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La electrosensibilidad y estudios científicos

(Fuente: ES-UK, Consumer; imagen: Bony)

La electrohipersensibilidad (EHS) no es ninguna invención psicosomática de unos locos, que bastantes interesados quieren hacernos creer. Los científicos lo están estudiando. Y por algo será. El último estudio al respecto, de septiembre de 2011, demostraba como una persona sufría reacciones somáticas, estadísticamente fiables, como respuesta a la exposición a campos electromagnéticos (CEM), en condiciones que excluyen razonablemente la relación causal de los procesos psicológicos.

Los especialistas y usuarios reclaman, preocupados por los efectos sobre la salud de los CEM de los móviles o del WiFi, entre otros, más estudios científicos e implicación por parte de las administraciones públicas. Algunos de los realizados hasta la fecha ofrecen datos preocupantes. En Suecia, las personas que sufren electrosensibilidad han pasado de ser el 0,63% de la población en el año 1995, al 9% en el año 2004. En Austria, el porcentaje ha subido del 1,5% en 1995 al 13,3% en 2003. Según los científicos suecos Örjan Hallberg y Gerd Oberfeld, dos de los investigadores independientes que han trabajado más en este campo, en el año 2017 la mitad de la población mundial podría sufrir esta dolencia.

En las personas sensibles a la exposición a CEM, encontramos que provoca síntomas como vómitos, dolor de cabeza, mareos, depresión, irritabilidad o pérdida de memoria a corto plazo. Algunos expertos creen que los afectados tienen un sistema inmunológico débil o que hay personas más sensibles a estos campos electromagnéticos. Al igual que el asma u otras alergias, no todas las personas son electrohipersensibles. Factores genéticos y medioambientales también juegan un importante papel.

Según el Comité de Medio Ambiente, Agricultura y Asuntos Locales y Regionales de la UE, "hay indicios suficientes o niveles de evidencia científica de efectos biológicos nocivos, suficientes para invocar la aplicación del principio de precaución y de medidas eficaces, preventivas urgentes". De este modo, ha decidido proponer a los países de la UE que tomen medidas sobre el uso de móviles y redes inalámbricas, y una de ellas pasaría por prohibir ambos en guarderías y colegios.


Menores, móviles y tumores

(Fuente: Antena3, ABC, ISEE2011, CREAL; imagen: TopNews)

Expertos en epidemiología ambiental aconsejan que si los menores tienen que utilizar el móvil, lo hagan a través de auriculares o del propio altavoz del móvil, o que utilicen mensajes de texto. Pero que no pongan el móvil en contacto con la oreja, y si lo hacen, que sea a una distancia prudencial, ya que el uso de teléfonos móviles puede producir cáncer de cerebro en los niños .

La recomendación se dió ayer en Barcelona durante la inauguración del 23 Congreso Mundial de la Sociedad Internacional de Epidemiología Ambiental, que cuenta con la asistencia de 1.200 expertos de más de 60 países, en el que el casi el 20% de las ponencias tiene relación con factores medioambientales y su repercusión en los niños. Manolis Kogevinas, uno de los organizadores del encuentro y director del CREAL (Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental de Barcelona), ha explicado que ya hay evidencia de los efectos de la radiaciones no ionizantes de los móviles.

Ha explicado que aunque en este encuentro no hay resultados nuevos porque los últimos estudios en los que se clasificaron a los móviles como posiblemente cancerígenos los publicó hace poco la OMS, sí se va a presentar el protocolo del estudio "Mobi-Kids"que financiará la Unión Europea, con una aportación inicial de 3,5 millones. Dicho estudio, lo coordinará el CREAL, y servirá para identificar el riesgo de padecer un tumor de cerebro en personas jóvenes, adolescentes y jóvenes adultos, debido a la utilización del teléfono móvil. Se estudiarán más de 5.000 niños, con cáncer y sanos, cuyos datos se obtendrán en una veintena de países europeos, entre ellos Italia, Dinamarca, o Alemania. En España participarán niños de Barcelona, Madrid, Valencia y Andalucía.

Kogevinas añadió que hay que tener en cuenta que los niños, al tener el cerebro más pequeño que un adulto, pueden ser más susceptibles a estas radiaciones que los mayores y que eso es lo que quieren precisar con este trabajo.


Catedráticos y CEM como posible agente carcinógeno

(Fuente: Prof. Dra. M. J. Azanza, AVAATE)

La reciente publicación de la Resolución de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 31 de mayo de 2011 que, siguiendo las recomendaciones de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IACR), ha incluido a los Campos Electromagnéticos (CEM) en el Grupo 2B de la OMS como posible agente cancerígeno, ha despertado en los medios de comunicación un cúmulo de variados artículos que, en términos generales son adversos al comunicado de la OMS y han sido realizados, en su mayoría, por autores no científicos y desconocedores, por tanto, de la evidencia y método científicos, o bien basados en parte interesada, como son los informes de las compañías de telefonía móvil, a los que los científicos no pueden mantenerse ajenos.

Es por ello que los Catedráticos de Biología Celular y Magnetobiología, la Prof. Dra. Mª Jesús Azanza, y de Física de Materia Condensada, el Prof. Dr. Agustín del Moral, han publicado un artículo con sus comentarios a las preguntas más frecuentes suscitadas por dicha Resolución. Comentarios que están apoyados en cerca de 25 años de investigación en el Laboratorio de Magnetobiología de la Universidad de Zaragoza sobre los posibles efectos biológicos de los CEM tanto de baja (0,1-100 Hz) como de alta frecuencia (9,6 GHz y 13,6 GHz) en neuronas y astrocitos humanos.

Los autores manifiestan su acuerdo con dicha resolución de la OMS. Explican la existencia de estudios que muestran como los CEM son capaces de producir efectos genotóxicos (daños en el ADN), así como potenciar un proceso canceroso producido por otras vías (copromotores). Los propios autores del artículo han podido demostrar esta última capacidad de los CEM en su Laboratorio.

La actual realidad científica, indica que existen evidencias limitadas de carcinogénesis por el uso de la telefonía móvil en humanos, pero suficiente en animales de experimentación. El valor de la experimentación sea en animales o en células en cultivo es el de proporcionar la evidencia de un hecho que es posible que ocurra a nivel de humanos si se dan ciertas condiciones bien controladas. Los Catedráticos consideran necesario conocer científicamente los efectos de los abundantes CEM para conseguir que la población viva en condiciones de seguridad, no solo para la salud, sino también para mantener nuestro medio ambiente.

Finalmente, los autores indican que la OMS está aplicando el Principio de Precaución, principio que se aplica cuando una evaluación científica objetiva indica que hay motivos razonables de preocupación por los potenciales efectos peligrosos sobre la salud o el medio ambiente, a pesar de los niveles de protección adoptados (leyes), que deben ser modificados frente a las evidencias científicas encontradas por los investigadores, las cuales evolucionan.

Los humanos sentimos el campo magnético terrestre

(Fuente: Science, RSC, NYTimes, Umassmed, Inthesenewtimes, Nature; imagen: RSC)

En marzo del año pasado hablábamos de los criptocromos y de cómo estas proteínas podían verse afectadas por las radiaciones procedentes de la telefonía móvil o del WiFi, entre otras. Dichas proteínas celulares se sabían que son capaces de detectar la luz incluso por debajo de la piel. Esta foto-sensibilidad es la responsable de desencadenar múltiples respuestas fisiológicas.

Aunque sean unas proteínas poco conocidas para los ciudadanos -presentes en los insectos, en las plantas y en los mamíferos-, las operadoras de telefonía móvil ya las deberían conocer, ya que han sido una de las razones esgrimidas por especialistas para que no ampliasen la potencia de las estaciones base de telefonía móvil (EBTM).

A todas estas características de los criptocromos (CYS), ahora hay que añadir un nuevo estudio publicado la semana pasada en Nature por Steven Reppert et al., Catedrático de Neurobiología por la University of Massachusetts Medical School (EEUU): a través de estas proteínas presentes en la retina de nuestros ojos (en donde tiene una mayor actividad), el ser humano también es capaz de detectar el campo magnético terrestre y orientarse a través de él. Según el New York Times, esto podría explicar la capacidad de algunos marineros de la Polinesia, capaces de orientarse navegando más de 4.800 Kilómetros sin ayuda de tecnología ni de las estrellas del firmamento. La respuesta podría ser esta capacidad de percibir el campo magnético terrestre.

Preguntado acerca de si el ser humano hubiese podido perder esta maravillosa capacidad, el Dr. Philips responde "puede ser que nuestro mundo electromagnético está interfiriendo con nuestra habilidad para hacer este tipo de cosas".

Reacciones a la inclusión en grupo 2B de los CEM por la OMS

(Fuente: PubMed, IARC, CCARS, Paper blog, ; imagen: Phones Limited)

A finales del pasado mes de mayo la Agencia Internacional sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluyó las radiaciones electromagnéticas (CEM) provenientes de la telefonía móvil, entre otros, como posible agente carcinógeno para el ser humano (grupo 2B).

31 científicos de 14 países examinaron los distintos estudios existentes. Una de las principales conclusiones de dicho grupo de trabajo, publicada en la Revista Lancet el pasado día 22 de junio, ha sido que "aunque, tanto el estudio Interphone y como el análisis de Suecia pueden ser susceptibles de tener sesgos -debido a la selección de los participantes y a la eliminación de errores-, el grupo de trabajo concluye que los resultados no pueden ser ignorados debido sólo a que pueden contener sesgos, y que una interpretación causal entre la exposición a los CEM o radiofrecuencias del teléfono móvil y el glioma es posible. Una conclusión similar se obtuvo de estos dos estudios para el neuroma acústico, aunque el número de casos analizados fueron sustancialmente menores que para el glioma. Por otra parte, un estudio realizado en Japón encontró evidencias de un aumento del riesgo de padecer un neuroma acústico asociado al uso del móvil en el mismo lado en el que aparece dicho tipo de tumor ".

Una gran mayoría de los miembros del grupo de trabajo apoyaron la inclusión de los CEM en el grupo 2B, de posible agente carcinógeno para el ser humano.

Tras esta decisión de la IARC, podemos encontrar posicionamientos de catedráticos, como el Dr. G.K. Rath, director del Rotary Cancer Institute del AIIMS, que recomiendan que los niños, adolescentes y mujeres embarazadas reduzcan al máximo el uso del móvil, ya que se encuentran entre la población de mayor riesgo de absorción de dicha radiación.

Por otro lado, la Industria y quienes siempre defienden la inocuidad de la exposición a CEM, parece que no se han quedado de brazos cruzados. Los que en su día negaban cualquier efecto distinto al térmico de los CEM sobre la salud humana, se basaban en la nota descriptiva n° 304 de la OMS, de mayo de 2006. Ahora que sale la nº 208 de mayo de 2011, alertando del posible riesgo, no quieren saber nada de ella y tratan de minimizar el riesgo o de criticar la falta de solidez científica de la medida: la CCARS, la AECC o la SEOM, entre otros.

Como bien decía el Catedrático e investigador de Biofísica Andrew Marino, "la razón por la que los CEM se han convertido en una controversia es que, los resultados inconsistentes de un experimento a otro fueron interpretados, utilizando el modelo de la física, como contradictorios. Sin embargo, la contradicción en biología es una prueba. La certeza en la biología es imposible".

Utilizando el modelo de la biología, existen los efectos no térmicos a una exposición de CEM , tal y como ha encontrado Rony Seger et. al., que lo explicó claramente en el documental "Vivir rodeados de ondas" (min 34, 11 seg.). El cuerpo humano responde a las radiaciones. Si, además, abusamos de una exposición permanente a estos CEM y desde edades cada vez más tempranas, el riesgo está servido.


El legado de Ted Litovitz


(Fuente:CWTI, PubMed, Washington Post, Wikipedia)

En este vídeo grabado el 12 de julio de 2001 (casi 10 años) en el Congreso de los EE.UU., Ted Litovitz, físico, catedrático e investigador de las radiaciones electromagnéticas de la Universidad de Washintong D.C., autor de 25 patentes y más de 130 publicaciones científicas, explicaba cómo los campos electromagnéticos (CEM) tienen efectos sobre la salud humana, aún en dosis inferiores a las legalmente establecidas.

El Dr. Litovitz investigó los CEM desde su trabajo como técnico reparador de radares de la Navy norteamericana en la Segunda Guerra Mundial hasta que murió a los 82 años el 1 de mayo de 2006, víctima de un cáncer de riñón. Además de sus trabajos de fibra óptica y vidrio, Ted se centró en investigar los efectos de los CEM sobre las células: cómo la radiación electromagnética procedente de la telefonía móvil y de los tendidos eléctricos pueden causar cambios biológicos a nivel celular, sobre todo las exposiciones permanentes o crónicas.

Si el límite europeo del SAR es de 2W/Kg, ya entonces Ted mostraba que había efectos como:
  • Cambios psicológicos (0,03 W/Kg) - 67 veces menor que el límite
  • Afecta al sistema inmunitario (0,015) - 133 veces inferior
  • Incrementa la inhibición del flujo de Calcio (0,005) - 400 menos que el límite
  • Induce a daños en el ADN (0,0024) - 833 veces
  • Induce a una respuesta de estrés celular (0,001) - 2.000 veces
  • Afecta a la barrera hemato-encefálica (0,0004) - 5.000 veces
  • Afecta al calcio en el corazón (0,00015) - 13.333 veces menor que el límite
  • Incrementa la proliferación celular (0,000021) - 95.238 veces menos que el límite





Estudios en línea con el aviso de la OMS

(Fuente: J. Moskowitz)

Tras el anuncio de la OMS anunciando que la radiación de los móviles puede producir tumores, la revista The Lancet Oncology publicará el próximo julio un resumen detallado de las conclusiones a las que ha llegado el grupo de especialistas de la IARC. Éstos han considerado, por mayoría casi unánime (sólo ha habido un voto desfavorable), que la utilización del móvil puede derivar a largo plazo en dos tipos diferentes de tumores: el glioma (un tumor cerebral) y el neurinoma del acústico (un tumor del nervio auditivo).

Este anuncio nos ha hecho repasar distintos estudios científicos que pueden dar soporte a dicho anuncio. Entre otros:
  • el estudio epidemiológico de S. Myung et al., publicado en Journal of Clinical Oncology, que en 2009 analizó 465 artículos científicos rigurosos que implicaban a 37.916 participantes.
  • el meta-análisis de L. Hardell et al., publicado en la Journal of Neurooncology (2008), que presenta un patrón sólido acerca de la asociación entre el uso del teléfono móvil durante más de una década y la aparición de tumores.
  • el meta-análisis de P. Kan et al. publicado en la Journal of Neurooncology (2008), que encontraban riesgos de padecer tumores cerebrales a partir de los 10 años de utilización del móvil.
  • el meta-análisis epidemiológico de V.G. Khurana, publicado en 2009 en el Surgical Neurology, que indicaba que la utilización del móvil durante más de una década dobla el riesgo (2,4 veces) de padecer un tumor cerebral
Todos ellos presentan resultados, sobre todo para los usuarios de móvil durante más de una década, que hacen que el anuncio de la OMS tenga que tenerse muy en cuenta. [Anuncio, por cierto, que aparentemente no beneficia económicamente a ningún grupo de presión conocido].

La OMS relaciona el uso del móvil con el cáncer cerebral

(Fuente: IARC, The Lancet)

La Agencia Internacional sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha clasificado al móvil como posible agente cancerígeno para el ser humano (grupo 2B). El uso de los móviles, y otros dispositivos similares que emiten radiofrecuencias, puede producir gliomas, un tipo de tumor maligno cerebral.

A esta conclusión ha llegado el grupo de trabajo de 31 especialistas de 14 países que se han reunido desde el pasado 24 de mayo en Lyon, Francia, para realizar la Monografía Volumen 102, "Radiación No Ionizante, Parte II: Campos Electromagnéticos de Radiofrecuencia". Estas nueva Monografía de la IARC, que evalúan los riesgos cancerígenos sobre los humanos, viene a completar la Monografía Volumen 80 que realizaron en 2002 "Radiación No Ionizante, Parte I: Frecuencias estáticas y extremadamente bajas (ELF)", estando estas últimas incluidas también en el grupo 2B.

Los expertos han realizado un análisis exhaustivo de todas las investigaciones publicadas hasta el momento acerca del uso de móviles y el riesgo de contraer gliomas, otros tipos de cáncer y de neurinomas del acústico (un tumor benigno).

El doctor Jonathan Samet, de la Universidad del Sur de California (EEUU), jefe del grupo de trabajo ha explicado que "la evidencia acumulada es lo suficientemente fuerte como para apoyar una clasificación de estas ondas en el grupo 2B".

Mientras, el director del IARC Christopher Wild, advirtió que "dadas las potenciales consecuencias para la salud pública de esta clasificación, es importante que se realicen más investigaciones sobre los posibles efectos a largo plazo. Pero, mientras tanto, convendría reducir la exposición a estos dispositivos". Conclusión muy similar a la resolución 1815 aprobada por el Consejo de Europa el pasado viernes.

Recordar las palabras de Elisabeh Cardis al analizar los resultados del Proyecto Interphone: "en mi opinión, creo que tenemos una serie de elementos que sugieren un posible aumento del riesgo entre los usuarios que utilizan frecuentemente el móvil; y dado que los usuarios que en nuestro estudio utilizaban más frecuentemente el móvil hoy se les podría considerar como usuarios de baja utilización, creo que esto debería preocuparnos".

Un conciso resumen de las principales conclusiones a las que ha llegado el grupo de trabajo de la IARC se publicará en la edición de julio de The Lancet -Oncology- y en breves días estará disponible en Internet.

Resolución 1815 del Consejo de Europa aprobada

(Fuente: COE, J.M. Lozano, Next-Up y ASIDES)

La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE) pide a los gobiernos en su Resolución nº 1815 de 27 de Mayo de 2011, 'Peligros Potenciales de los Campos Electromagnéticos y sus efenctos en el Medioambiente', ha pedido a los gobiernos europeos que adopten "todas las medidas razonables" para reducir la exposición a los campos electromagnéticos, incluyendo las radiofrecuencias emitidas por los teléfonos móviles , “y, de forma especial, la exposición de los niños y jóvenes, para quienes el riesgo de tumores en la cabeza parece mayor.”

En la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE), que se reunió el viernes pasado en Kiev en Comisión Permanente, los parlamentarios aprobaron que los gobiernos deben "con los niños en general y de forma más particular en las escuelas y aulas, dar prioridad a los accesos a Internet a través de conexiones por cable y regular de forma estricta el uso de los teléfonos de los alumnos en la escuela", estableciendo campañas de información y sensibilización para dar a conocer los riesgos y efectos biológicos potencialmente dañinos a largo plazo para el medio ambiente y la salud de las personas, especialmente "para los niños, adolescentes y jóvenes en edad fértil."

A raíz de las propuestas del ponente (Juan Huss, Luxemburgo, del Grupo Socialista), la Asamblea pidió a los gobiernos información sobre los riesgos potenciales para la salud de los teléfonos con tecnologia inalámbrica DECT, de los sistemas de intercomunicación para vigilancia de los bebés y otros electrodomésticos que emiten de forma continuada microondas pulsadas, incluso cuando se encuentran en posición de “stand by”. Recomiendan, en cambio, "el uso en casa de teléfonos con cable o, si no es posible, terminales que no emitan ondas pulsadas continuamente."

Los gobiernos deben reconsiderar "la base científica" de los estándares actuales de niveles de exposición a campos electromagnéticos establecidos por la Comisión Internacional para la Protección contra las Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP), que tienen “serias limitaciones”, y aplicar el principio del nivel más bajo razonablemente posible (ALARA).

La resolución aprobada subraya que "el principio de precaución debe aplicarse cuando la evolución científica no determina el riesgo con suficiente certeza", y remarca "la importancia de una independencia crítica y credibilidad por parte de los expertos científicos" para poder realizar una evaluación transparente y objetiva de los posibles efectos adversos sobre el medio ambiente y la salud humana de la emisión de campos electromagnéticos.

Entre otras, la resolución aprobada contempla los siguientes consejos:

8.1.4. Prestar especial atención a las personas "electrosensibles"

8.2.1. Establecer umbrales de prevención para los niveles de exposición a largo plazo a las microondas en todas las áreas de interior, de acuerdo al principio de precaución, no siendo superior a 0,6 voltios por metro y, a medio plazo, reducir la emisión a 0,2 voltios por metro;

8.3.1. Desarrollar en el ámbito de diferentes Ministerios (Educación, Medioambiente y Sanidad) campañas de información dirigidas a profesores, padres y menores, para alertarles para advertirles de los riesgos específicos del uso precoz, indiscriminado y prolongado de los teléfonos móviles y de otros dispositivos emisores de microondas;

8.3.2. Para todos los menores en general y en las escuelas y aulas en particular, dar preferencia a las conexiones por cable para conectar a Internet, así como regular de forma estricta la utilización de los teléfonos móviles por parte de los alumnos en las instalaciones escolares.

8.4.3. Reducir el umbral de emisión admisible para las antenas conforme al principio ALARA e instalar sistemas de seguimiento exhaustivo y continuo de todas las antenas;

8.4.4. Determinar los lugares de ubicación de cualquier nuevo proyecto GSM, UMTS, WiFi o antenas WiMAX no sólo de acuerdo a los intereses de los operadores, sino consultando a las autoridades locales y regionales, con los residentes y las asociaciones cívicas de afectados;

Conflicto de intereses al descubierto en la IARC

(Fuente: IARC, OMS, MWNews, Scribd, SRPA y Pluzz ; imagen: IARC )

La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha organizado desde ayer, y hasta finales de mes, en Lyon (Francia) un encuentro entre importantes especialistas titulado "Monografía Volumen 102: Radiación No Ionizante, Parte II: Campos Electromagnéticos de Radiofrecuencia". Estas monografías se publican en volúmenes y sirven para evaluar el riesgo carcinogénico, este caso, de las radiaciones procedentes de los campos electromagnéticos (CEM), que utilizan, entre otros, la industria de la telefonía móvil.

Y es esta industria, con sus largos tentáculos de influencias, la que ha provocado el pasado domingo el primer incidente en este encuentro: Anders Ahlbom, importante epidemiólogo del Instituto Karolinska de Suecia y responsable del Comité de evaluación anual de las publicaciones de Campos y Radiaciones Electromagnéticas para la Autoridad de Suecia para la Protección de la Radiación (SRPA), ha sido excluido del grupo de trabajo de epidemiología y del panel de expertos de RadioFrecuencias, por conflicto de intereses. Trabajaba como director en una empresa -de su hermano- ligada a la industria de las telecomunicaciones y que no la había mencionado en la 'declaración de intereses' que la IARC pide que le rellenen todos los participantes.

La SRPA se ha tomado muy en serio dicha exclusión y ha comenzado una investigación.

La semana pasada, la televisión France3 emitía un reportaje ('Malas ondas') en el que también se alertaba de los vínculos con la Industria de otro de los asistentes -René de Seze-. Don Maisch, del Comité Internacional de Editores de Publicaciones Médicas, iba más lejos y en un interesante y muy recomendable artículo de primeros de este mes, se quejaba de la presencia e influencia de la Industria en esta Monografía de la IARC (conflicto de intereses), en la que se negaba la presencia o representación de organizaciones civiles para "equilibrar" la balanza.



Rusia alerta riesgo de que menores utilicen el móvil

(Fuente: PowerWatch, Der Mast muss weg! y la OMS)

Y ya van cinco avisos. La última resolución de 14 de mayo de 2011 del Russian National Committee on Non-Ionizing Radiation Protection (RNCNIRP), alerta de nuevo del riesgo que suponen las radiaciones para los menores que utilizan móviles y los menores, y establece medidas para reducirlo, tal y como lo han hecho en otras cuatro ocasiones:

Según el informe que enviaron a la OMS en el 2007, los niños tienen un riesgo muy alto de contraer algún tipo de cáncer derivado de la exposición a las radiaciones de los Campos ElectroMagnéticos (CEM) que utiliza la telefonía móvil y similares.

El Comité Ruso para la Protección de las Radiaciones No Ionizantes propone una serie de medidas para proteger a los menores:
  • Indicar claramente en el móvil y en el manual de uso, que se trata de un dispositivo que emite radiaciones electromagnéticas, cuya exposición puede resultar dañina.
  • Desaconseja la utilización del móvil por parte de menores de 18 años y de embarazadas para prevenir riesgos sobre la salud, tal y como establece la legislación rusa.
  • Como medidas para reducir la exposición, proponen la utilización de manos libres (aumento de la distancia) y la realización de llamadas muy cortas (disminución del tiempo de exposición), apuntando a que los propios móviles podrían limitar el número de llamadas diarias y el tiempo máximo de duración de cada llamada.
  • Proponen la educación para el buen uso del móvil, la difusión de los resultados de los últimos estudios científicos y la prohibición de publicidad para menores o de publicidad en la que aparezcan menores.
  • Tener en cuenta otros factores de protección para los menores, como características de etapas de crecimiento y desarrollo, los procesos bioeléctricos, sistema inmunológico, etc. así como estudiar el impacto de las exposiciones crónicas de estas radiaciones sobre el cerebro.
Por tanto, el estos expertos indican que existe un RIESGO, sobre todo para la población más vulnerable. Por lo que es necesario implementar medidas de precaución.

Radiaciones que evitan la reparación del ADN

(Fuente:MWN, CCARS, EHP)

Aunque el reciente "Informe sobre radiofrecuencias y salud (2009-2010)" publicado la CCARS, bien conocida por la presencia de defensores de la inocuidad de las antenas de telefonía móvil y de las actuaciones de las operadoras, admite en su página 6 que hay estudios que indican que la exposición a radiofrecuencias producen daños en el ADN o modificaciones en la expresión genética. Sin embargo, enseguida apuntan otros estudios en los que no han encontrado resultados positivos y que es necesario realizar más estudios ya que los que han encontrado algún riesgo pueden tener fallos metodológicos.

Presentamos otro estudio que ha encontrado que las radiaciones utilizadas por la telefonía móvil pueden evitar que el ADN pueda auto-repararse, sobre todo en las células madre (más sensibles a las radiaciones). El estudio de Markovà et al. publicado en Environmental Health Perspectives el año pasado, sugiere un posible mecanismo que enlaza las radiaciones con el riesgo de padecer un cáncer. La comunidad científica acepta que la rotura del ADN y la inhibición de su reparación en células madre, son eventos origen de varios tipos de leucemias y tumores, incluyendo los gliomas.

Estudio chino sugiere relación uso móvil y riesgo tumor glándula parótida

(Fuente e imagen: MWN e Int J Oral Maxillofac Surg.)

Investigadores chinos de Beijing han recogido una de las mayores tasas de cáncer encontradas en los diferentes estudios relacionados con la utilización del móvil. El estudio de Y. Duan, H.Z. Zhang, R.F. Bu -publicado este mes en International Journal of Oral and Maxillofacial Surgery- ha encontrado que, a largo plazo, los mayores usuarios del móvil tienen unas probabilidades de contraer tumores malignos de la glándula parótida del orden de siete a 13 veces mayor que lo que cabría esperar.

Los datos en bruto - es decir, antes de realizar ajustes relacionados con otros posibles factores de riesgo como el género, edad, nivel social, consumo de tabaco y similares - señalan que el riesgo de contraer un cáncer se eleva 10 veces, 20 y hasta 30 veces, dependiendo del tipo de tumor y del tiempo de utilización del móvil que se defina.

Los resultados sugieren una posible relación dosis-respuesta entre el uso del teléfono móvil con tumores de las glándulas parótidas. Los autores sugieren que dicha asociación requiere una mayor investigación con grandes estudios prospectivos.

Este tipo de tumores son bastante raros, por lo que 136 casos son suficientes como para estudiar de forma separada 64 casos de un subtipo de carcinoma mucoepidermoide.

De los 136 pacientes analizados desde enero de 1993 a marzo de 2010 -comparados con 2051 controles de usuarios sin tumores en la glándula parótida-, 15 pacientes han estado utilizado el móvil durante más de 10 años: bien, pues 13 de ellos han contraído el carcinoma mucoepidermoide.

Este estudio sigue la línea de los hallazgos de 2008 del equipo investigador de la israelí Siegal Sadetzki (con 58 casos analizados y un solo caso de usuario de móvil de más de 10 años) y el incremento por cuatro del número de tumores de la glándula parótida en 36 años.



Incertidumbre como excusa

(Fuente: PubMed, P. Belmonte)

El objetivo del Principio de Precaución es la de establecer requisitos legales que protejan contra potenciales riesgos de salud que aún no han sido demostrados científicamente.

Por tanto, el que no se haya demostrado el riesgo no puede utilizarse como excusa para no aplicar el principio. Sin embargo, esta es precisamente la lógica que se utiliza en el caso de los posibles riesgos para la salud debido a la exposición a campos electromagnéticos (CEM).

Los científicos, que representan tanto a la Organización Mundial de la Salud como a la Comisión Europea, no tienen en cuenta el Principio de Precaución cuando informan sobre riesgos para la salud. Al contrario, su punto de partida es si los resultados de una nueva investigación establecen una certidumbre científica, que pueda servir de base para una modificación de los límites de exposición actuales.

Los indicios de un riesgo con incertidumbre son ignorados o minimizados. Pero esta actitud va en contra de la legislación de la Unión Europea (UE), que exige que el grado de incertidumbre científica se debe presentar correctamente. Un examen detallado de la situación en la investigación muestra muchos indicios graves de posibles riesgos para la salud por la exposición muy por debajo de los límites de exposición existentes en la actualidad para los CEM. La jurisprudencia muestra como, para otros tipos de exposición, se ha aplicado el Principio de Precaución basándose en preuebas aún mucho más débiles que las que exigen para los CEM.

La investigación de M. Dämvik y de Olle Johansson muestra como el Principio de Precaución, en relación con la exposición a los CEM, no está siendo utilizando para los fines previstos . La razón de esta situación es que las personas que toman las decisiones están siendo engañadas por unas evaluaciones inexactas de los riesgos que supone estar expuestos a CEM.

Móviles y actividad cerebral

(Fuente: Microwave News, UZH, Wiley, Wikipedia y Elektrosmoginfo y PubMed; imagen: JAMA)

Tal y como anunciamos, el mes pasado se publicó en la Journal of American Medical Association (JAMA) un estudio de Volkow et al. que mostraba como una radiación de 50 minutos de un teléfono móvil listo para recibir llamadas alteraba el metabolismo cerebral, principalmente en la tasa metabólica de glucosa del cerebro.

Bien, pues parece que en diciembre del año 2002 el equipo del catedrático de la Universidad de Zurich (Suiza), el Dr. Achermann, realizaron un estudio en cuyas conclusiones podríamos ver, entre otras, las conclusiones similares a las de Volkow: los teléfonos móviles afectan a la actividad del cerebro.

Al igual que Volkow, Achermann utilizó un PET para monitorizar la actividad cerebral. También colocó una antena a cada lado de la cabeza del paciente, activando tan sólo una de ellas; Volkow utilizó dos teléfonos móviles. También hubo algunas diferencias más, por supuesto, en el estudio.

Achermann utilizó una señal GSM durante 30 minutos, mientras que Volkow utilizó un teléfono CDMA 1950 MHz. durante 50 minutos. Achermann observó cambios en el flujo sanguíneo cerebral mientras Volkow los vio en el metabolismo de la glucosa. Ambos reflejaban cambios en la actividad cerebral, aunque la glucosa generalmente es considerado como el indicador más sensible de lo que está pasando en el cerebro.


Los móviles alteran el metabolismo cerebral

(Fuente: JAMA, PubMed; imagen: JAMA)

Un estudio aparecido en el número de febrero de JAMA (Journal of American Medical Association) revela que hay evidencias de que las radiaciones no ionizantes que emiten los teléfonos móviles afectan a las funciones cerebrales, incrementando la actividad metabólica.

Una exposición de 50 minutos a las radiaciones de un teléfono móvil -emitiendo una energía inferior a la que recibiría un usuario que estuviese hablando por el móvil ya que estaba tan sólo en modo recepción de llamadas- se ha asociado con un aumento de la tasa metabólica cerebral de glucosa en la región más cercana a la antena del móvil. Indicar que el cerebro, a pesar de que representa solo el 2% del peso corporal, extrae cerca del 10% de la glucosa que transporta la sangre arterial.

Este número de la Revista de la Asociación Médica Americana también publica un editorial en el que indica que, aunque se desconoce el impacto biológico de esta alteración, sigue la línea de los hallazgos que ya obtuvo en 1985 A.P. Sanders en las ratas. También se pregunta si esta alteración puede producir otras alteraciones en otras funciones cerebrales como la actividad neuroquímica y de los neurotransmisores, que pueden tener efecto en otros órganos, así como en las respuestas fisiológicas inesperadas. Y que deben garantizarse nuevos estudios con el fin de investigar qué puede significar esta alteración, o dar más importancia también a los campos electromagnéticos extremadamente bajos (ELF) que también emiten los móviles y que se han estudiado poco.



Estudio electricidad y tumores cerebrales

(Fuente: PubMed, Wikipedia, ISC III; imagen: Current Medicinal Chemistry, 2007, 14, 1141-1152)

Un reciente estudio publicado en el International Journal of Cancer 'Exposición residencial y laboral a campos electromagnéticos y riesgo de tumores cerebrales en adultos: estudio caso-control en Gironde, Francia', concluye que una exposición a campos electromagnéticos puede jugar un papel importante en la aparición de meningiomas, tumores cerebrales generalmente benignos.

Esta conclusión en el estudio debería inclinar la balanza hacia una actitud preventiva cuando se trata de exponer a la población a estas radiaciones no ionizantes. No se puede negar que hay una respuesta celular cuando existe una exposición a fuentes de campos electromagnéticos.

No es la primera vez que se relacionan tumores y campos electromagnéticos. Recordemos 'Ocupación, exposición laboral a radiaciones electromagnéticas y cáncer de mama', de Marina Pollán Santamaría (Instituto de Salud «Carlos III» de Madrid), en donde podemos encontrar las siguientes conclusiones (p.171);
  • (18.) En las mujeres, la exposición ocupacional media por encima de 0,10 µT incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de mama en torno a un 20%
  • (21.) [...] los resultados de este estudio no permiten rechazar el papel de las radiaciones electromagnéticas como posibles promotores del cáncer de mama.


Efectos del UMTS sobre células humanas

(Fuente: PubMed, Wikipedia, ICNIRP; imagen: Univ. Nacional de Colombia)

Un estudio realizado por la Universidad de Medicina de Viena ha revelado que las radiofrecuencias producidas por el sistema UMTS o 3G de telefonía móvil sí tiene efectos negativos en las células humanas.

En este estudio, los linfocitos no se han visto afectados por la misma radiación electromagnética, pero sí los fibroblastos. La exposición a emisiones 3G de telefonía móvil (1950 MHz) ha reportado efectos genotóxicos sobre este tipo de células humanas in vitro. Esta respuesta celular indica que las radiaciones afectan a esta línea de células y de forma dañina y con niveles de exposición inferiores a los límites (tasa de absorción específica SAR de 0,05 W/Kg durante 24 horas y 0,1 W/Kg durante 8 y 12 horas, lejos del límite de seguridad de 2 W/Kg establecidos por la ICNIRP).



Vídeo de la Declaración Científica de Seletun

(Fuente: Electromagnetic Health, Vimeo, IEMFA, the EMR Policy Institute).

Vídeo del llamamiento que realizamos a mediados de enero de 2011. Científicos internacionales, recomiendan a los Gobiernos mundiales que adopten nuevas normas de límites de exposición a la Radiación Electromagnética, dado que la proliferación sin control y masiva de tecnología inalámbricas -como antenas de telefonía, redes WiFi, puntos de acceso inalámbricos, móviles, etc- apuntan a riesgos biológicos y en la cadena genética.

En este vídeo de 18 minutos, el Dr. Johansson, del afamado Instituto Karolinska de Suecia, y Presidente del Panel Científico de Seletun, anuncia un consenso entre científicos internacionales sobre la necesidad de reducir la exposición de la población a los CEM (campos electromagnéticos). La Declaración científica ha sido publicada en la revista Reviews on Environmental Health.

Puede leer la Declaración científica de Selentun y la transcripción del vídeo en IEMFA.

WiFi y efectos en la Salud: evidencias y revisión

(Fuente: Ontario Agency for Health Protection and Promotion; Power Watch; PubMed)

La Agencia de Ontario (Canadá) para la Protección y Promoción de la Salud, la OAHPP, presentó enl 10 de septiembre del año pasado un estudio titulado "La tecnología inalámbrica y sus efectos en la salud: evidencias y revisión. ¿Hay efectos sobre la salud humana relacionados con el uso de la tecnología de acceso inalámbrico a Internet (Wi-Fi)?" -en inglés-.

En dicha revisión, indican que los efectos potenciales para la salud de la exposición a radiaciones no ionizantes provenientes, entre otros, de los campos electromagnéticos (CEM) de sistemas WiFi, es un campo de investigación plenamente activo. Y que no deberían sorprender resultados de investigaciones contradictorios.

Debido a esta inconsistencia, es posible seleccionar estudios de investigación individuales cuyos resultados estén a favor de una opinión, que puede ir desde la ausencia de riesgo sobre la salud hasta una clara necesidad de reducir los límites actuales de exposición en el otro.

Aunque la revisión de la literatura científica por parte de la Real Sociedad de Canadá de 2009 sigue pidiendo nuevas investigaciones para conseguir nuevos hallazgos, aún no ha encontrado pruebas concluyentes de los efectos adversos sobre la salud debido a niveles de exposición por debajo de las actuales directrices de Canadá (Safety Code 6).

El documento explica que, aunque dista mucho de ser concluyente, no hay una evidencia clara de que el uso frecuente de móviles pueda estar asociado a largo plazo con un mayor riesgo de tumores en el lado de la cabeza donde se utiliza. Esta es un área activa de investigación y posteriores estudios pueden confirmar o refutar esta asociación.

El grado de "precaución" que debe incorporarse en los límites de exposición para el público es siempre un tema de debate. Por ejemplo, los límites de exposición en Canadá son de protección contra los conocidos efectos térmicos producidos sobre los tejidos, junto con el uso de factores de seguridad seleccionados por organismos de normalización.

Recientes investigaciones muestran que la exposición WiFi es sólo una pequeña fracción (menos del 1%) de lo que se recibe durante el uso típico de los teléfonos móviles. Por esta razón, gran parte de la investigación sobre los posibles efectos se ha centrado más, y probablemente lo seguirá haciendo, sobre la exposición de teléfonos móviles más que en el WiFi.

De forma poco optimista, los autores concluyen el informe con que, dada la experiencia con otras fuentes de radiación no ionizante (por ejemplo las líneas eléctricas), que han estado en uso mucho más tiempo que los teléfonos móviles o el WiFi, es poco probable que todas las controversias se resuelvan hasta después de décadas de nuevas investigaciones.