Italia lidia con abusos sexuales de sacerdotes


ITALIA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Ocurría todas las noches cuando era niño, según el hombre sordo. A veces en la habitación del sacerdote, a veces en el baño, incluso en el confesionario.Alessandro Vantini dijo que cuando era niño y asistía a un instituto católico para sordos, los sacerdotes lo sodomizaron tan a menudo que llegó a sentir "que estaba muerto''. Este año, él y decenas de personas que asistieron a la misma escuela hicieron algo poco común en Italia: denunciaron públicamente que los curas los obligaron a realizar actos sexuales.


Durante años reinó la cultura del silencio en torno a los abusos sexuales de los religiosos en Italia, donde la Iglesia es considerada una de las instituciones más respetables, según varios estudios, pero ahora está ganando fuerza una campaña para ventilar los abusos y castigar a los culpables en el patio del Vaticano.
Una investigación de The Associated Press contabilizó 73 denuncias de abusos sexuales de menores a manos de sacerdotes en la última década en Italia. Las víctimas ascienden a por lo menos 235. El cálculo toma en cuenta informes de prensa e información de los portales y blogs de las víctimas. Casi todos los casos salieron a la luz después de que estalló un escándalo de abusos en Estados Unidos.
Según la investigación de la AP, la Iglesia italiana pagó compensaciones de cientos de miles de dólares, una cifra ínfima comparada con los $2,600 millones que han pagado las diócesis estadounidenses o $1,500 millones en Irlanda.
El hecho de que se han pagado compensaciones en un país donde hace una década no habían circulado denuncias de abusos refleja una mayor disposición a hacerle frente al problema.
Los casos de Italia son muy similares a los de Estados Unidos e Irlanda, e indican que los sacerdotes generalmente se aprovechaban de los más pobres, de personas con trastornos físicos o mentales, y de drogadictos.
En un país tan católico como Italia, rara vez se critica a la Iglesia. Tampoco se habla mucho del sexo y, sobre todo, de relaciones entre un sacerdote y un niño, especialmente en los pueblos chicos.
"Es doblemente tabú'', dijo Jacqueline Monica Magi, fiscal de varios casos de pederastia. ‘‘Italia es muy provinciana''.
El muro de silencio comenzó a derrumbarse cuando 67 antiguos alumnos del Instituto Antonio Provolo para sordos de Verona firmaron una declaración denunciando abusos sexuales, pederastia y castigos corporales en la escuela entre los años 50 y 80 a manos de los sacerdotes de la Compañía de María.
Aunque no todos dijeron haber sido víctimas de los abusos, 14 de los 67 firmantes juraron en declaraciones escritas y filmadas haber sufrido de abusos durante años en Verona. Imputan en total a 24 personas, entre ellos varios sacerdotes.
Al explicar por qué calló durante tanto tiempo, Vantini, de 59 años, declaró a la AP: " ¿Cómo le iba a decir a mi padre que un cura había tenido relaciones sexuales conmigo? Uno no podía decirle a los padres, porque los sacerdotes le pegaban''.
Vantini denunció con nombre y apellido a dos sacerdotes y dos hermanos laicos, tres de los cuales están vivos, pero pidió que no se identificaran públicamente por temor a demandas. Se mostró nervioso y agitado al hablar y dijo que no tiene sosiego desde que un cura lo violó cuando era niño.
"Sufrí de depresión hasta los 30 años'', expresó, usando el lenguaje de signos. "Mi esposa me dijo que era bueno que hablara porque me quitaba un peso de encima'', agregó el hombre, quien estuvo en el instituto desde los 6 hasta los 19 años.
Un antiguo compañero de Vantini, Gianni Bisoli, de 60 años, nombró a los mismos cuatro y a otras 12 personas, entre ellos sacerdotes de la congregación, a los que acusó de sodomizarlo, obligarlo a tener sexo oral y a masturbarlos.
Bisoli acusó también a un ya fallecido obispo de Verona, monseñor Giuseppe Carraro --a quien se considera en este momento para la beatificación-- de agredirlo sexualmente en cinco ocasiones.
Carraro fue absuelto en una investigación de la diócesis, pero los investigadores no entrevistaron a ninguna de las supuestas víctimas. El proceso de beatificación fue suspendido durante la investigación, pero se reanudó posteriormente.
Bisoli dice que todavía recuerda el recorrido que hizo un día junto al río Adige, desde el Instituto hasta la residencia del obispo detrás de la Piazza del Duomo. Lo acompañó uno de los acusados de abusos.
"Me llevó a la curia. Alguien abrió la puerta y me hicieron entrar. Estaba oscuro'', relata. ‘‘Vino el obispo y empezó a tocarme. Traté de alejarme, pero siguió manoseándome 15 o 20 minutos. Yo no sabía qué hacer''.
En otra ocasión, dijo Bisoli, el obispo trató de sodomizarlo con una banana. Otra vez estaban en un sofá y lo sodomizó con un dedo, ofreciéndole golosinas para calmarlo, indicó.
En una oportunidad, según Bisoli, el obispo le ofreció unas cruces de oro que le habían llamado la atención.
"Le dije que por lo menos me diera 10,000 o 20,000 liras para comprarme una Coca Cola o un helado'', indicó Bisoli.
El obispo de Verona, monseñor Giuseppe Zenti, acusó inicialmente a los denunciantes de mentir y dijo que todo era parte de una disputa entre la congregación y la asociación de estudiantes sordos en torno a unas propiedades, pero cuando uno de los laicos acusados admitió haber tenido relaciones sexuales con los estudiantes Zenti ordenó una investigación interna.
La investigación concluyó que había habido abusos, pero mucho menos que los denunciados. Sin embargo, los investigadores no entrevistaron a las supuestas víctimas, sino a personas vinculadas con el instituto, que podrían haber tenido razones para mentir.
Zenti pidió perdón a las víctimas y les expresó su "profunda solidaridad''.
Entre los casos identificados por la Associated Press figuran denuncias de inducir a los niños a la prostitución, de participar en rituales satánicos y uno en el que la propia Iglesia había determinado que un anciano religioso florentino había incurrido en abusos.
Cuando se dictaron sentencias, nunca pasaron de ocho años de cárcel. No está claro cuántos imputados fueron detenidos porque en Italia hay procesos de apelación que demoran mucho tiempo.
Al estallar el escándalo en Estados Unidos en 2002, el número dos de la Conferencia de Obispos de Italia, monseñor Giuseppe Betori, dijo que los abusos de los sacerdotes eran tan poco comunes en Italia que la Conferencia ni siquiera los analizó, pero tanto los prelados italianos como el Vaticano se toman ahora el tema mucho más en serio.
Monseñor Charles Scicluna, fiscal de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que interviene en los casos de abuso sexual por parte de sacerdotes, dijo que se estaba tomando conciencia de la gravedad del problema.
"Hay un cambio de mentalidad que me parece muy positivo'', declaró a la AP.
Scicluna admitió incluso que los abusos son un tema de vieja data que hay que erradicar.
"Siempre ha habido abusos'', declaró. "Es importante que se hable de ellos, porque de lo contrario la Iglesia no podrá ayudar a cicatrizar las heridas, tanto de las víctimas como de los abusadores''.