamente y de manera horrible por algo desconocido, que sólo podía describir como la plaga atómica… muriendo a razón de 100 personas diariamente”. El general MacArthur le ordenó abandonar Japón y la película que había rodado desapareció misteriosamente (9).

No hay radiactividad en las ruinas de Hiroshima” proclamaba u titular del New York Times el 13 de septiembre de 1945”.


Otro titular decía: “Una nueva revisión excluye peligros en Nagasaki”, o este otro: “La radiactividad después de la bomba atómica es sólo 1000 veces superior a la registrada en la esfera de un reloj luminoso”, el 7 de octubre de 1945 (10). Existen poderosos incentivos políticos para minimizar el riesgo de radiación. El fiscal del Ministerio de Asuntos Exteriores, William H. Taft, afirmó: “Se obtiene una impresión equivocada de que un bajo nivel de radiación es peligroso.. afectando al personal de Ministerio de Defensa que trabaja en armas nucleares y programas de propulsión nucleares… afectando a la industria nuclear civil… y podría levantar dudas en cuanto al uso de sustancias radiactivas en el diagnóstico y tratamiento médico” (11). Un folleto publicado por la Comisión de Energía Atómica en 1953 insistía en que “la exposición a bajos niveles de radiación puede recibirse indefinidamente en el tiempo sin que se detecte ningún cambio corporal detectable” (12). El Consejo de Europa de Energía Nuclear pagaba los sueldos de los científicos de la ABCC y los supervisaba “de forma estrecha y algunos consideraron que demasiado estrechamente”, según escribe Susan Lindee en Suffering Made Real (El sufrimiento se hace verdadero), que documenta las presiones políticas que sufrió la ciencia de la Energía Atómica (13). (Otras fuentes son: Roff’s Hotspots, de Sue Rabbit; The Atomic Bomb Suppressed, de Monica Braw; Hiroshima in America, de Robert Lifton y Greg Mitchell).

El New York Times se unió al Gobierno en la censura de la información sobre los efectos de la radiación en los sobrevivientes y minimizó u omitió este tema en sus artículos, como Beverly Ann Deepe Keever demuestra en The New York Times y la bomba (14). Keever, un veterano periodista, escribió que “desde el nacimiento de la época de la bomba atómica,… Times ayudó a extender las informaciones para que fuese aceptada la fuerza más destructiva jamás creada”, ayudando al “encubrimiento de esta guerra fría”, suavizando las informaciones y negando efectos sobre la salud y las consecuencias ambientales de la bomba atómica.

Los científicos de la Atomic Bomb Casualty Commission calcularon que hacia 1950, cuando la comisión comenzó sus investigaciones, el índice de mortalidad de todas las causas, excepto el cáncer, habían vuelto a la normalidad, y las muertes por cáncer eran demasiado pocas como para causar alarma (15)

http://www.japanfocus.org/-Gayle-Greene/3672

Japón: escasez de alimentos seguros

Publicado el 20 de diciembre de 2011 en: http://survivaljapan.wordpress.com/2011/12/20/safe-food-scarcity/


Los alimentos seguros son cada día más escasos en Japón, incluso fuera de la Tierra de Nadie, en lo que llamo la tierra controlada. Para sobrevivir en Japón hay que desechar todos los alimentos procedentes de las zonas al noroeste de Nagoya, y por supuesto cualquier producto del Pacífico Norte. Esto hace que las compras sean muy complicadas, pero se sigue comiendo fuera de casa. El final de año trae una nueva amenaza, ya que se regalan muchos alimentos tradicionales, por ejemplo el “oseibo” (El oseibo es un regalo que se hace a finales de año a aquellas personas a las que se les debe algún favor o simplemente queremos mostrarles gratitud por como se portan como nosotros). Es difícil estar en guardia y tomar decisiones racionales en cuanto a qué comer y es un quebradero de cabeza el preguntar constantemente por el origen de los ingredientes de cualquier alimentos en tiendas y restaurantes. Además, cuando alguien recibe un regalo, es casi imposible resistirse y rechazarlo, y no pensar que se trata de un regalo envenenado.

En cualquier sistema de defensa siempre hay un punto débil: un virus que infecta el correo electrónico; unos soldados que se ocultan dentro de un caballo de madera y entran en la ciudad de Troya; una puerta abierta en una sólida muralla…. o una manzana radiactiva de Nagano. Las madres de la Tierra de Nadie, que tienen un sumo cuidado con la comida y la bebida de sus hijos, descubrieron que tenían cesio en la orina. Tantos los japoneses como los extranjeros son conscientes de la contaminación de los alimentos y toman medidas para consumir alimentos más seguros, pero sólo de forma ocasional. Recordemos el reciente escándalo de los productos lácteos de la marca Meiji a principios de diciembre, ante el que muchos se sorprendieron pero piensan que es un caso aislado. La mayoría siguen comprando productos Meiji, que incluyen chocolates, helados, etc, ya que creen que es cosa de sus competidores, tales como Snow Brand.

Cuando algunos padres descubrieron que sus esfuerzos no eran suficientes para defender a sus hijos de la ingestión de cesio, como lo demuestra las pruebas de la orina, tuvieron la reacción habitual y declararon que después de todo no era una comida que hubiese que controlar. Pero la cuestión es ser coherentes, exhaustivos y no hacer ninguna excepción. Los niños tienen más riesgo que los adultos si consumen alimentos contaminados, por ejemplo, leche radiactiva, que se ha dado en algunas escuelas, o té verde radiactivo en una escuela de la prefectura de Saitama (suburbio residencial al norte de Tokio). Los efectos de la radiación son más acusados en los niños. Además, ¿cómo se van a resistir a aceptar alimentos que se ofrecen en Navidad, en los cumpleaños, etc, cuando los adultos no reniegan del oseibo? El mantenimiento de los niños dentro de la zona de control no parece que se pueda mantener a medio plazo, teniendo en cuenta las excepciones que se hacen en el consumo de alimentos.

Incluso para los adultos que viven en la Tierra Controlada, hay escasez de alimentos inocuos y es un problema salir a comer fuera, que solía ser una forma de diversión (que están obsesionados con la comida se puede comprobar por la omnipresencia de programas de alimentación en la televisión). En la ciudad de Osaka, busqué algunos restaurantes y pregunté el origen de los ingredientes antes de abandonar y conformarme con comer un poco de queso fabricado en el extranjero que compré en una tienda.

En el primer restaurante pedí una anguila y un plato de arroz llamado “unadon”, pensando que sería relativamente seguro, siendo las anguilas peces de agua dulce. Me dijeron que habían sido importadas de China, lo que era un mal menor y lo que parece es que he estado comiendo un producto importado de China durante los últimos veinte años sin que nunca preguntase por su procedencia.

Uno de los resultados positivos de la catástrofe de Fukushima del 11 de marzo es que se ha producido un mayor nivel de exigencia en la cadena alimentaria. Así que la anguila de China me parecía algo aceptable ese día. Estaba dispuesto a ceder, pero el origen del arroz no estaba certificado: el origen cambia día a día, me dijeron. Es el tipo de frases que quieren hacerte saber que no es el tipo de preguntas que hay que hacer, que ese asunto no debe ser tratado. Amablemente le agradecí las explicaciones al cocinero y le dije que lo dejaba por hoy. La justificación para el uso de anguilas chinas se encuentra en la reducción de costes, lo que probablemente también se haga con el arroz. Así que me decido a hacer una comprobación en los supermercados, donde se encuentra el arroz japonés más barato.

En el restaurante de al lado ofrecían tempura de gambas, platos de arroz y “ebi tendon”, que como las gambas son importadas de las granjas de Tailandia. El cocinero me confirmó que su origen era del exterior y aunque no me ofrecía una declaración de trazabilidad casi me aseguraba que eran de Tailandia, pero el problema de nueva fue el arroz, que era de Niigata.

Niigata es una prefectura en una zona montañosa situada a 100 kilómetros a oeste de Fukushima. Solía ser una hermosa estación de esquí invernal, con aguas termales, pero su belleza ha sido devastada por el desastre nuclear. Niigata se encuentra en el epicentro de la Tierra de Nadie y el arroz de esta región no debe consumirse.

Estos dos ejemplos de la ciudad de Osaka, lejos de la Tierra de Nadie, son representativos de la escena actual en la alimentación: los restaurantes en el mejor de los casos tienen cuidado con los ingredientes que utilizan, pero la mayoría de las veces siguen manteniendo la cadena de suministro habitual, por razones de costes y disponibilidad, aunque no sea algo coherente. Ahora que el Primer Ministro japonés Noda ha declarado oficialmente que el accidente de Fukushima se da por concluido, los pocos restaurantes que tuvieron en cuenta esta preocupación por sus clientes, ahora volverán a los comportamientos de costumbre. Esta declaración del Primer Ministro cambia de nuevo el panorama de riesgo en Japón y en realidad cae como un hacha que divide a la población en dos categorías: una gran mayoría que acepta la mentira y se mantienen en su estado de cerrar los ojos; y la segunda, minoritaria, que sacan conclusiones y actúan como tal, es decir, buscan un lugar más seguro para vivir. A corto plazo, esto significa que salir a comer se ha convertido en comer fuera de un lugar de Japón.

En una panadería pregunté si tenían alguna política especial sobre el trigo y el suministro de mantequilla, y me contestaron que seguían como antes del 11 de marzo, es decir, el trigo procedía sobre todo de Canadá y el noreste de Japón, y la mantequilla no tenía lugar de procedencia. Las ciruelas pasas, las nueces, se importan del oeste de Estados Unidos, lugar que probablemente recibió lluvia radiactiva en cantidades semejantes como el área de Tokio.

Las tiendas japonesas de conveniencia no ofrecen casi ninguno alimento saludable y posiblemente el alimento menos peligroso sean las bananas radiactivas.

Es extraño vivir en un país donde las fuentes de alimentos más seguros proceden de la agricultura ecológica (con la salvedad de algunas estafas, sobre todo de los distribuidores de productos BIO). Sin embargo, este es el panorama en todas las partes del mundo hoy en día, aunque no exista la amenaza nuclear. Las calles se quedan vacías cuando no se puede confiar en las tiendas de alimentación y en los restaurantes. Voy a perder peso y creo que es el momento para aplicar una estrategia que nos saque de esta pesadilla.

Para terminar esta entrada, deseo Feliz Año Nuevo a los lectores, Bonenkai en japonés. Y aquí otro artículo sobre la alimentación en las instituciones japonesas, hospitales, escuelas, universidades, empresas,etc. Un enfermo que acuda a un hospital japonés, y no por una enfermedad relacionada directamente con la radiación, puede terminar peor. En realidad, si el paciente muestra algunos signos de estar contaminado por radiación, los hospitales japoneses rechazan a los pacientes.

http://survivaljapan.wordpress.com/2011/12/20/safe-food-scarcity/





Japón: Navidad en la zona de radiación

por Chris Williams, 28 de diciembre de 2011 

http://dissidentvoice.org/2011/12/christmas-in-the-radiation-zone/


Es lo primero que se nota: un color naranja eléctrico, los deliciosos y maduros hoshigaki (es un tipo de caqui) cuelgas de las ramas. Cuando vamos en coche desde Fukushima a Soma, en la costa nordeste del país, pasamos por lugares donde los árboles de caqui puntean el paisaje, todos cargados de fruta, lista para su cosecha. Pero este año, los caquis de la prefectura de Fukushima permanecerán en el árbol. Se los deja generosamente a los descomponedores microbianos, siendo un recuerdo silencioso de la amenaza lenta pero de gran alcance del accidente nuclear.

Desde el 11 de marzo, las personas que viven en la zona, expertas en la agricultura de esta región verde y fértil, han añadido a sus conocimientos lo que supone la radiación, y los caquis son considerados inseguros, ya que han sido irradiados por los vertidos de la planta accidentada de Fukushima Daiichi, a 25 kilómetros al sur de aquí. Me han dicho que los frutos secos, una especialidad local, tienen niveles muy altos de contaminación radiactiva.

A medida que viajábamos a través de las brillantes montañas miraba los valores del dosímetro que llevábamos colgando del espejo retrovisor y empezó a pitar de forma alarmante. Llegamos al lugar donde se encontraba un campamento de verano para niños, en silencio nos entregaron una mascarilla facial, mientras continuaba el sonido siniestro del aparato que marcaba lecturas por encima de 1 micro-sievert por hora, corroborado por un segundo dosímetro para verificar la calibración. Luego pasamos por un incinerador local donde se quemaba la basura, y de nuevo altos niveles de radiación.
Antes limitado a las instalaciones nucleares y a los laboratorios de las universidades, las gentes de la prefectura de Fukushima se han convertido en radiólogos aficionados, siguiendo la radiación de un lugar a otro, ya que el viento y la lluvia de forma aleatoria la traslada por el paisaje local.

Están preocupados y enfadados porque no han recibido adecuada información por parte del Gobierno japonés sobre la amenaza de la radiación y porque quieren que el Gobierno evacúe las zonas más afectadas, de modo que el pueblo de Fukushima ha tenido que tenido que tomar sus propias medidas. El reciente informe provisional publicado por el Gobierno sobre las causas y las lecciones de la catástrofe de Fukushima pone de manifiesto lo mal que se informó: “Se retrasó la información pública sobre asunto tan urgente, los comunicados de prensa fueron censurados, y las explicaciones muy ambiguas. Independientemente de las razones que hubiera para actuar de tal manera, era precisa una rápida comunicación en este caso de emergencia”. 

De acuerdo con la gente de Fukushima, esta tendencia continúa, sobre todo ahora que el primer ministro Noda anunció que la crisis nuclear ya se había resuelto.

En la ciudad de Fukushima, la gente se organiza y protege a sí misma. Es una experiencia un tanto surrealista, ya que me dirijo a una de las mecas del consumismo, que es una característica de cada ciudad. Pero en lugar de ir de compras a un centro comercial me llevan a una reciente estación de medición de radiactividad. En el interior están las zapatillas perfectamente ordenadas, y veo juguetes para los niños y una pizarra. Detrás del mostrador hay un equipo para comprobar los niveles de radiación de la comida, así como un contador de cuerpo entero, donde los niños y los adultos verifican todos los días los niveles de radiación de su cuerpo. Está dirigido casi en su totalidad por voluntarios que han recibido una formación sobre salud radiológica de una ONG francesa y lo puede usar cualquier persona por debajo de los 20 años de edad.

Al entrar en un edificio de apartamentos de la ciudad de Fukushima, en contraste con lo que se encontraba otras veces, veo escrito a mano en las columnas los niveles de radiación que se publican. Los datos recogidos cada siete días en la zona circundante muestran los niveles fluctuantes de la radiación, y las lecturas especialmente altas se rodean en rojo.

Han sido evacuadas las vacas, pero al parecer más allá de la zona de evacuación obligatoria de 20 kilómetros donde se considera que es seguro para los seres humanos, incluso para los niños y muchachos. Hiroyuki, que se ha convertido en un activista de la salud pública, evacuó a su esposa e hija de cuatro años de edad a Tokio, y después a Kyoto. Ahora sólo les ve una vez al mes, y se ha quedado para asegurarse de que los Gobiernos nacional y regional asumen los riesgos para la salud de las personas que viven aquí. Forma parte de una campaña cada vez más amplia que se ha organizado en Fukushima para salvar a los niños de la radiación, para que el Gobierno cambie sus directrices sobre radiación, para que se evacúen a las personas con altos niveles de radiación, y para proporcionar apoyo a las personas que voluntariamente quieran ser evacuadas.

La radiación emitida por los tres reactores gravemente dañados, que han sufrido explosiones y colapsos en el complejo de Fukushima Daiichi, se ha extendido por todas partes. Además de la evacuación de las personas que vivían en un radio de 20 kilómetros en torno a la central, el Gobierno ha elevado la radiación admisible en veinte veces, desde 1mSv/año, cifra reconocida internacionalmente, a 20. Esto significa que cualquier lugar que esté por encima de 0,6 micro-sieverts/hora, cantidad limitada a personas que trabajan en “áreas controladas radiológicamente”, ya no es motivo de evacuación, con lo cual desciende en número de personas que debieran de ser evacuadas.

A pesar de que se dice que los centros de evacuación de emergencia son temporales, es probable que miles de personas de las 110.000 evacuadas, en particular de los alrededores de Fukushima Daiichi y por donde el viento extendió la nube radiactiva, nunca podrán volver a sus hogares debido a la larga vida media de los radioisótopos que contaminaron el suelo, el agua y los alimentos. De hecho, el informe provisional concluye diciendo que “teniendo en cuenta que muchas personas estarán obligadas a pasar su vida en centros de evacuación por un período largo de tiempo, que sufren de contaminación por radiación o el miedo a la exposición, al aire contaminado, los suelos, el agua y los alimentos”. 

Incluso antes de que se publicase el Informe, algunas personas que he conocido se refieren a sí misma como la “diáspora de Fukushima”, en lugar de llamarse evacuados, porque creen que jamás podrán volver a su tierra.

Llegamos a la pequeña comunidad de Isobe, que se encuentra en la costa. O por lo menos, lo que queda de Isobe. Nos hemos reunido con Toshiko Kooriki en su nueva vivienda temporal, junto a otras hileras de viviendas prefabricadas. Nos lleva a que veamos lo que queda de su antigua casa, que sobresale un par de metros sobre un paisaje lunar árido, que una vez fue una pequeña comunidad formada por 400 familias, pero que el maremoto arrasó. Nos señala las diferentes salas y nos dice que viene aquí de vez en cuando y llora.

Japón es tierra de contrastes, y así lo comprobamos cuando nos encontramos con Hatsumi Terashima, un pescador de 54 años, aunque ya no lo sea. Nos relata la experiencia del tsunami, y nos muestra todo lo que queda de su casa: una planicie de barro en cuyo fondo se encuentra el pueblo que fue. Perdió a sus nietos, a su hijo, a la esposa de su hijo y a su suegra.

 
Inmediatamente después de producirse el terremoto, se encontraba ordenado las cosas cuando el tsunami llegó. Se decía en Isobe que nunca un tsunami podría llegar hasta aquí. En su incredulidad vio como una oscura pared de agua se precipitaba hacia él y lo arrastró durante tres kilómetros tierra dentro. Se fracturó la rodilla, pero una cuerda lo enredó y lo sujeto, a diferencia de los otros cinco miembros de su familia que se encuentran entre los 264 desaparecidos. Pero no se puede pescar porque el mar tiene altos niveles de radiactividad. Pesa su tiempo cerca del mar, viendo los escombros y otros desechos dejando por la aplastante fuerza del tsunami.

Iatate, una ciudad directamente afectada durante la trayectoria de la columna de material radiactivo, pero fuera de la zona de exclusión de 20 kilómetros, ha sido evacuada como zona de alta radiación. Sin embargo, esto se hizo después de que se produjesen la mayor parte de los vertidos radiactivos, ya que la red de alerta temprana, sistema de seguridad instalado por el Gobierno, y creada específicamente para este propósito, dejó de funcionar debido a “rotura de los enlaces de comunicación debido al terremoto y el sistema de detección no pudo recibir la información de los datos de elevada radiactividad”.

Mientras que este sistema (SPEEDI) pudo haber proporcionado algunos datos cruciales y hubiese ayudado a una rápida evacuación para que las personas no hubiesen estado expuestas a nivel tan alto de radiación, tampoco les llegó información por parte de las autoridades locales porque

El servicio de Respuesta de Emergencia Nuclear (NERHQ) no funcionó, ante lo cual la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial (NISA) debería haber proporcionado los datos de SPEEDI a la población. Pero a ninguno de ellos se le ocurrió dar esta información. El Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología, el Ministerio que tiene competencias en el sistema SPEEDI, tampoco proporcionó la información, bien directamente o través de otro servicio del Gobierno. 

A medida que pasamos a través de Iatate en nuestro camino de regreso a Soma, vemos que el pueblo está en silencio y en la oscuridad. Las únicas luces son las de las farolas y las de la residencia de ancianos que sigue ocupada, ya que son demasiado viejos y vulnerables para desplazarse a otro lugar seguro. El cuidado de los ancianos se lleva a cabo por rotaciones estrictas entre los trabajadores.

Nos detenemos en la escuela secundaria de la ciudad. En el interior del coche las mediciones indican de 0,14 a 1,8 microsieverts por hora. Salimos fuera y dejamos los contadores Geiger en el suelo, subiendo los valores a 6 microsievert/hora.

A pesar de la devastación y de la pérdida de vidas humanas causada por el terremoto y el tsunami, la gente que conozco de la prefectura de Fukushima, en lugar de hablar de aquellos acontecimientos, habla de los niveles de radiación y cómo su tierra está contaminada por un peligro invisible y permanente, la gente está temerosa aunque el Gobierno trate de convencerlos de que es seguro.

Japón se describe a menudo en el extranjero como el país más capaz para hacer frente a un accidente nuclear. Sin embargo, de la lectura del Informe provisional del Gobierno se deduce que los organismos responsables de la planificación de emergencia se basaban en supuestos falsos, que llevó a cometer muchos errores en el momento en el que aumentó la gravedad de la crisis y las personas estuvieron expuestas a la radiación. Los errores se cometieron en la propia planta nuclear, así como fallos en la comunicación y falta general de planificación. Se es muy crítico con el plan de emergencias, la actuación de TEPCO y el uso indebido de la red de alerta temprana SPEEDI.

Junto a otras muchas deficiencias en la respuesta operativa y de emergencia, de acuerdo con el informe de calificación de NISA, ni siquiera se envió a la sede de TEPCO una petición de información para dar cuenta de forma eficaz al Primer Ministro del país, a pesar de que TEPCO se encuentra muy cerca de las oficinas de NISA. Después del accidente en el Golfo de México en la planta petrolífera de BP, las medidas que se exigieron a TEPCO para proteger sus plantas nucleares de los tsunamis fueron voluntarias, que por supuesto, al ser una entidad con ánimo de lucro y no de seguridad, no las tomó: “TEPCO no aplicó las medidas contra tsunamis como parte de la Hoja de Ruta de Gestión de Accidentes (AM). Su preparación en caso de accidente, tales como daños graves en el núcleo de un reactor como consecuencias de desastres naturales fueron muy deficientes”. 

En una sociedad dominada por los hombres -sólo el 10% del Parlamento Japonés está formado por mujeres- hay un fuerte liderazgo femenino en el movimiento contra el Gobierno y la utilización de la energía nuclear, fácilmente perceptible. En una de las muchas reuniones que se organizan sobre la radiación y la evacuación de los niños, hablé con un grupo de mujeres que han decidido quedarse para preservar la estabilidad familiar, y he visto que reina ira contra el Gobierno y también miedo por las consecuencias de quedarse.

Una mujer, que sólo se quiso identificar cono Mihonmatsu, por miedo a que se la recriminase por seguir planteando la cuestión de la radiación en la ciudad de Fukushima, mantiene reuniones con personas de confianza para hablar de sus experiencias y planear estrategias. Me muestra los documentos emitidos por el Gobierno y el monitor de radiación. Todos los días tiene que completar de forma detallada los movimientos y los alimentos consumidos por sus hijos, Cuando los haya completado, debe enviarlos al Gobierno para su análisis, junto con el dosímetro que su hija está obligada a llevar en todo momento. Nihonmatsu pregunta: “Si todo es tan seguro como dicen, ¿por qué el Gobierno nos obliga a hacer estas cosas?”. 

Otra mujer, Jinko Mera, que tendrá unos 50 años, asiente con la cabeza: “Siempre tenemos que pensar en la cantidad de radiación que presentan nuestros alimentos. Queremos vivir sin eso. Teníamos los alimentos más saludables en nuestra región, pero no podemos secar caquis, no podemos comer nuestros melocotones, no podemos comer nuestra propia comida”. 

En otra reunión de la organización el día de Navidad, las mujeres debaten sobre si realizar una sentada frente al Ministerio de Economía, Comercio e Industria, el METI, del que la Agencia de Regulación Nuclear Japonesa, NISA, forma parte.

En medio de testimonios y recuerdos, vieron el documental de 1983 en el que se ve a mujeres que ocupan la base de misiles nucleares que Estados Unidos construyó en Greenhan Common, Inglaterra. Una nueva generación de mujeres se inspiran en las canciones y en la lucha colectiva en un tipo diferente de lucha contra la energía nuclear. Quieren que el Gobierno proteja a sus familias de inmediato, pero tampoco quieren que nadie más pase por lo que ellos están pasando. Forman parte de una campaña para que se cierren definitivamente los 54 reactores nucleares y que se erradique definitivamente la energía nuclear de las costas de Japón.


De acuerdo con un reciente informe de Greenpeace de Japón y el Instituto de Políticas de Energía Sostenibles, con sede en Tokio, Japón podría generar el 43% de su energía mediante fuentes renovables para el año 2020, superando el 30% que produce actualmente la energía nuclear ( aunque sólo 6 de los 54 reactores están actualmente en funcionamiento). Con un descenso muy rápido de la población de Japón, se quiere reducir de 125 millones de personas a 100 millones en 2050, el único impedimento para llevar a cabo una política sensata y segura es, por tanto, político.

La reunión de los activistas termina con una intensa emoción y el espíritu de los asistentes se une al entrelazar sus manos y cantar, evocando otro círculo anterior, cuando 30.000 mujeres formaron un anillo alrededor del perímetro de nueve millas en torno a la base de Greenham Common y dijeron: ¡No pasarán!. Cantaron Furosato, una canción japonesa llena de nostalgia y recuerdos:

Algún día, cuando haya hecho lo que me propuse,
voy a volver al lugar donde tenía mi casa.
Exuberantes y verdes son las montañas de mi patria,
puro y claro el agua de mi antigua casa. 

La próxima manifestación de las mujeres de Fukushima ya tiene fecha, el 28 de diciembre, y la gente de Fukushima marchará una vez más.

Chris Williams es un activista que defiende el Medio Ambiente desde hace muchos tiempo. Es autor de Ecología y Socialismo: soluciones a la crisis ecológica del capitalismo. Sus artículos han aparecido en International Socialist Review, The Indypendent Truthout, y Znet. Es profesor de Física en la Universidad de Pace y Presidente del Departamento de Ciencias del Packer Collegiate Institute. Su sitio web es http://www.ecologyandsocialism.org y puede contactar con él : ecologyandsocialism@gmail.com






Diario de Fukushima: mutaciones en vegetales


By Fukushima Diary, 21 de diciembre de 2011
 En la época de la cosecha se encuentran cada vez más plantas con mutaciones.
En el periódico Sankei, Ibaraki, de fecha 17 de diciembre de 2011, se observa la fotografía de un hombre que muestra estas zanahorias. Parece estar feliz por la apariencia de las mismas, que semejan a unas tijeras, un moño… No tiene dudas de que podrá venderlas en su tienda.
 
 En otro lugar, la señora Miwae (79) muestra lo que creció en su huerto. Tiene 40 cm de longitud. El rábano está dividido en cinco lóbulos. Dice que lleva plantando en su huerto durante décadas, pero que nunca había visto un rábano como éste.
 
En Kyushu se encontró una mandarina mitad verde mitad amarilla. Se cosechó a finales de noviembre. Este tipo de mutación recibe el nombre de quimera.
Y he aquí otros casos de mutaciones en plantas y la ternera de dos cabezas:


http://foodfreedom.wordpress.com/2011/12/21/mutated-vegetables-fukushima-diary/



Se estima en unas 14.000 las muertes en EE.UU como consecuencia del desastre de Fukushima

http://www.prnewswire.com/news-releases/medical-journal-article–14000-us-deaths-tied-to-fukushima-reactor-disaster-fallout-135859288.html

El impacto de este accidente es comparable al de Chernobyl en cuanto a las muertes producidas por radiación, siendo los bebés los más afectados. Las investigaciones muestran que puede ser incluso mayor el número de muertes.

WASHINGTON, 19 de diciembre de 2011/ PRNewswire-HISPANIC WIRE.- Se estima que se han podido producir unas 14.000 muertes en los Estados Unidos como consecuencia de la lluvia radiactiva que se produjo con posterioridad al desastre de los reactores nucleares de Fukushima, en Japón, según un nuevo artículo publicado en la edición de diciembre de 2011 en Journal of Health Services. Este es el primer estudio publicado en una revista médica que documenta los riesgos para la salud que ha supuesto el accidente de Fukushima.

Los autores del estudio, Joseph Mangano y Janette Sherman estiman en 14.000 las muertes en las 14 semanas posteriores al accidente múltiple de Fukushima, siendo una cantidad comparable a las 16.500 muertes que se produjeron en las 17 semanas posteriores a la catástrofe de Chernobyl en 1986.
El aumento de las muertes después de los sucesos de Fukushima ha afectado principalmente a los bebés de Estados Unidos, menores de 1 año. El incremento en las muertes infantiles en la primavera fue del 1,8%, en comparación con un descenso del 8,37% con posterioridad.

El artículo se publicará el próximo martes, pero ya está disponible 

Sólo seis después del 11 de marzo y las desastrosas fusiones de los cuatro reactores de Fukushima, los científicos detectaron una columna de lluvia ácida en las costas estadounidenses. Mediciones posteriores realizadas por la EPA ( Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos), encontraron que los niveles de radiación en el aire, agua y la leche, era cientos de veces superior a los niveles normales en los Estados Unidos. Los niveles detectados de yodo-131 en las precipitaciones fueron las siguientes, cuando lo normal es alrededor de 2 picocuries por litro de agua:
Boise, ID, 390; Kansas City, 200; Salt Lake City, 190; Hacksonville, FL, 150; Olympia, WA, 125 y Boston. MA, 92.

El epidemiólogo Joseph Mangano, MPH MBA, dijo: “ Este estudio de riesgos para la salud por el accidente de Fukushima es la primera vez que se publica en una revista científica y es motivo de preocupación, y se sugiere que deben continuar los estudios para comprender el verdadero impacto del Fukushima en Japón y en el resto de mundo. Los resultados son importantes para iniciar un debate sobre la conveniencia de construir nuevos reactores, y el tiempo que se deben mantener los que ya llevan operando durante mucho tiempo”.

Mangano es director ejecutivo de Radiation and Public Health Project, y autor de 27 artículos de revisión por pares en revistas médicas.

Jannette Sherman, MD, es internista y toxicóloga, y dijo: “Basándonos en nuestra continua investigación, el número real de muertes puede alcanzar la cifra de 18.000, alcanzando la gripe y la neumonía una cantidad 5 veces superior en el período considerado como una de las causas de muerte. Las muertes se producen en todas las edades, pero son los niños los más afectados debido a que sus tejidos se multiplican rápidamente, con un sistema inmunológico sin desarrollar, y las dosis de radioisótopos son proporcionalmente mayores que en los adultos.”

La doctora Sherman es profesora adjunta en la Universidad de Western Michigan y editora de “Chernobyl, las consecuencias de la catástrofe para las personas y el medio”, publicado por la Academia de las Ciencias de Nueva York en 2009 y autora de “Exposición química y la vida es un delicado equilibrio; Causas y prevención del cáncer de mama”.

El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) publica informes semanales sobre el número de muertes en 122 ciudades de los Estados Unidos que tienen una población superior a los 100.000 habitantes, alrededor del 25 al 30% de la población de Estados Unidos. En las 14 semanas posteriores al accidente de Fukushima, se produjeron lluvias en los Estados Unidos ( del 20 de marzo al 25 de junio) y la CDC reportó un aumento del 4,46% en el número de muertes respecto al mismo período de 2010, en comparación con sólo un 2,34% en las 14 semanas anteriores al accidente. Este exceso de fallecimientos se estima en todo los Estados Unidos en unos 14.000.

NOTA DEL EDITOR: Una grabación de audio relacionada con esta noticia estará disponible en la Web http://www.radiation.org hasta las 4 de la tarde EST/2100 GMT del 19 de diciembre. La copia del artículo está disponible contactando con Ailis Aaron Wolf (703)276-3256 o aawolf@hastingsgroup.com)
Fuente: Joseph Mangano y Janette Sherman, International Journal of Health Services

Enlaces de interés:

Otras noticias relacionadas:

Un nuevo Informe Internacional cuestiona el guión que sobre Fukushima ha estado construyendo el Gobierno de Japón

Publicado el 2 de noviembre de 2011 geobear7

 
John Daly
OilPrice.com
Según el IRSN (‘Institut de Radioprotection et de Sûreté Nucléaire), la cantidad del isótopo de cesio radiactivo 137 que ha sido vertido al océano por la planta nuclear de Fukushima Daichii entre el 21 de marzo y mediados de julio de este año alcanzó la cifra de 27,1 cuatrillones de becquerelios.  El cesio 137 puede producir quemaduras, enfermedad aguda por radiación e incluso la muerte en dosis mayores. Puede contaminar la comida y el agua, y de ser ingerido se distribuye por todo el cuerpo, aunque especialmente en los músculos. ¿Alguien quiere marisco?, pregunta John Daly. 

Los 6 reactores nucleares del complejo de Fukushima Daichii se han convertido en el ejemplo de los riesgos inherentes a la utilización de la energía nuclear, desde aquel 11 de marzo en que se produjo un terremoto de nivel 9 en la escala de Richter, provocando con posterioridad un devastador tsunami que dañó seriamente las instalaciones.

Desde entonces, los especialistas han discutido sobre las consecuencias del terremoto y el tsunami, no sólo en las instalaciones, sino para el resto del mundo.

El complejo de Fukushima Daichii era uno de los mayores del mundo y el reactor I de Fukushima fue diseñado por General Electric para ser explotado por la compañía por Tokyo Electric Power Company, o TEPCO.

Huelga decir que después de aquel desastre, tanto TEPCO como el Gobierno japonés han intentado minimizar a toda costa las consecuencias del desastre, que se produjo en una de las zonas más densamente pobladas del país.

Pero un nuevo estudio independiente ha puesto al descubierto lo que han intentado encubrir tanto TEPCO como el Gobierno de Japón. La agencia de noticias Mainichi informó que el Instituto de Radiprotección y Seguridad Nuclear de Francia (IRSN) ha publicado un reciente informe en el que se señala que la cantidad de cesio radiactivo 137 que se ha vertido al Océano Pacífico ha sido de 30 veces la cantidad declarada por Tokyo Electric Power Co en mayo.

Según el IRSN, la cantidad de cesio 137 vertido por la planta nuclear de Fukushima Daiichi entre el 21 de marzo y mediados de julio alcanzó aproximadamente los 27,1 cuatrillones de becquerelios.
¿Por qué esto nos debiera importar? ¿No están las autoridades japonesas preocupadas por esta cuestión?
Uno de los problemas del vertido de productos radiactivos al medio marino es que se acumula en la cadena alimentaria, en el plancton, que  luego en consumido por organismos mayores, como ocurre por ejemplo con el pez espada y el mercurio.

El IRSN ha estimado que el 82% del vertido al mar se produjo antes del 8 de abril, contaminando las aguas del Océano Pacífico con gran rapidez, debido a que la devastada central nuclear de Fukushima Daichii está situada en un área costera con fuertes corrientes.

Si el informe del IRSN tuviera alguna buena noticia, esa sería que el impacto de la contaminación por cesio 137 en el medio marino probablemente disminuirá a lo largo de los próximos  años. El cesio radiactivo tiene una vida media de 30 años aproximadamente, y según las estimaciones del IRSN, de ser exactas, hacia el año 2041 sólo habrá unos 13,55 cuatrillones de becquerelios de radiación.

Por tanto, una cantidad significativa de cesio 137 ha penetrado en el Océano Pacífico, y los efectos a largo plazo en la población que consume marico del Pacífico son desconocidos.  Son  numerosas las pruebas que desde 1945, antes de que se supiese de la peligrosidad de la radiación para la salud humana,   han documentado los efectos de la radiación a bajo nivel, y la exposición a largo plazo en la población.

Fukushima se encuentra en las cercanía de la corriente de Kuroshio, que discurre hacia el norte en la costa Este de Japón, chocando con la corriente subártica fría de Oyashio, que fluye hacia el sur, circulando el sentido contrario a lo largo de la costa noroccidental del Océano Pacífico.  […] El nivel potencial de contaminación señalado por el IRSN está muy lejos de los niveles indicados por TEPCO y el gobierno japonés, que no da toda la información sobre Fukushima, mientras que algunos gobiernos, sobre todo el de Estados Unidos, insisten en que lo haga, ya que las costas occidentales de este país están expuestas a las corrientes marinas que proceden de Fukushima.

Mientras tanto, miles de millones de dólares están en juego en la Industria Nuclear mundial, pero las consecuencias para la salud son demasiado importantes como para no tener en cuenta todos estos sucesos.

Artículo publicado en :
http://foodfreedom.wordpress.com/2011/11/02/new-international-report-shreds-japans-carefully-constructed-fukushima-scenario/

Un gran suministrador japonés admite haber vendido carne contaminada

Europa Press
TOKIO, 17 (Reuters/EP)

El segundo mayor suministrador de carne de Japón, la compañía Aeon, ha reconocido este domingo que ha vendido carne de vaca contaminada con cesio radiactivo en varios establecimientos de Tokio y sus alrededores, según ha informado la empresa en un comunicado.

En el país nipón, se han registrado casos de vegetales, te, leche, marisco y agua contaminados por radiación desde que se produjo el accidente en la central nuclear de Fukushima-1, gravemente dañada por el terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo, que ha supuesto la mayor crisis nuclear desde el accidente registrado en la planta de Chernobil (Ucrania) en 1986.

La compañía Aeon ha admitido que ha vendido carne de vaca contaminada en una tienda de Tokio y en más de una decenas de establecimientos situados en los alrededores de la capital japonesa.
Aeon, que compite con el mayor suministrador del país, Seven and I Holdings, ha indicado en un comunicado que las vacas fueron alimentadas con pienso fabricado con arroz que excede los límites de cesio radiactivo impuestos por el Gobierno.

Probablemente, las autoridades japonesas prohibirán la exportación y el comercio de carne de vaca procedente de la provincia de Fukushima, según ha informado este domingo un responsable gubernamental.
La compañía Aeon ha explicado que ha vendido 319 kilogramos de carne de vaca entre el 27 de abril y el 20 de junio en una tienda de Tokio y en establecimientos en Kanagawa, Chiba, Shizuoka e Ishikawa. Asimismo, ha asegurado que comprobará el estado de todos los envíos de carne que puedan estar contaminado.

El resultado más probable es que prohibamos todos los envíos de carne“, ha asegurado el responsable gubernamental de coordinar la crisis nuclear, Goshi Hosono, en un programa de televisión este domingo. “Estamos discutiendo este tema. Tenemos que garantizar la seguridad alimentaria“, ha añadido.

La semana pasada, fueron hallados niveles de cesio radiactivo entre tres y seis veces superiores a los límites legales en carne de vaca procedente de una granja de la ciudad de Minami Soma, situada cerca de la central de Fukushima-1.

Un responsable del Ministerio de Agricultura japonés ha asegurado que el consumo ocasional de esta carne contaminada no supone un riesgo para la salud.

El comercio de algunos tipos de vegetales de zonas cercanas a la planta de Fukushima ha sido prohibido debido a los altos niveles de radiación. También se han encontrado altos niveles de cesio radiactivo en el pescado ‘kounago’ recogido en aguas próximas a la planta nuclear.

 http://www.lukor.com/not-mun/11071701.htm




Censura en Japón: el encubrimiento de Fukushima


por Richard Wilcox, 29 de junio de 2011



El más noble es aquel que levanta la voz de los que son silenciados por la opresión
    • Jonathan Azazías (1)
… la gente quiere lo que pide
    • The Jam (2)
Hace unos 20 años, cuando vine por primera vez a Japón, enseñaba inglés a un joven ingeniero y profesor asociado de la Universidad de Tokio. Reservado la mayor parte del tiempo, una vez se quejó de que siendo un profesor de ingeniería nuclear se le dieran tareas burocráticas en una oficina. Una vez le pregunté qué pensaba sobre la actividad sísmica en Japón y la construcción de centrales nucleares, a lo que me contestó: “Es una locura”. La Universidad de Tokio es el centro de la industria nuclear de Japón y la mayoría de los ejecutivos de TEPCO están graduados ( al igual que muchos políticos de alto nivel) en esta Universidad de élite de Japón.

Actualmente cuatro de cada cinco japoneses desean que se abandone la energía nuclear, después del accidente de Fukushima (3). Sin embargo, ningún profesional de la industria, del Gobierno o de los medios de comunicación tendría posibilidad de medrar en su oficio si se pronunciase en contra de la energía nuclear. Esta afirmación está bien documentada en un artículo publicado en Spiegel, una revista alemana de noticias, que detalla como los tentáculos de la industria nuclear infiltran información sesgada y falsa en los aspectos más importantes de la sociedad japonesa (4).

Como decía recientemente el editorial de un periódico japonés, una camarilla de criminales se ha hecho literalmente con el país y no permiten ni que la Democracia o el libre mercado interfiera en sus objetivos de controlar el producción de energía:

“En la adopción de un esquema para el pago de los daños y perjuicios a las víctimas del accidente de la planta nuclear de Fukushima, el Gobierno quiere mantener a toda costa a la empresa, Tokyo Electric Power Co., que era la operadora de la planta afectada. Sustancias radiactivas procedentes de la central de Fukushima han contaminado las ciudades y pueblos de alrededor, las granjas, los bosques y el mar…
La firme oposición de la federación a la separación entre generación de la energía y su transporte se muestra en el rechazo a la aprobación de una “red inteligente”, que Estados Unidos estaría dispuesto a apoyar – una red eléctrica eficiente y de un suministro estable de electricidad, mediante la integración de las empresas de generación y los usuarios. Pero la Federación dice que el sistema de transporte de energía de Japón “ya es lo suficientemente inteligente”. Es el temor a que otras empresas de fuera entrasen en el mercado de la electricidad, rompiendo el monopolio de 10 empresas que copan todo el servicio energético de la nación…
La Industria de la Energía también se muestra poco dispuesta a realizar los cambios necesarios para cambiar la frecuencia de la corriente alterna, ya que en la mitad occidental del país la frecuencia de la electricidad es de 60 Hertz, y sin embargo en la mitad oriental es de 50 Hertz, no pudiéndose transportar de una zona a otra – a pesar de que este intercambio reduciría los desequilibrios regionales en la oferta… Esta resistencia se basa en el temor de que si existiese una operatividad entre ambas regiones, se reforzaría el argumento de separar la generación de energía de su transporte. (5)

Hace unos diez años asistí a una conferencia de prensa sobre los peligros de las centrales nucleares de Japón, que se celebró en el Club de Corresponsales Extranjeros de Tokio. Hubo una abundante afluencia de público, debido a que estaba reciente el accidente nuclear de Tokaimura, en 1999. Un persona del público le preguntó a Kenji Higuchi, periodista y maestro, que ha escrito varios libros sobre los peligros de la energía nuclear: ¿ Por qué no se ha permitido que el documental que se hizo sobre el accidente nuclear de Ginza (6), que afectó a los trabajadores de la planta, apareciese en el canal de noticias público de Japón, NHK? “Fue acallado sin miramientos”. Muchas veces he puesto el documental a mis estudiantes de la Universidad, pero nunca he conseguido que se conociese ampliamente. ( Véase http://www.youtube.com/watch?v=TC7sFNtGk4A)

En junio de 2011, Higuchi dio una nueva conferencia en una pequeña pero prestigiosa Universidad de Tokio. Un profesor japonés decía que la Universidad ha estado alertando a los alumnos sobre las cuestiones de la energía nuclear y promocionando los libros de Higuchi. A la conferencia sólo asistieron 10 personas, y no se permitió hablar a Higuchi en un espacio más amplio porque su manera de hablar es muy directa y anda de por medio la complicidad con la Industria Nuclear. A los padres de los estudiantes que trabajan para estas compañías no les gusta escuchar críticas hacia sus empresas. Higuchi también supone que el propio Gobierno está presionando a las Universidades para que no toquen el tema nuclear, al menos de forma crítica, y no se permitan manifestaciones antinucleares en los campus.

Doy clases a tiempo parcial en esa Universidad y se han publicado muchos artículos sin ningún problema, pero por primera vez se consideró que hablar sobre el desastre nuclear era un tema “demasiado sensible”. Es un hecho destacable que una de las Universidades más abiertas y progresistas de Tokio esté diciendo a la gente que tenga la boca cerrada. Cuando preguntó el editor si mi artículo se sometería a una revisión por pares, no se recibió respuesta.

En otra Universidad, que tiene un departamento de ingeniería de élite, los estudiantes de primer año han respondido bien a mis chistes cínicos sobre la energía nuclear. Cuando abro las ventanas por la mañana digo: “ Dejemos entrar el aire fresco y la radiación, que es bueno para todos nosotros”, todo el mundo se reía de forma nerviosa, mientras mueven la cabeza. Los estudiantes formulan observaciones críticas y leen artículos que dan noticia sobre la situación nuclear.

Por otro lado, los estudiantes se están dando cuenta que no podrán entrar en ciertos campus y estudiar la carrera que desean si son críticos con la energía nuclear. Cuando tenemos discusiones sobre temas de energía, muchos se expresan a favor de la diversificación de las fuentes energéticas y el uso de las formas alternativas de energía, pero al final muchos alumnos dicen: “pero pensamos que la energía nuclear es mejor”. 

Hay otro aspecto de este problema, se trata simplemente de “marear la perdiz”. Al elegir los temas para las presentaciones lo único que se les ocurre es el aburrido tema del “calentamiento global”, mientras que otras optan por “cerveza, chocolate, televisión…”, y así sucesivamente. No cosas con un verdadero interés. Un profesor me decía que muchos estudiantes no quieren ni pensar en Fukushima, sobre todo porque antes se consideraban superiores a sus vecinos y ahora se encuentran en una difícil situación. Es un tema delicado para el orgullo japonés y Fukushima supone un recuerdo desagradable, y en definitiva son seres humanos, como los demás. Pero hay otra explicación, más postmoderna y universal: La Televisión en 3D y alta definición= triple embrutecimiento. Un exceso de pan y circo… ha dañado nuestra humanidad y la empatía con la naturaleza y los demás.

La censura a los críticos de la Energía Nuclear se puede ver a todos los niveles, Por ejemplo, aunque “un funcionario del Gobierno publicó un informe el pasado 20 de mayo criticando la respuesta del Gobierno ante el desastre nuclear de Fukushima y se le ha pedido que deje su puesto… El sr. Koga ha impulsado cambios en la política energética del país, tales como la separación entre generación de la energía eléctrica y el transporte, a lo que se oponen ferozmente las empresas eléctricas (7)…”. Obviamente este hombre fue en busca de la jubilación anticipada y pidió abandonar su prestigiosa carrera por decir la verdad.

Mientras tanto, los reactores de Fukushima que han sufrido un colapso siguen lanzando radiación al exterior, y a pesar de poner en peligro a todos los habitantes de Japón, se les dice que “se olviden y duerman con tranquilidad”. Sin embargo, existe por parte de los ciudadanos un intento de organización para hacer frente a los peligros de la radiación y señalan que es tiempo de poner fin a la energía nuclear en Japón.

1.- Mask of Zion [↩]
2.- The Jam – Going Underground [↩]
3.- Most Japanese wish to scrap reactors []
4.- Japan’s Nuclear Cartel []
5.- Power industry’s chokehold [↩]
6.- Nuclear Ginza Japan’s secret at-risk labor force []
7.- Ministry official who released book criticizing gov’t over nuke crisis asked to resign []

Richard Wilcox vive en Tokio y contribuye a que los blogs estén mejor documentados sobre la crisis nuclear. http://candobetter.net/node/2428

http://dissidentvoice.org/2011/06/censorship-in-japan-the-fukushima-cover-up/#more-34287